Warcraft III parte 4: el fin de la Eternidad

¡La guerra continúa! Hoy nos toca volver a Warcraft III con su parte 4: el fin de la Eternidad. Y antes de sumergirnos en la campaña de los elfos nocturnos, os dejo enlaces del resto aquí, por si os interesa.

«La Plaga de Lordaeron«

«La senda de los Malditos«

«La invasión de Kalimdor«

«El fin de la Eternidad«

«El Terror de las Mareas«

«La maldición de los Elfos de Sangre«

«El legado de los Malditos

El fin de la Eternidad

Warcraft III parte 4 el fin de la Eternidad

Seguimos en Vallefresno, esta vez desde el punto de vista de las elfas nocturnas y su líder, Tyrande Susurravientos. Cuando la sacerdotisa ve humanos y orcos colaborando en su bosque, los toma como intrusos y decide cazarlos. Pero la lucha se interrumpe cuando llega la Legión Ardiente y pone a todos en fuga.

Nuestra protagonista escapa por los pelos de Archimonde y Tychondrius, apresurándose a alertar al resto de su raza. Para ello se embarca en la misión de despertar a los druidas durmientes, entre ellos su marido Malfurion Tempestira. Por el camino encuentran la prisión del hermano de este último, Illidan, y Tyrande decide liberarlo en contra de la opinión del archidruida.

Tras abrirse paso a la fuerza por la prisión de los vigilantes, libera a Illidan, quien decide aceptar su oferta de luchar contra la Legión. Sin embargo lo hace a su manera; cuando Arthas acude a su encuentro y lo tienta con la calavera de Gul’dan, el cazador de demonios toma ese poder y con él, logra derrotar a Tichondrius y librar el bosque de la Legión.

Cuando Tyrande y Malfurion descubren los métodos de Illidan, no los aprueban, y este último decide desterrarlo para siempre. Tras eso, los dos líderes son citados por Medivh, quien los reúne con Thrall y Jaina, convenciéndolos para que todos juntos combatan a la Legión. Siguiendo el plan de Malfurion, Archimonde cae en su trampa y es expulsado de Azeroth.

Opinión de la historia

Estamos ante la campaña final de Reign of Chaos y eso se nota; en cada capítulo ocurre algo importante. Además, estamos precisamente a los mandos de aquellos que sufrieron a la Legión Ardiente diez mil años atrás… y es apropiado que también lideren la batalla aquí.

Pese a los pocos diálogos con los que cuenta el juego, presenta muy bien a sus personajes y nos desvela por fin la identidad real de Medivh, por si alguien solo exploró esta aventura y no lo conocía de antes. Pero si algo magnífico tiene esta parte de la trama, son sus personajes.

Tyrande, Malfurion e Illidan son fieles representantes de su raza y están entre los seres más poderosos de Azeroth.

Tyrande y su liderazgo

Me sé de alguien a quien no gustarán las acciones de nuestra protagonista

-Aun así, es demasiado… peligroso. Te lo prohíbo.

-Solo la diosa puede prohibirme algo. Liberaré a Illidan te guste o no.

Malfurion, en un arrebato, intentando detener a su mujer de forma desacertada

La líder de los elfos de la noche entra fuerte en la historia, pues su primera acción consiste en intentar eliminar a los intrusos con los que previamente nosotros estábamos simpatizando. Pero también hay que entender su perspectiva: el semidiós Cenarius acaba de ser asesinado ahí mismo y ella los considera responsables.

Podemos poner mil matices a dicha muerte; el caso es que afectó a los elfos, su pueblo, a quienes lleva guiando y protegiendo casi en solitario desde hace muchísimo tiempo. Tengamos en cuenta que en ese momento ellos son una raza que no envejece y vivieron miles de años, con el conservadurismo de ideas que eso conlleva.

