GameBlog semanal #167, repaso a lo jugado en 2023

¡Bienvenidos al GameBlog semanal, en este caso el #167! El anterior lo tenéis por aquí, si hay curiosidad.

No perderemos la costumbre iniciada en 2021, y tal como también hice en 2022, toca repasar todos los videojuegos que completé este 2023. ¡Y no me he quedado precisamente corto, ya os lo aviso! Me vendrá bien para refrescar la memoria, ¡que tengo que elegir mis GOTY y demás listas esta semana!

Videojuegos completados en 2023

Los dividiremos por meses, situando cada título según el momento en que lo completé. Para hacerlo más interesante, pondré la imagen del mejor juego de cada mes según mis preferencias personales. ¡Así le daremos algo de chispa! Aunque esta vez no contaré las rejugadas en esa competición, daré preferencia a los nuevos.

Las opiniones extendidas de cada juego, si existen por la web, las tendréis enlazadas en sus respectivos títulos.

Enero

Chaos;Head Noah: empecé el año y el atracón de novelas visuales con esta joyita, experiencia que se asentó muy bien en mi interior con el paso del tiempo. El imprescindible primer paso antes de sumergirnos en su secuela. Te quiero y te odio, Takumi Nishijo.

Shin Megami Tensei V: en 2021 lo probé un poco y me dejó dudas, además de que no le encontraba su espacio. ¡Nunca es tarde! El año para mí fue este, tras la recomendación de un amigo. En esta segunda oportunidad la disfruté enormemente. Una historia muy mejorable, ¡pero tremendos combates por turnos para el género JRPG!

Chaos;Child: una novela visual de misterio cargada de significado, mensajes y personajes memorables, en especial su gran protagonista. Takuru Miyashiro caló muy hondo en mí y a día de hoy, casi un año después de conocerlo, sigo reflexionando sobre su genial historia. Menuda joya.

Fire Emblem Engage: para mí fue una pequeña decepción; tras Three Houses esperaba muchísimo más de la historia y especialmente de sus personajes. En cualquier caso, sus increíbles combates, con esas fusiones y el gran diseño de las mecánicas, lo vuelven un imprescindible para amantes del JRPG estratégico por turnos.

Sifu: una sucesión de combates desafiantes de artes marciales con una historia muy rejugable, tanto por los distintos desafíos como para descubrir sus distintos finales. No esperaba que me gustase, pero me sorprendió.

Yurukill: The Calumination Games: otra gratísima sorpresa, esta vez con la mezcla de novela visual y shoot’em up. Quizá no es tan ambicioso en su trama, pero funciona bien y los protagonistas son muy carismáticos. La historia se te pasa volando en el buen sentido, y me encantan las batallitas de naves. Lo seguí jugando a ratos por esto último, superándome poco a poco en cada fase.

Gotham Knights: corta aventura que no me emocionó mucho, por lo que fui directo a la historia principal con la buena de Bárbara. Estuvo bien, sin más. Tampoco es que me encante el universo DC.

Febrero

God of War (2018): llevaba tiempo jugándolo y lo acabé por estas fechas. La historia me pareció normalita y aunque me gustaba el combate, lo sentía demasiado espaciado en la aventura principal. Si me preguntáis a mí, un título sobrevalorado.

Hogwarts Legacy: febrero fue un mes muy difícil para mí a nivel personal. De lo poco que me animó a seguir adelante fue este pequeño sueño cumplido de recorrer Hogwarts con mi joven alumna de Slytherin. Crecí con Harry Potter y este título fue mágico… literalmente.

God of War Ragnarok: aquí sí que vi merecida la fama de esta renovación de la saga de Kratos. Mejora a su predecesor en todos los sentidos y esos arreglos (ritmo, personajes, historia) consiguieron que esta vez disfrutase mucho de la experiencia.

Marzo

Octopath Traveler II: JRPG de altísimo nivel que supera con creces a su precuela. Impresionante en todo sentido. No me extraña que sea el GOTY de muchos y en otro año, seguramente también sería el mío. Menuda racha maravillosa lleva el Team Asano, entre Triangle Strategy y esto.

