GameBlog semanal #115, repaso a lo jugado en 2022
¡Bienvenidos al GameBlog semanal, en este caso el #115! El anterior lo tenéis por aquí, si hay curiosidad. ¡Felices fiestas a todos!
Hoy repetiremos lo de 2021, repasando rápidamente los videojuegos que completé durante este 2022. Es cierto que no llegué a la abrumadora cantidad de títulos del año pasado, pero me quedé cerca y siguen siendo un montón. Si queréis echarle un vistazo a la lista anterior:
Videojuegos completados en 2022
Los dividiremos por meses, situando cada título según el momento en que lo completé. Para hacerlo más interesante, pondré la imagen del mejor juego de cada mes según mis preferencias personales. ¡Así le damos algo de chispa a la lista! Dejaré enlaces a mis opiniones extendidas de cada juego… si es que tienen, claro.
Enero

Star Ocean: The Last Hope: primer juego y RPG del año; pese a sus carencias, me gustó e incrementó mi interés en la saga. ¿Lo curioso del tema? Es un juego de tri-Ace, desarrolladora con la que también acabé 2021… ¡y curiosamente también 2022, como más abajo!
They Always Run: acción y plataformas en desplazamiento lateral, corto y entretenido. De esas agradables experiencias indie que vale la pena disfrutar de vez en cuando.
Fate/EXTELLA Link: un «musou» que acabó aburriéndome y decepcionándome, ¡qué le haremos!
Dragon Age 2 (rejugado): me apetecía volver a la segunda entrega de la saga y echaba de menos a Merril, así que me lancé a por mi ración anual de este universo.
Blade Assault: indie roguelike bastante divertido, aunque supondría para mí el último antes de un largo descanso del género, el cual exploté demasiado en 2021.
Final Fantasy XIII (rejugado): para mí, de los mejores de la saga de Square Enix y como tal, merece ser revisitado a menudo.
Baldur’s Gate (rejugado): ración anual de mis universos favoritos obligada, esta vez centrándome solo en completar su primera parte junto a la expansión de Beamdog.
Febrero

Leyendas Pokémon: Arceus: una sorpresa para la saga. Tiene fallos evidentes, pero resultó gratificante explorar el mundo de Game Freak de forma distinta y con otro rol, ¡el de investigadores!
Baldur’s Gate II: Shadows of Amn: debía acabar la historia del personaje que creé en enero, Throne of Bhaal incluido. ¡Por algo es mi juego favorito!
Lost Ark: puede que el MMORPG no sea ya mi género predilecto, pero la calidad de esta experiencia «tipo Diablo» merecía invertirle muchas horas de diversión.
Dusk Diver 2: continuando por fin la primera historia de Yang Yumo en este ARPG que mejoró sus bases y dio esperanza para una posible nueva aventura en el futuro.
World of Warcraft: Shadowlands: aproveché para terminar lo que me quedaba aquí y aparcarlo hasta la siguiente expansión.
Marzo

Triangle Strategy: increíble RPG táctico, perfecto para empezar un mes que quizá sea el mejor de este año… gracias en gran parte a Serinoa, Frederica, Roland y compañía.
Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin: la aventura de Jack tiene claras carencias, la mayoría desgraciadamente enfocadas en su narrativa. Aun así, disfruté muchísimo del juego y seguí haciéndolo a lo largo del tiempo.
ANNO: Mutationem: interesante RPG indie de temática ciberpunk, una experiencia agradable que llevaba esperando ya un tiempo.
Persona 4 Arena Ultimax (rejugado): agradecido relanzamiento de este spin-off de lucha, el cual estaba deseando tenerlo en plataformas modernas.
Final Fantasy Pixel Remaster: tras vivir la odisea de Jack, me apetecía experimentar el juego en que se basaba. Siendo de mis sagas favoritas de la vida, quizá tardé demasiado en hacerlo, ¡pero ahí está!
Abril

LEGO Star Wars: The Skywalker Saga: muy entretenido y nostálgico eso de revivir las nueve películas principales en este formato, con buen humor para aderezarlo y mucho contenido para alargar la diversión.
Star Wars: The Old Republic – Legacy of the Sith: volví al MMORPG para completar su historia principal hasta la última expansión, de la cual admito que salí decepcionado. Ni buena ni mala, olvidable.
Pathfinder: Wrath of the Righteous – Through the Ashes, Inevitable Excess: mi favorito de 2021 sacó contenido adicional por partida doble y ahí estuve yo para vivirlo. Unas buenas incorporaciones al juego base.
Tails of Iron: el «ratsouls», un divertido juego de acción en dos dimensiones donde reclamas el trono de una rata sádico-adorable. No podemos pedir más.
Mayo