Una de las conversaciones más significativas para entender a Tyrande sucede durante la cuarta fase, junto a Malfurion, quien le hace notar que se volvió despiadada con el tiempo. Ella aprovecha para darle un buen reproche: nunca se permitió el lujo de dormir en tiempos de gran peligro, a diferencia de él. Y más adelante viene una de mis escenas favoritas…

Cuando Tyrande descubre el lugar donde encierran a Illidan, lo considera una gran baza a su favor y decide liberarlo para combatir a la Legión. Su marido tiene la temeridad de intentar prohibírselo y me parece muy comprensible que ella lo ignore. Demasiado es que accediera a renunciar a su inmortalidad al final de la campaña, aunque no sin quejas.

Un sabio vulnerable

Warcraft III parte 4 Malfurion Archimonde
Otra cinemática que merecía ser revisada… ya les vale

-¡Pero entonces envejeceremos como estos mortales! Y nuestro poder sobre la naturaleza menguará con el tiempo.

-No debemos dejar que el orgullo nos ciegue; ya hemos vivido suficiente.

Tyrande, protestando ante el plan de Malfurion, que refleja la sabiduría y humildad del druida

A lo largo de Warcraft y su MMORPG, Malfurion es casi siempre una entidad poderosa, confiable y humilde dentro de lo que cabe. Su mera presencia consigue que sintamos que Azeroth tiene una oportunidad de salvarse, incluso cuando un interminable ejército de demonios está ante sus puertas… como de hecho ocurre.

Creo que su papel se refleja muy bien aquí, pero también agradezco que nos muestren su otra cara. Está claro que el archidruida tiene dos debilidades, y ambas se encuentran en su ámbito personal: Tyrande e Illidan. En lo referente a la sacerdotisa, poco debe preocuparse, pues ella no es su principal fuente de problemas.

El tema de Illidan es otro cantar. Cuando escucha el nombre de su hermano, Malfurion pierde el norte y resulta muy complicado que atienda a razones. Tiene sus buenos motivos, por supuesto, pero es evidente que la complicada relación de ambos Tempestira le afecta demasiado. Y es ahí donde vemos su «humanidad».

Quizá tengamos mucho que señalar en los métodos de nuestro cazador de demonios favorito, pero el tiempo acabó dándole la razón a Tyrande cuando decidió ignorar a su marido y liberar a Illidan. Si me preguntáis a mí, creo que Malfurion siempre fue injusto con su hermano… y esos pequeños «fallos» son los que me hacen apreciar mejor al personaje.

¿El fin justifica los medios?

Warcraft III parte 4 Illidan Tempestira
Reforged le puso el aspecto adecuado al cazador en esta parte, algo que se agradece

Porque una vez te quise, Tyrande, daré caza a los demonios. Pero jamás deberé nada a nuestra gente.

Illidan comprometiéndose ante su salvadora y dejando claras sus prioridades

No cabe duda de que Illidan es un personaje controvertido, tanto por la forma en que alcanza sus objetivos como por esos pequeños cambios en sus ideales que sufrió en dos expansiones distintas de World of Warcraft. Por ello, yo me centraré en el cazador de demonios que vemos aquí.

El poco protagonismo que disfruta en Reign of Chaos nos deja muy claro que Illidan no alberga ningún apego por los elfos de la noche. Según su visión, su pueblo fue desagradecido con él, repudiándolo por sus métodos sin tener en cuenta los resultados favorables que pudo conseguir a través de ellos.

Aun así y pese a todo, el elfo renegado guarda cierto respeto a su hermano Malfurion, algo que desde luego no es recíproco. Como tampoco lo es su amor por Tyrande, en honor al cual decide ayudar a los suyos tras ser liberado. Sin embargo, ese compromiso no le hace olvidar sus prioridades a la hora de actuar.