Onee Chanbara Origin: hack&slash sencillo, cortito y directo al grano. Chicas matando zombies a espadazos… y poco más que destacar. Unas horillas entretenidas y ya.

9 Years of Shadows: me ofrecen pocos juegos para analizar, pero este precioso metroidvania indie fue el primero que decidí aceptar. Le tengo mucho cariño, porque coincidió que confiaron en mí y encima me encantó el juego; un placer doble. ¡Muy recomendado para los amantes del género!

Paranormasight: The Seven Mysteries of Honjo: novela visual de misterio muy entretenida. En su día me tomé fatal que siendo de Square Enix no incluyesen voces en los diálogos, y aunque sigue pareciéndome una oportunidad perdida, igualmente vale mucho la pena darle una oportunidad.

Warhammer 40,000: Inquisitor – Martyr: ARPG tipo Diablo que jugué para iniciarme en su universo y prepararme para el Rogue Trader de Owlcat. Me hice una asesina, completé la trama y… ahí está, algo normalito para echar el rato. Preferí con creces el genial King Arthur: Knight’s Tale, del mismo estudio.

Zero Escape: Zero Time Dilemma: hace tiempo que tenía pendiente el último título de la saga y este fue su momento. Dicha conclusión es mucho mejor experiencia que las precuelas, por lo menos bajo mi punto de vista.

Pathfinder: Wrath of the Righteous (rejugado): completé la senda del Aeon y… qué maravilla. Posiblemente la mejor opción. Juegazo; fue ya mi cuarta partida, que no es decir poco.

Abril

Wo Long: Fallen Dynasty: me gustan mucho los «souls» del Team Ninja y soy fan de Dynasty Warriors desde el 3. Esto debía atraparme sí o sí. ¡Y efectivamente, lo hizo! Me lo pasé muy agusto.

Fire Emblem Engage – Epopeya del Caído: si te quedas con más ganas de Engage, el DLC es una buena (y cara) opción. No era mi caso, pero fue una de esas veces en las que compré el pase de expansión de salida por culpa de mi fanatismo por Edelgard y compañía. Por lo menos tiene buenos combates y un par de nuevos personajes decentes.

Ravenswatch: entretenida y desafiante propuesta de acción roguelike indie, encarnando protagonistas basados en cuentos. Yo jugué hasta donde me dejaron con la Caperucita Roja, porque todavía se encuentra en acceso anticipado. También está por ahí el Flautista, Aladdin…

Persona 3 Portable: no me matéis, pero siempre me pusieron la historia de este JRPG por las nubes y cuando lo jugué, me pareció que tenía bastantes carencias a nivel narrativo. Aunque sí saqué cosas buenas de la experiencia, como Chidori o Yukari. Además es un Persona, así que está entretenido si tienes un montón de horas para dedicárselas. ¡Espero que el Remake profundice en la trama, en especial la de los villanos!

Persona 3 Dancing in Moonlight: me había completado el juego base, así que tocó echarle bailes y gozar de su banda sonora, como hice con el 4 y el 5. Está genial.

Hunt the Night: joyita indie de acción española que llevaba siguiendo mucho tiempo y cuando pude jugar, no me decepcionó en absoluto. Juegazo.

The Legend of Dragoon: uno de esos clásicos que te enganchan gracias a su esencia única. Su historia es bastante entretenida y tiene muy buenos personajes. En especial uno de ellos, que simplemente me encantó. De los mejores descubrimientos que hice este año.

Mayo

Star Wars Jedi: Survivor: una aventura de acción muy bien diseñada y de gran calidad, algo que merece y necesita la saga galáctica. Cal Kestis sigue forjando su leyenda y lo único negativo reseñable es que, efectivamente, debemos esperar unos años para conocer su final.