Raging Loop: quizá tenga mis quejas con esta novela visual, pero fue muy emocionante experimentar el macabro juego que es su historia.
Rogue Legacy 2: mi vuelta a los roguelite de la mejor forma posible, pues esta secuela fue una experiencia divertidísima en su género. Tremendamente recomendable.
Ghostwire Tokyo: aunque se queda a medias en muchos aspectos, vivir una aventura ambientada en Japón y luchar contra yokai en el proceso siempre se agradece.
Final Fantasy IV: The After Years: tenía pendiente esta secuela y no me decepcionó a nivel de trama. Bastante buena e imprescindible para los amantes de la cuarta fantasía.
My Hero One’s Justice 2: me gusta Boku no Hero Academia, así que quería completar su segundo juego y echar unos combates con mis héroes favoritos. Aun así, mediocre en general.
Junio

Diablo Immortal: obviamente polémica, la entrega para dispositivos móviles y PC de la saga me pareció entretenida las horas que me duró, e incluso disfruté parte de la misma en el móvil. Sin embargo, una vez explotada la trama, no volví por aquí.
Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge: completar la campaña unas pocas veces en este beat’em up de las tortugas ninja no podía ser más agradable, especialmente porque lo incluía el Game Pass de Xbox y lo jugué «gratis». Pura nostalgia de los viejunos que jugábamos a sus viejos clásicos.
Little Noah: Scion of Paradise: roguelite sencillo, pero sorprendentemente bien hecho, bonito y entretenido.
Elden Ring: a pesar de no completarlo al 100%, por estas fechas vencí a los jefes más importantes. Una experiencia única e interesante, aunque no sea exactamente mi estilo de videojuego.
Julio

The Letter: novela visual de terror que me gustó mucho por sus personajes, repleta de elecciones y múltiples finales según dichas decisiones.
Fire Emblem Warriors: Three Hopes: tras el juego original de Nintendo Switch, siempre soñé con que le dedicaran un musou donde pudiese controlar a Edelgard y compañía personalmente. Los sueños se cumplen; este fue el mes en que completé todas sus rutas y actualmente sigo jugándolo.
Final Fantasy VII Remake Intergrade (rejugado): me sorprende el poco tiempo que lleva esta entrega en el mercado en relación con la cantidad de veces que me lo he pasado ya. Lo mejor de 2020/2021.
Baldur’s Gate: Dark Alliance II: la vuelta del nostálgico ARPG de Dungeons&Dragons; lo esperaba con ganas tras el regreso de su primera parte el año pasado. Fue bonito revivir la experiencia.
Agosto

Digimon Survive: ¿podría haber sido mejor? ¡Sí! Sin embargo, disfruté muchísimo de los nuevos «niños elegidos» y sus Digimon en esta novela visual con toques de RPG táctico. Me encantó.
Tower of Fantasy: el mes donde más exprimí este MMORPG. Es entretenido pese a sus numerosos defectos y pésimas políticas de micro-pagos. Como la mayoría de este estilo.
Soul Hackers 2: lo nuevo de Atlus no me decepcionó, al contrario; quedé encantado con la aventura de Ringo y sus compañeros. Las pocas quejas que tenía con el juego se resolvieron con un parche a posteriori.
Septiembre

Pathfinder: Wrath of the Righteous – The Treasure of the Midnight Isles: el modo roguelike que vino como DLC, el cual pasé varias horas disfrutando. No está mal.
Steelrising: admito que esperaba más de Spiders en una historia así, pero su experiencia «souls» fue generalmente buena y me entretuve abriéndome paso entre autómatas junto a Aegis.
Corpse Party 2021: quería probar esta curiosa experiencia desde hace tiempo y este mes llegó su momento.
Mars: War Logs: un RPG de Spiders, precuela de The Technomancer. Corto e interesante, aunque en varios aspectos jugables envejeció mal.
Soulstice: una sorpresa hack&slash que me gustó mucho. Briar y Lute me encandilaron durante su odisea y lo exprimí en un par de dificultades. Tengo pendiente la más difícil.
The DioField Chronicle: RPG decepcionante en varios aspectos, tanto por su repetitiva fórmula como por dejar a medias la mayor parte de su historia y personajes. Pocas veces me sucede con algo que viene de Square Enix.
Valkyrie Elysium: aventura de acción con toques RPG que trae de vuelta una saga nostálgica para muchos. Me divertí mucho con su propuesta y eso me llevó a coger con ganas Valkyrie Profile: Lenneth.
Octubre

AI: The Somnium Files: aventura de investigación a modo de novela visual. Tengo mis quejas en ciertas partes, tiene varios puntos positivos.
Zero Escape: The Nonary Games «999»: novela visual repleta de puzles al estilo «escape rooms» bastante ingeniosos. Merece la pena, pese a que no quedé del todo satisfecho con su historia.
Warcraft III Reforged (rejugado): llevaba revisitando el título desde agosto, dedicándole una serie de review para la web. Y bueno, en octubre llegué al trono helado.
Batora: Lost Haven: sencillo ARPG indie con una trama que alberga ciertas decisiones para moldearla un poco a nuestro gusto. Disfrutable.
Star Ocean: The Divine Force: el regreso de la saga galáctica de tri-Ace, uno que para mí no fue tan genial como podría a causa de una historia y personajes que debieron aprovecharse mejor. Aun así, jugablemente es divertido y un ejemplo a seguir para este universo.
Noviembre

Captain Tsubasa: Rise of New Champions: una de mis series de la infancia en formato videojuego. No soy aficionado al fútbol, pero las campañas del juego me gustaron. Disfruté siguiendo a Tsubasa (¡Oliver Aton!) y creando un jugador original para ir al mundial.
Zero Escape: Virtue’s Last Reward: siendo un juego de puzles interesante, la secuela de «999» deja más preguntas que respuestas en su historia. Aun así, me gustó lo suficiente como para acabar la saga en el futuro.
Pokémon Escarlata: el polémico nuevo título de Game Freak estuvo a la altura en su historia y pese a que jugablemente es entretenido, flaquea en varios puntos. Los gráficos y rendimiento no son su único problema, pero merece la pena.
World of Warcraft: Dragonflight: exprimí a tope el preparche y la campaña principal desde su lanzamiento. Me divertí mucho, seguí jugando y le seguiré la pista, pues presentaron cosas muy interesantes.
Diciembre

Evil West: hack&slash que mezcla la temática del oeste con vampiros y un señor cabreado con sombrero de vaquero. Muy frenético y disfrutable en general, por mucho que su historia sea pasable.
Fatal Twelve: otra novela visual más para este año, envolviendo un juego de supervivencia donde solo puede quedar uno. Estuvo bien y fue ameno de leer.
King Arthur: Knight’s Tale: RPG táctico con mitología artúrica ambientando una historia simplemente cumplidora, pero muy divertida a nivel jugable. Eso sí, su sistema de fases puede hacerse repetitivo a la larga.
Crisis Core -Final Fantasy VII- Reunion: agradecidísima remasterización de una de las mejores aventuras para la portátil de PlayStation, ahora para todas las plataformas. Un placer increíble el volver a acompañar a Zack.
The Technomancer: este año le llegó el momento y, con este RPG, ya jugué todo lo que me interesaba de Spiders hasta ahora. Se le nota la calidad, especialmente en su narrativa y personajes, aunque flaquee en el sistema de combate y te mareen hasta el cansancio.
Valkyrie Profile: Lenneth: intuía que este JRPG me gustaría por su temática, y así fue. La experiencia que merece toda la atención del jugador, adaptándonos a sus mecánicas de progresión anticuadas y poco intuitivas. No obstante, merece la pena por su historia y sistema de combate. ¡Me encanta acabar el año con esta gran aventura de tri-Ace!
¿Videojuegos pendientes?

Era de esperar que 2022, con esa lluvia de juegos por todos lados, dejase deberes para el futuro. Efectivamente, me quedaron varios pendientes que me gustaría haber abordado, pero no lo hice por diferentes razones. Toca darle un repaso rápido a algunos de esos títulos.
- Tactics Ogre: Reborn: necesito experimentar este relanzamiento y la vida no me da para tanto. Tampoco lo haré próximamente, con un Fire Emblem tan cerca. ¿Quizá más adelante?
- Lost Eidolons: otro RPG táctico que queda en la cola por mi sobreexposición al género. Prefiero tomarlo con calma.
- Tiny Tina’s Wonderlands: me llamó la atención su estética y el tono humorístico; parece un shooter bastante especial. ¡Querría disfrutarlo en cooperativo y no encuentro el momento!
- Monochrome Mobius: Rights and Wrong Forgotten: el JRPG del universo Utawarerumono al que me iba a lanzar… y no lo hice porque me recomendaron pasar antes por la saga de novelas visuales.
- Xenoblade Chronicles 3: estaba dispuesto a darle una oportunidad. Una pena que saliera junto a Digimon Survive. Siempre estoy apunto de buscarle un «hueco», pero de momento siguen adelantándole otras propuestas pendientes.
- Bayonetta 3: tenía planeado jugarlo de forma prioritaria… hasta que se rumoreó la precaria situación de tri-Ace y decidí darle esa oportunidad a Star Ocean: The Divine Force. Cuando me apetezca un hack&slash, acudiré a la Bruja de Umbra.
Puede que me olvide de alguno, pues admito que la lista de pendientes la escribí de memoria. ¡Otra entrada larguísima para despedir la sección en 2022! Y el próximo GameBlog será mi lista de deseos para 2023, con los juegos confirmados hasta ahora. ¡Felices fiestas a todos!
Una lista maravillosa, plagada de juegos tanto rejugados como de los que jugaste por primera vez, está excelente el ejercicio del resumen. Para mí fue un año espectacular sin duda.