Cuando Arthas le ofrece poder, él apenas duda en tomarlo para si, aprovechando para librar al bosque de los demonios y cumplir así su objetivo. Evidentemente, el coste es elevado y vuelve a ser rechazado por sus semejantes. Pero no podemos olvidar que marchó sin causar más problemas… y que, efectivamente, los libró de Tichondrius y compañía.

Fases jugables favoritas

Curiosamente, la campaña de los elfos nocturnos es la que menos fases tiene de Reign of Chaos; siete en total. Aun así, todas son muy divertidas de jugar y nos hacen exprimir al máximo las capacidades especiales de su ejército.

Para mí, jugablemente, es la mejor de la primera parte y te hace sentir que estás al mando de una raza milenaria. Esa sensación de poder la transmiten mucho sus héroes; solo hay que ver los estragos provocados por sus habilidades definitivas. Tyrande con la lluvia de estrellas y Malfurion curando son impagables.

¿Y cuáles son mis fases favoritas? ¡Todas, quizá sin excepciones! Pero va, como hay que elegir, me quedaré con las dos más interesantes… aunque echaré de menos comentar la fase de Illidan.

El alzamiento de los druidas
Capítulo 4

Warcraft III parte 4 Tyrande Malfurion satiros
Ojo con los sátiros; son los últimos que se interponen entre nosotros y la victoria, pero darán guerra

¡Sois patéticos! ¡Me duele que alguna vez os hicierais llamar elfos de la noche!

Malfurion, manifestando su claro rechazo hacia los sátiros… algo que volveríamos a ver en WoW

El objetivo aquí es llegar a los túmulos donde duermen los druidas de la garra, y para ello contaremos por fin con dos héroes: Malfurion y Tyrande. Después de tres capítulos manejando solo a la sacerdotisa, que no tiene variedad entre sus habilidades básicas activas, es toda una gozada controlar al druida animando árboles y raíces.

Me encanta esta misión porque explota la característica más original de los elfos nocturnos: desarraigar sus estructuras y moverlas libremente para reposicionarlas. Debemos viajar hasta cierto lugar del mapa y para ello habrá que abrirse paso y reunir los limitados recursos en cada mina de oro que encontremos.

El viaje dará para mucho, pues habrá misiones opcionales como la de matar a los furblog corruptos (los mismos que Tyrande ayudó en Vallefresno), o derrotar a un poderoso espíritu que no presentará una batalla fácil. Todo eso mientras desplazamos parte de nuestra base con nosotros y nos deshacemos de humanos, orcos y sátiros.

Si lo ponéis en difícil es todavía más duro, pues los recursos son escasos y perder unidades será más doloroso que de costumbre. Por ello resulta bastante divertido tener que utilizar sabiamente las habilidades de Malfurion, apartar a las tropas del peligro y posicionar bien nuestra base móvil para que nos ayude. Benditos ancestros protectores.

El crepúsculo de los dioses
Capítulo 7

Warcraft III parte 4 última fase 7 jinetes
¡No se esperarán un ataque por la retaguardia! ¡A volar!

La victoria de Archimonde ha hecho que se confíe. No verá la trampa que le he tendido hasta que sea demasiado tarde.

Malfurion una vez más, demostrando que es más inteligente que el demonio… algo que tampoco tiene mucho mérito

Se nota que es la última fase de Reign of Chaos, pues consiste en una de las más complicadas de la experiencia en Warcraft III. Nuestro objetivo es resistir 45 minutos el acoso de los muertos vivientes y la Legión Ardiente, evitando que lleguen al Árbol de la Vida antes de tiempo para que la trampa de Malfurion funcione.

Para ello debemos colaborar con Jaina y Thrall, cuyas bases se interponen entre el enemigo y la nuestra. Más nos vale mandarles ayuda constantemente para rechazar los ataques de Archimonde y compañía, pues no lograrán resistir mucho tiempo en solitario. Puede que suframos un poco, pero me encanta organizar esta defensa.