Warhammer: Vermintide 2 (rejugado): disfrutadísimo al completo en cooperativo con los amigos de Frogtime. De los pocos juegos de acción en primera persona que tolero.

Xenoblade Chronicles 3: junto al X, para mí el mejor de su saga. No le tenía esperanza, pues el 1 y el 2 me decepcionaron, especialmente el segundo. ¡Gracias a Noah y Mio por devolverme la esperanza en Xenoblade!

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom: no soy de los que le echó mil horas al juego, ya que no conecté tanto con el tema de la Ultramano, pero sí viví una emocionante aventura y completé la trama principal. Me gustó mucho explorar el subsuelo y la historia me cautivó, demostrando que esta versión de Zelda es una de las mejores de su universo.

Convergence: A League of Legends Story: viniendo de la entretenida historia de Ruined King, me decepcionó un poco que no se trabajase tanto la trama de Ekko aquí. Aun así, es un juego de acción 2D bastante entretenido hasta alcanzar los créditos.

Junio

Diablo IV: el regreso de esta legendaria saga ARPG de Blizzard, que yo creía muerta y enterrada. La resurrección fue maravillosa y posiblemente sea el título al que más he jugado este año. Sé que está de moda ponerlo a caer de un burro, pero poco me importa: a mí me gustó muchísimo. Y ya estaría.

Final Fantasy XVI: nuevo juegazo para una saga legendaria. Lo disfruté muchísimo y poco después volví a completarlo en el último modo de dificultad para conseguir el platino. Square Enix contribuyó un montón a mejorar mi año. Que grande es Clive.

Julio

Master Detective Archives: Rain Code: una aventura narrativa de misterio e investigación muy interesante, especialmente en sus compases finales. Se nota que viene de las mentes de Danganronpa. Sin embargo, no se acerca al encanto de los títulos que les hicieron saltar a la fama, por lo menos bajo mi punto de vista. ¡Necesita centrarse más en sus personajes, como hacía precisamente el universo de Makoto, Kyoko y compañía!

Doki Doki Literature Club: novela visual cortita que se hizo sorprendentemente popular, pero como vale la pena, pues me parece bien.

Shattered Heaven: una buena historia, tres protagonistas destacables, combates por turnos desafiantes con mazos de cartas… A mí este título indie me gustó bastante y es muy rejugable, porque tiene varios finales según tus decisiones.

Darksiders II Deathinitive Edition (rejugado): hacía tanto que no lo jugaba que ni me acordaba de su historia. La rejugada me reconcilió con Muerte y mi entrega menos favorita de la saga.

Agosto

Baldur’s Gate 3: el magnífico RPG que significó el inesperado regreso de mi saga favorita del rol occidental. Lo apoyé desde el primer día de su acceso anticipado en 2020, obviamente. No es el enfoque que me hubiese gustado para Baldur’s Gate, pero tampoco es que lo considere una secuela. Por lo demás, me encantó y sigo disfrutándolo a día de hoy, con cientos de horas invertidas. Últimamente Larian Studios embelleció la experiencia, redondeándola con mejores epílogos y un modo de juego «roguelike» que favorece enormemente la inmersión rolera.

Affogato: las curiosas aventuras de una bruja barista en este RPG independiente, cuya virtud más destacable es un sistema de combate estilo «defensa de torres invertida» que acaba enganchando.

Fort Solis: estuvo bien ir investigando y descubriendo la historia de esta aventura narrativa de ciencia-ficción, algo así como una película/serie interactiva.

Septiembre

Sea of Stars: un bellísimo RPG cuya mayor virtud para mí es precisamente su encanto audiovisual. También es divertido de jugar y cuenta una historia muy clásica que justifica dicha aventura. En definitiva, cumplió las expectativas que tenía puestas en él desde su anuncio. Eso sí, es uno de esos juegos en los que ir a por el final verdadero resulta un poco pesado y dicha recompensa no satisface demasiado.

Anonymous;Code: le tenía muchísimas ganas a la nueva novela visual de las Science Adventures. Es cierto que estuvo muy divertida y se me pasó volando; me gustaron sus protagonistas, la historia es muy interesante… ¡pero necesitaba alargarse un poco más! Para mí, le faltó contenido para volverla totalmente memorable en su conjunto y situarla junto a las grandes Steins;Gate o Chaos;Child.

Star Ocean: Integrity and Faithlessness: de los títulos más flojos de la saga… no sé. No le encontré nada destacable. Pero tampoco se me hizo pesado; lo acabé y a otra cosa.

Trine 1 (rejugado): el meritorio inicio de la icónica saga de puzzles-acción 2D de Frozenbyte. Está muy bien para el cooperativo.

The Shell Part 1: Inferno: me llevé una agradable sorpresa con esta oscura novela visual de misterio e investigación. Decisiones, varios finales, relaciones, un buen protagonista… Tengo entendido que le quedan dos partes más. ¡Por favor, sacadlas ya, quiero saber cómo continúa!

Trine 2 (rejugado): un juegazo para su época e incluso a día de hoy, mejorando a su predecesor y ofreciendo una aventura encantadora. Especialmente en cooperativo, por supuesto.

Octubre

Fate/Samurai Remnant: dudaba entre este y la aventura de Dai en Dragon Quest. Creo que elegí bien, porque me encantó la odisea de Miyamoto Iori. Un magnífico protagonista para un juego muy disfrutable con varios finales que merece la pena descubrir. «Tu deseo perecerá».

Marvel’s Spider-Man 2: Insomniac suele ser garantía de calidad y últimamente está en racha. Una secuela que mejora en todo a su predecesor, como siempre debería ocurrir. Su historia es muy emocionante junto a nuestros Spider-Men. Y aparece Venom, ¿necesitas más excusas para jugarlo? ¡Venga!

Crymachina: a nivel artístico me gustó mucho gracias a los diseños de sus personajes. En el resto de aspectos, me decepcionó. Esperaba una versión mejorada de Crystar y me encontré con algo simplemente peor. Que pena.

Strange Brigade: lo que empezó como la oferta de un juego que parecía mediocre, se convirtió en una experiencia shooter cooperativa en tercera persona muy divertida. Derribando momias en compañía con estereotipos andantes y un narrador de chistes malos de fondo… y me gustó. Realmente, el cooperativo tuvo mucho que ver.

Noviembre

Trine 3: The Artifacts of Power: el error de Frozenbyte.

Trine 4: The Nightmare Prince: tras el fracaso de Trine 3, remontaron la saga a lo grande con un juegazo mágico y muy recomendable para gozar en cooperativo junto a un par de amigos, como hice yo mismo. Que además fue un regalo, ¿qué más se puede pedir? El mejor de su universo de largo.

Star Ocean The Second Story R: mi primera vez con el segundo de este universo, ¡y bien que hice esperando este preciosísimo Remake! Se convirtió en mi indiscutible favorito de la saga, ofreciéndome un viaje que disfruté muchísimo. Es cierto que vemos cosas mejorables en la historia, como sus villanos, pero no la empañan. Por lo demás, uno de los más destacables este año.

Tales of Arise: Beyond the Dawn: anda que menudo DLC rasca-cuartos se marcó mi querida Bandai Namco. Con lo extraordinario que me parece el juego base, ¿por qué hacen esto? No es que reste nada, más allá de dinero en la cartera del incauto que caiga en la trampa, claro. En fin, por lo menos deberían bajarlo de precio. Treinta euros por esto es durísimo.

Batman: Arkham Asylum: mis inicios con Batman, ¡ni tan mal! Le pesan los años, eso sí, y sufre tramos de sigilo aburridos. Cuando pueda, tocará continuar por Arkham City, que tenía buena pinta.

Vampire: The Masquerade – Coteries of New York: cortita e intrigante, esta novela visual de vampiros está bien, pero siento que le falta una pieza. Y ese trozo que necesita parece que es su secuela, Shadows of New York. A ver si pronto me lanzo…

Persona 5 Tactica: los Ladrones Fantasma volvieron para darnos una alegría en su JRPG táctico con estética chibi y nuevos personajes tan carismáticos como nos tienen habituados. A mí me gustó mucho; si van a explotar franquicias así, yo estoy a bordo. Todo correcto excepto por los métodos de su DLC. En fin, ¡Eso es Atlus, para bien y para mal! Por suerte, la mayor parte de veces es para MUY bien.

Pathfinder: Wrath of the Righteous – Lord of Nothing: segundo DLC del también segundo pase de expansión. Concluye la trama de Entre las Cenizas y lo cierto es que está bastante bien. Pero tampoco nada muy loco, no me parece un contenido imprescindible.

Diciembre

Forspoken: la gente se ceba con este título; es cierto que sufre carencias bastante claras, pero es una experiencia disfrutable gracias al fresco sistema de combate. Recorrer Athia con Frey sienta muy bien… en especial al precio de risa al que está actualmente.

TEVI: bonito y muy divertido, un metroidvania con mecánicas bullet-hell en combate que vicia bastante sobre las 20 horas en su primera partida. Y su efectiva jugabilidad se presta a volver pronto, la verdad.

Warhammer 40,000: Rogue Trader: otro gran CRPG de Owlcat Games, una experiencia genial para acabar el año. Bajo mi punto de vista, debieron sacarlo más adelante y bien pulido, pero bueno. Si ya disfruté de la experiencia a pesar de ciertas molestias, ¡me imagino gozándolo intensamente en unos meses, cuando lo rejuegue con decisiones distintas!

¿Videojuegos pendientes?

GameBlog semanal #167 Darkest Dungeon 2

Pues sí, 2023 suma muchos títulos a la interminable lista de pendientes. Este año es el que más impotente me sentí, ¡resulta imposible jugar todo lo que nos gustaría! Y eso que como visteis, no he pecado precisamente de jugar poco. En fin, repasemos algunos de los damnificados…

  • Darkest Dungeon 2: uno doloroso, de los que más esperaba este año. Cuando tenía ganas, no disponía de tiempo. Y viceversa.
  • Redemption Reapers: nunca llegué a encontrarle un hueco claro para adquirirlo y darle su oportunidad a este RPG de los creadores de Ender Lilies.
  • Theatrhyrhm Final Bar Line: disfrutar de la música de Final Fantasy siempre es muy recomendable. Admito que, simplemente, espero una oferta difícil de ignorar para adquirirlo.
  • The Last Case of Benefict Fox: iba a experimentarlo a través de Game Pass, pero cuando tuve tiempo, ya no disponía de suscripción. ¡Algún día volveré!
  • Remnant 2: ¿cómo no jugué esto todavía? Solo lo probé un poco y parecía muy bueno.
  • En Garde!: encantador indie de acción que acabará cayendo tarde o temprano, porque además es cortito. Pero eso llevo diciendo desde agosto.
  • Blasphemous 2: cuando le iba a tocar, se adelantó TEVI. Para la próxima.
  • Batten Kaitos I & II HD Remaster: escucho y leo maravillas de estos JRPG y me apetece comprobarlo personalmente. Pero necesita un hueco muy particular que, ahora mismo, no tengo.
  • Dark Envoy: RPG occidental tipo Divinity (o lo parece) cuya demo disfruté y tengo pendiente esa versión completa.
  • Infinity Strash: Dragon Quest – The Adventure of Dai: se quedó fuera por culpa de Fate/Samurai Remnant. Las quejas a Iori.

Probablemente me olvide de alguno, ¡qué le haremos! Y eso solo contando los que salieron en 2023. Ahí están ejemplos como Bayonetta 3, que le tengo muchas ganas y por alguna razón lleva un añito entero en mi lista de pendientes. ¡En fin, bendito problema de Navidad…! ¡Felices fiestas a todos!

2 comentarios en «GameBlog semanal #167, repaso a lo jugado en 2023»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *