Campañas de Warcraft III, top de preferencias
Dejé reposar un tiempo las campañas de Warcraft III, pues hace un par de meses dediqué una serie completa en esta web comentando mi opinión al detalle sobre cada una de ellas, tanto a nivel narrativo como jugable. Pero dejé algo difícil en el tintero… ¿Cuál de ellas me gusta más? ¿Y la que menos? De eso hablaremos hoy, ¡ojo SPOILERS!
Será un top complicado, como de costumbre. Personalmente me gustan todas las campañas, las disfruto muchísimo de la primera a la última. Sin embargo, a veces toca mojarse aunque nadie te obligue. Intentaré no enrollarme mucho, que para eso tiene cada una su propia sección. ¡Y me ahorro el tutorial y la extra de Rexxar!
-7-
La invasión de Kalimdor

El tercer episodio de nuestra aventura, uno que no es malo en absoluto. Ocurren eventos importantísimos, siendo de hecho la piedra angular de acontecimientos futuros. Estamos ante el inicio de la alianza entre razas enfrentadas, donde Thrall y Jaina dan el difícil primer paso hacia un entendimiento común en beneficio de Azeroth.
También es un episodio trascendental para la Horda que conocemos en World of Warcraft, pues Cairne y Thrall solidifican una amistad que llevará a la futura facción que tantos jugadores adoramos. Por no hablar de la presencia de Grommash Grito Infernal y su sacrificio final; de las mejores conclusiones posibles.
Lo que la relegó al último puesto de la lista es el ritmo de acontecimientos en sus capítulos, que no siempre mantienen el mismo interés. Además, la raza orca no está entre mi preferencia a la hora de controlar ejércitos en Warcraft III. Pero bueno, si esta parte quedó aquí, ¡lo que me habrán gustado las demás!
-6-
La senda de los Malditos

Una parte que siempre gozo muchísimo, pues los muertos vivientes son mi raza favorita. Arthas lidera la historia tras su caída en la oscuridad; lo acompañamos en el resurgir de Kel’Thuzad, el asesinato de Uther, la masacre de Quel’Thalas, la muerte de Sylvanas y la invocación de Archimonde. ¡Casi nada!
A mí me encantó a nivel jugable, pero es cierto que la historia utiliza más este segundo episodio como uno de transición. Algo inevitable, dicho sea de paso. Aun así, vivir tantos sucesos clave en el devenir de los muertos vivientes y ser testigo de las frías atrocidades de un desalmado Arthas resulta tan disfrutable como la primera vez
Hoy en día, muchos videojuegos nos ponen en el papel del villano, alguno con más o menos acierto. Sin embargo, para mí esta experiencia fue de las primeras, ¡y me pareció una pasada! Más todavía con el contexto de la primera parte. Me sabe mal por Sylvanas, Kael’thas y compañía… pero siempre recordaré con cariño el llevar la desgracia a su bello hogar.
-5-
El fin de la Eternidad

La que en su día fue esa épica conclusión a Reign of Chaos con la derrota de Archimonde, todo gracias al esfuerzo conjunto de varios héroes y las razas que conocimos durante nuestro viaje. Vivimos tal evento mayormente a través de Tyrande, la líder de un pueblo milenario y uno de mis personajes favoritos de Warcraft.
Como a muchos amantes de la fantasía, me encantan los elfos, y en este universo tienen un trasfondo y cultura muy interesantes. Además, ¡controlarlos en el juego es divertidísimo! La originalidad de sus estructuras, esa habilidad especial para que algunos se oculten de noche, un ejército variado y potente para afrontar sus distintas fases…
De todas formas, lo mejor de esta parte son sus héroes, a quienes conocemos en unos pocos diálogos y situaciones. Aquí es donde más brilla Malfurion, y ya no hablemos de Illidan y la propia Tyrande. El capítulo consigue transmitirte que estos campeones ya llevan demasiados años con vida y ahora les toca volver a vencer al mismo enemigo que antaño.
-4-
La maldición de los Elfos de Sangre

Un capítulo que me fascinó la primera vez que lo jugué, pues el trío de Kael’thas, Vashj e Illidan tenía un potencial tremendo y yo adoraba su alianza. A eso podemos sumarle que el protagonista principal es el príncipe de Quel’Thalas; resulta imposible no sentir empatía con las injusticias que sufrieron él y su gente.
Aquí vivimos la opresión de los elfos de sangre a manos de un tirano de la Alianza, de los aspectos más oscuros de dicha facción. Casi son exterminados por puro racismo; solo consiguen escapar de ese destino gracias a su magnífico líder y el inestimable apoyo de los naga, para luego verse obligados a buscar juntos un hueco en el mundo.
Si este top lo hiciera en su momento, probablemente la odisea de Kael’thas se encontraría entre los primeros puestos. Su campaña me hizo sentir muy involucrado, amé a los personajes y estaba motivadísimo con su historia. A día de hoy, por desgracia, Blizzard se encargó de emborronar ese recuerdo… pero sigue divirtiéndome revivir el pasado.
-3-
El Terror de las Mareas

La llegada de The Frozen Throne a Warcraft III fue simplemente épica, de las expansiones más satisfactorias que vi en videojuego alguno. Y empieza de la mejor forma con los elfos nocturnos, esta vez desde la perspectiva de Maiev, otra de mis favoritas de este universo. Tras la intimidante presentación inicial de Illidan, nos toca ir a cazarlo junto a la líder de los Vigilantes.
Esta increíble ampliación de contenido llevó muchas mejoras al juego, así como un ligero cambio de enfoque en las campañas. Bastante de esa frescura la tenemos concentrada en este primer viaje, que nos brinda tanto las viejas y emocionantes batallas estratégicas del juego base, como las aventuras estilo RPG que implementaron con su expansión.
También vivimos una parte muy interesante de la historia, el resurgir de los naga y su origen, así como el melodrama del triángulo amoroso entre Malfurion, Tyrande e Illidan. Puede que sepas que Maiev actúa mal en varios momentos, pero comprendes su frustración y la situación que le toca vivir. Warcraft y su vieja maestría con los personajes grises.
-2-
La Plaga de Lordaeron

El inicio de un videojuego es clave para la experiencia, y pocos lograron un arranque tan espectacular como Warcraft III. La campaña de los humanos encabezada por Arthas es magnífica, pues vivimos la trágica historia de un joven príncipe que quería salvar su tierra y acabó siendo uno de los responsables de su destrucción.
A nivel narrativo es una delicia que, en poco espacio, presenta perfectamente la amenaza que se cierne sobre Lordaeron y lo que nuestros héroes hacen al respecto. Arthas lucha con todas sus fuerzas, pero el destino le dejaba muy pocas opciones. Un capítulo de la historia que generó muchísimo debate, teorías y lo más importante: pura pasión.
Ahí está la magia de este primer episodio. Puede que en lo jugable no sea el mejor, pero es que no puede serlo, pues su cometido es introducir al jugador en las mecánicas de Warcraft. Hay que saber hacer las cosas muy bien para que el inicio de un juegazo como este se sienta tan divertido, dinámico y emocionante.
-1-
El legado de los Malditos

A la conclusión de una historia siempre le pesa esa titánica tarea de satisfacer al jugador con un final a la altura de la experiencia que vivió. No es algo precisamente sencillo, pero la expansión de Warcraft III lo logró. Y de qué forma. Para mí, lo mejor de este juego se encuentra en el último viaje de Arthas.
Podría hablar durante horas de las virtudes que atesora esta campaña. En lo jugable volvemos a los muertos vivientes, con nuevos héroes, fases muy variadas y las batallas más emocionantes de la aventura. No solo vivimos el brutal choque entre las fuerzas de Illidan y Arthas; también acompañaremos a Sylvanas en su conquista de Lordaeron.
Todo lo que ocurre aquí me maravilló en su día y con el tiempo le di todavía más valor si cabe. No es casualidad que tanto Arthas como Sylvanas sean mis absolutos favoritos del universo Warcraft. El ascenso al Trono de Hielo y la coronación del Rey Exánime se mantiene, a día de hoy, entre los mejores finales de videojuegos que tuve el privilegio de experimentar.
¡Y hasta aquí el top! Siendo sincero, tenía bastante claros tanto el último puesto como los dos primeros. Me costó horrores ordenar el resto, pues los disfruto casi al mismo nivel. Los cambié mil veces, ¡y así quedó!
Independientemente de las posiciones, Warcraft III es de los mejores juegos de la historia gracias a todas y cada una de sus campañas. A ver si algún día sigo con la temática centrándome en sus personajes, que tengo demasiados pendientes.
¡Genial entrada Yukha! Sin duda es una tarea titánica ordenar las distintas campañas de Warcraft III porque es que todas son tan jodidamente buenas que hay muchos puestos que se podrían intercambiar perfectamente unos con otros. Pero bueno, como te dije que discrepaba un poco aquí viene mi orden, con las ideas frescas a raíz de mi reciente partida a Reforged:
7. El Terror de las Mareas: No es que sea mala campaña, porque no hay ninguna mala, pero alguna tenía que ser la última. Aunque todo el asunto de Illidan y los naga me encanta, Maiev no es un personaje que me fascine y si jugabas Frozen tras W3, al menos a mí, se me hacía bola empalmar dos campañas de Elfos Nocturnos.
6. La invasión de Kalimdor: Una campaña, aunque con eventos cruciales, bastante irregular. Aunque la raza de los orcos me gusta, Grommash es un personajazo y el «reinicio» tras tanto centrar la acción el Lordaeron no está mal, creo que esta campaña está un pasito por detrás que el resto.
5. El Fin de la Eternidad: Aunque siempre he sentido su conclusión un poco precipitada y siempre he pensado que un par de fases más no le hubiesen sentado mal, pues abarca mucho con el arco de Illidan y el arco de la Batalla de Hyjal, lo cierto es que me parece una campaña fascinante. El problema, que las siguientes campañas me parecen más fascinantes si caben.
4. El legado de los Malditos: Me pasa un poco como con la previa, me fascinan el desenlace de Arthas, de Sylvanas y de Illidan, con ese apoteósico enfrentamiento final en el glaciar de Corona de Hielo (Ojo, que la CGI de Reforged de Arthas Vs Illidan me parece un acierto chulísimo), pero de nuevo pienso que un par de fases jugables más no le hubiesen venido nada mal (En especial a la parte de Sylvanas).
3. La maldición de los Elfos de Sangre: Aquí saco mi venita fanboy por Kael’Thas pero es que joder, es de mis personajes favoritos de Warcraft 3 y se me hace muy disfrutona esta campaña, tanto por el personaje como por la raza a la que lidera. Siempre me gustó controlar esa «subraza», que son los Elfos de Sangre dentro de la raza de los humanos, y aunque dentro de Reforged probablemente sea la campaña más maltratada, el kokoro es el kokoro.
2. La senda de los Malditos: Pero bueno, si hay un personaje que me gusta más que Kael ese es Arthas y en esta segunda campaña vemos de lleno su ascenso en las sombras. Además, todo el lore y todo lo relacionado con la Plaga me encanta (El Azote para los pollaviejas como yo), no por nada mis zonas favoritas de WoW eran aquellas que incluían ese Lordaeron Caído, desde Tirisfall y Silverpine hasta las Tierras de la Peste Oeste y Este con sus respectivos Andorhall y Stratholme.
1. La Plaga de Lordaeron: Pocos inicios de videojuego se me antojan tan brutales como el de W3 con la historia de la caída en desgracia de Arthas. Creo que esta campaña no hace absolutamente nada mal. Un 10/10.
Así que nada, aquí te dejo mi entrada dentro de tu entrada. Siempre es un placer debatir sobre Warcraft contigo, más cuando fuiste el artífice para que jugara Reforged, experiencia que me fascinó casi tanto como la primera vez que jugué a Warcraft 3 de crío. Genial entrada como siempre Yukha ¡Nos leemos!