Existen varias alternativas para resistir hasta el final sin artimañas. Lo común es generar tropas de forma constante y/o construir ancestros protectores para aguantar los brutales asaltos del enemigo. A estas alturas podemos producir todas las unidades de los elfos nocturnos y además disponemos de Malfurion y Tyrande al máximo, con sus poderosísimas habilidades definitivas.

Si jugáis en difícil, puede que incluso eso no sea suficiente. La táctica que suelo utilizar yo consiste en acosar por la espalda las bases de los muertos vivientes, todo ello mediante unidades voladoras como quimeras o mejor, jinetes de hipogrifo con su largo alcance. De esa forma ralentizaremos los ataques, dividiremos sus tropas y ganaremos mucho tiempo.

Conclusiones

¡Hasta aquí el papel de los elfos nocturnos! ¿O no?… En cualquier caso, estamos ante una campaña épica donde las haya, donde debemos desplegar todo nuestro arsenal para defender Azeroth de la invasión demoníaca. Todos los implicados perdieron algo por el camino, pero valió la pena.

Personalmente, son capítulos que me encanta revivir porque adoro a sus protagonistas y la parte jugable me parece muy divertida. Es una pena que no tuviéramos más espacio para controlar a Illidan, aunque la fase entera que le dedicamos vale bastante la pena. Y vemos el inicio de su rivalidad con Arthas…

Ahora tocaría recomendaros libros en la improvisada tradición de la serie, pero en esta ocasión a mí no me convencen tanto como los que ya recomendé. Aquellos que abordan el pasado de Azeroth o los elfos nocturnos son varios. Quizá os interese el libro de Illidan si queréis saber más del personaje para darle contexto a sus decisiones posteriores.

¡Nos vemos en la próxima entrada, donde pasaremos a la parte de The Frozen Throne y tocará una nueva campaña de los elfos nocturnos!

2 comentarios en «Warcraft III parte 4: el fin de la Eternidad»

  1. ¡Como siempre genial entrada Yukha! Los elfos de la noche nunca fueron una de mis razas favoritas, pero sí que coincido con el comentario de que parece que controlemos verdaderamente a una raza milenaria porque son brutales en combate, algo que se pone de manifiesto ya desde las primeras fases de la campaña. De nuevo me ocurre como en la campaña de los orcos porque hay bastantes fases de la campaña que no recuerdo demasiado bien, aunque esta vez sin «peyorativos» de calidad de por medio, ya que al tratarse de la última campaña del juego también es la que menos jugué, pues muchas veces que intentaba ponerme con Warcraft 3 se me desinflaba el hype pasada toda la parte de Arthas.

    En cuanto a la campaña coincidimos con el Asalto al Monte Hyjal como una de las fases más memorables. Lo que sudé para completar este nivel no tiene nombre, haciendo huir a los Wisps a contrarreloj para que no me los mataran los demonios cuando llegaban a la base del árbol. Si no recuerdo mal, en este fase iba todo bien hasta que llegaba una tropa con Archimonde que, sí o sí, te eliminaba una base por completo. Vamos, o al menos yo lo recuerdo así XD Y no, no me sabia la estrategia de mandar unidades voladoras a acosar las bases del enemigo, pues estaba demasiado preocupado por intentar sobrevivir. En cuanto a la segunda fase yo me quedaría con la de la transformación de Illidan, más que por la fase en sí por el propio personaje que, todo sea dicho, le han puesto un modelo flipante en el Reforged, en la línea del Illidan de Legion.

    Como es costumbre, aunque también certero, cada vez que te comento en estas entradas, he de decir que cada día que pasa tengo más ganas de rejugar Warcraft III. A ver si me animo, dejo de lado otros quehaceres y me reconcilió con el PC para darle otro bien merecido tiento.

    De nuevo mis enhorabuenas por la entrada y espero que pronto nos leamos de nuevo con los Elfos Nocturnos pero, eso sí, esta vez cazando a los Naga en The Frozen Throne ¡Un saludo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *