Warcraft III parte 6: la maldición de los Elfos de Sangre
¡La guerra continúa! Hoy nos toca volver a Warcraft III con su parte 6: la maldición de los Elfos de Sangre. Y antes de sumergirnos en la campaña de los elfos de sangre, os dejo enlaces del resto aquí, por si os interesa.
«La maldición de los Elfos de Sangre«
La maldición de los Elfos de Sangre

Ponemos el foco en Kael’thas, príncipe elfo de Quel’Thalas que lidera a los supervivientes de su raza como un miembro más de la Alianza. Él y los suyos están a las órdenes del gran mariscal Garithos, un humano que discrimina al resto de razas. Consciente de que no es su especialidad, el tipo les otorga como primera misión la reparación de los observatorios de Dalaran.
Kael recibe la ayuda de la naga Vashj; en un principio la rechaza, pero acaba aceptando al necesitar los barcos que ella otorga de buena fe. A causa de tal acercamiento, Garithos lo amenaza con represalias si vuelve a mezclarse con los naga. Luego ordena a los elfos arrasar con las bases de los muertos vivientes… llevándose a los soldados humanos y dejándolos solos en dicha misión.
Una vez más, la líder naga ofrece asistencia y el príncipe elfo accede agradecido, pues de otra forma sucumbirían ante el enemigo. Garithos descubre su alianza y aprovecha la excusa para encerrar a los elfos de sangre por traición, condenándolos a muerte. Por suerte, Vashj logra liberar a Kael y entre ambos escapan de las mazmorras por un portal que los lleva a Terrallende.
Ahora en el otro mundo, descubren a las tropas de Maiev con Illidan preso, pero Vashj y Kael logran rescatarlo. Illidan simpatiza con la sed de magia del pueblo de Quel’Thalas y los acepta a su lado, dando inicio a la conquista de Terrallende. Sin embargo, a pesar de su victoria sobre Maghteridon, Kil’jaeden aparece y lo fuerza a retomar su antigua misión: destruir al Rey Exánime.
Opinión de la historia
En mi juventud fue una de mis campañas favoritas a nivel de personajes y la razón por la que no me gustó la historia principal de The Burning Crusade en World of Warcraft. Quien más me gustaba del trío de héroes protagonista es el propio Kael’thas, cuya situación te hace empatizar al máximo con él.
A medida que pasó el tiempo, mi conexión hacia Vashj e Illidan fue incrementándose más allá de lo que «molaban» en mi mente adolescente. Para mí era la parte de historia donde tres renegados de Azeroth unen fuerzas y buscan su sitio en un mundo que les dio la espalda por lo que son. Y eso siempre engancha.
Creo que toca detenerse en cada uno de los tres protagonistas.
Injusticias para Kael’thas

No puedo explicarlo con exactitud, pero, desde que nuestra tierra fue destruida, mis hermanos y yo nos sentimos vacíos… casi como si nos hubieran robado el alma.
Kael explicándole la situación de los suyos a su mejor aliada, Lady Vashj
Nadie con un mínimo de empatía puede quedarse indiferente ante la situación del príncipe de Quel’Thalas. Su patria fue arrasada y su padre asesinado por un humano caído en desgracia con el que ya tenía rencillas en el pasado, como descubriremos más adelante. ¿Y qué le espera tras eso? Estar bajo las órdenes del ser más despreciable de su universo.
El gran mariscal Garithos representa la oscuridad implícita en algunos humanos. Kael debe soportar su intolerancia, el racismo hacia los suyos y las injusticias que acarrean las órdenes de ese despreciable general de la Alianza. Y lo peor es que nuestro elfo aguanta estoicamente como puede, todo por el bien de su gente.
Es precisamente la actitud de Kael en toda la campaña lo que me hace rechazar su futuro en The Burning Crusade y más allá. En esta campaña de Warcraft III lo vemos priorizar a los suyos sobre sus propios intereses, tragándose su orgullo y tomando responsabilidad en una situación complicadísima para cualquier líder.
Desde luego, la sed de magia de los elfos de sangre es un tema del que se puede tirar para oscurecer la moralidad de nuestro príncipe. Aunque no me guste, pueden lograr que me crea que un día llegase a traicionar a Illidan, por mucho que aquí no encuentre motivos. Pero sinceramente, ¿qué hay de Vashj?
Todopoderosa Lady Vashj

No podíamos abandonarte, lord Illidan. Pero le debes tu libertad a ellos.
Vashj cediéndole el mérito del rescate de Illidan a Kael y sus elfos de sangre
Si prestamos atención a la campaña, veremos que la líder de los naga al servicio de Illidan es crucial para la supervivencia de sus dos compañeros. Evidentemente no es una actitud desinteresada; aun así, es ella quien ve factible unir a Kael y los suyos a las filas de Illidan, aprovechándose de su difícil situación con la Alianza.
Apuesta por los elfos de sangre, los libera y forja una sólida alianza. Con ellos viaja a Terrallende, donde llega a tiempo para rescatar a un Illidan que había caído presa de Maiev. Cuando Vashj presenta a Kael’thas, le otorga mérito y reconocimiento por la victoria, estrechando así el vínculo de los tres líderes renegados.
Esta historia ofrece una visión algo superficial de Vashj, viéndose solo su gran astucia y habilidad, por lo que debemos explorar más allá de Warcraft III para entender mejor al personaje. Y es un alivio que, al hacerlo, encajemos a la perfección su actitud aquí con sus intenciones reales. Daría para una entrada bastante larga.
En resumidas cuentas, Lady Vashj no es una santa, pero siempre estuvo a la sombra de personas supuestamente mejores que ella. No quiero ahondar para evitar destripes de WoW, pero cuando escuchamos los motivos por los que prefiere su vida de naga, todo tiene sentido. Esta mujer vale más de lo que parece y aquí lo demuestra de sobra.
Illidan, el señor de Terrallende

¡Escuchadme, patéticos mortales! ¡Soy vuestro amo y señor! ¡Illidan reinará en este mundo!
Illidan imponiéndose por la fuerza sobre el resto de habitantes de Terrallende
Quien tenga más reciente Legión de World of Warcraft quedará algo confuso al ver la forma de actuar de Illidan en estas campañas. Nuestro elfo demoníaco siempre tuvo una moralidad bastante ambigua y la nueva idea de que todas sus acciones estaban enfocadas a un bien mayor… queda un poco forzada.
Lejos de ser totalmente malvado, Illidan continúa su búsqueda de poder mientras pretende sobrevivir a la ira de Kil’jaeden. Su empresa de destruir al Rey Exánime no es en absoluto desinteresada, sino un mandato de su amo, quien encabeza a la Legión Ardiente. La razón por la que retoma dicha misión es precisamente porque el demonio lo descubre escondiéndose en Terrallende.
Al final, la ideología de Illidan es básica: la ley del más fuerte. Cuando derrotamos a Maghteridon, lo vemos regodearse y anunciar al resto de seres de Terrallende que él era ahora su nuevo señor. Es cierto que contrasta un poco con la idea del personaje que tenemos en WoW, ¡pero así era en sus tiempos «mozos»!
En Warcraft III, su unión con Vashj y Kael me parece muy interesante y me hubiese encantado que profundizasen en esa alianza durante Burning Crusade. La campaña que vivimos aquí merecía más que una secuela donde nuestros tres renegado son solo «jefes molones y conocidos a los que te enfrentarás en nuestro MMORPG». Una pena.
Fases jugables favoritas
Estamos ante la campaña más corta, con solo seis fases jugables. Pero son bastante intensas, pues por lo menos para mí, se nota el salto en el desafío respecto a la de Maiev. La raza de los humanos (elfos de sangre, en este caso) es mi menos favorita a la hora de jugar aquí y, pese a ello, me parece muy difícil decidirme por una de sus fases.
Me gusta mucho la aventura que ofrecen; cada misión tiene su atractivo y me encantan casi todas, incluso la primera donde simplemente reparamos observatorios. Siento a sus héroes más tácticos y divertidos de utilizar, especialmente Kael’thas.
Aun así debo decidirme y os adelanto que me dejaré la divertida última fase, el asalto a la ciudad oscura de Maghteridon, en beneficio de las dos que os expondré:
Las mazmorras de Dalaran
Capítulo 3

-Serviste bien al Kirin Tor, Kassan, pero el viejo orden ha desaparecido. Mi gente y yo saldremos de esta prisión de un modo u otro.
-Es triste ver cómo se echa a perder un buen mago. Haz lo que tengas que hacer, muchacho.
Kael’thas hablando con Kassan antes del inminente combate, ¡ojalá hubiésemos sabido algo más del carcelero!
Como podréis intuir por la fase que mencioné de la tumba de Sargeras con Maiev, me gustan mucho las misiones con unidades limitadas donde vivimos una aventura casi-RPG con nuestros héroes. En este caso, nuestro objetivo es escapar de las mazmorras de Dalaran con Vashj y Kael, todo ello mientras liberamos al resto de elfos de sangre.
Otra de esas donde en difícil se disfruta mejor, pues debemos ir con más cuidado por la mazmorra. Durante nuestro avance varios guardias intentarán dar la alarma, así que tocará impedírselo matándolos rápidamente o utilizando la magia etérea de Kael. Si fracasamos vendrán más guardias, y en dificultad alta conviene evitarlo.
Tiene secretos sencillos de desvelar, pero amenizan la misión y potencian a nuestros personajes con objetos tras resolverlos. Como curiosidad, la misión opcional de los archimagos nos enfrenta a las viejas víctimas de Arthas, incluido Antonidas. Y si abordamos el enigma de las ovejas, desbloquearemos el nivel secreto donde disputamos un divertido desafío del estilo «Tower Defense».
Al final nos espera el carcelero Kassan, un mini-jefe duro de roer e inmune a la magia que además está bien escoltado por muchos guardias. Debemos enfrentarlo con cautela, teniendo en cuenta que podemos liberar a muchos prisioneros de un golpe, causando el caos y aprovechándolo a nuestro favor. ¡En definitiva, una fase muy completa!
Las puertas del Abismo
Capítulo 5

Hace tiempo, tras la explosión de Draenor, un brutal señor del foso llamado Maghteridon reunió a los orcos supervivientes y se hizo con el control de Terrallende. Desde entonces, sus filas no han dejado de crecer.
Illidan dándonos una rápida introducción sobre el enorme y poderoso obstáculo con el que el trío debe lidiar
Una de las fases más duras si no andamos con cuidado. Debemos detener los continuos refuerzos que recibe Maghteridon de sus cuatro puertas demoníacas, así que tocará cerrarlas. El encargado de realizar el hechizo será Illidan y hay que protegerlo durante tres minutos en cada lugar, pues saldrán demonios para detenerlo.
Si solo fuera eso, todavía sería algo suave; de hecho empezamos la misión cerrando una de las puertas. Sin embargo, nos rodean hasta tres bases de las fuerzas de Maghteridon, que tendrán la fea costumbre de atacar la nuestra. Son fortificaciones orcas bien defendidas y una de ellas cuenta con dragones muy poderosos.
Lo mejor es empezar ocupándonos del problema más inmediato: los orcos. Conviene viajar al sur antes que nada y ayudar a los draenei liderados por Akama, cuyas tropas atacarán las bases de Maghteridon. Cuando nos libramos de la primera base, ellos seguirán intentándolo con el resto y es una buena idea unirnos a sus asaltos.
Una vez solucionado el problema de los orcos y sus benditos dragones, podremos lidiar tranquilos con los portales demoníacos. Ahora tenemos todo el tiempo del mundo y muchos recursos que explotar por el mapa. Deberíamos ser capaces de defender a Illidan durante el proceso, posicionando bien las tropas y torres defensivas alrededor de cada objetivo.
Conclusiones

¡Y se acabó la odisea de los elfos de sangre y compañía! Por lo menos hasta que volvamos a encontrarlos como adversarios. Admito que lo paso muy bien jugando la campaña, pero a su vez me resulta agridulce. Veo a los viejos personajes y me duele cada vez que recuerdo lo sucedido con Kael y Vashj en el futuro.
No puedo evitar que escueza un poco, pero bueno. Lloros aparte, la aventura de los renegados de Azeroth es genial y siempre apetece revivirla. Por simpatía hacia Kael’thas y su raza, mi personaje principal en World of Warcraft también es un elfo de sangre desde que pude creármelo como caballero de la muerte. ¡Y ojalá algún día pueda utilizar mi propio naga!
¿Hora de recomendar libros? Pues no encajaría demasiado, la verdad. Más allá del de Illidan que ya hemos mencionado, tanto Kael como Vashj salen de rebote en otros dedicados a protagonistas diferentes. El príncipe elfo lo tenemos merodeando por el de Arthas y el de Sylvanas, aunque apenas profundizan en él.
¡Nos vemos en la próxima entrada, donde tocará la última campaña de los muertos vivientes!
Ay Kael, Kael. Justo íbamos a comentar que en el libro Illidan de William King se ve mucho mejor la relación de estos tres, pero ya lo dijiste tú al final jeje (Por cierto, qué demonios le han hecho a Vashj en la cara en el remaster??). Esta campaña también es de nuestras favoritas, y la parte de las mazmorras es mucho más importante de lo que parece, porque a raíz de lo que sucede ahí se cimienta la nueva dirección que van a tomar los Sin’dorei hacia la Horda. Relación que por cierto fue gracias ni más ni menos que a Silvi y sus undead, cosa que Lor’themar menciona como de pasada en Battle for Azeroth pero que al final decide ignorar «por principios». Cuesta bastante seguir siendo Sin’dorei a día de hoy tal y como están las cosas pero bueno, eso es un tema aparte. Illidan es un personaje de una especie en extinción, como bien dices, los que no se basan en «soy bueno» o «soy malo» están ya obsoletos en WoW y es una pena.
¡Genial entrada como siempre Yukha! Justo ayer me estuve acordando de Kael’thas y de tu serie del blog porque me tocó en el Warcraft III asaltar Lunargenta y me han parecido muy interesantes los detalles de Reforged de que Sylvanas convertida sea una unidad de héroe (Aunque esto creo que ya lo comentamos) y que Anasterian sea también una unidad de héroe a abatir, algo que juraría que en el Warcraft III original no era así pues no recuerdo tan jodido el enfrentamiento final (Es la primera misión que pringó en el juego, aunque a la segunda pasada, con más calma y pensándome mejor las cosas, me la pasé más fácilmente). Todo esto viene a cuenta de que me apetecía que llegara esta entrada XD
Como te comenté Kael’thas es de mis personajes favoritos y recuerdo con cariño su parte de la campaña dentro de Warcraft III, aunque reconozco que los Elfos de Sangre, como ejército jugable, tampoco me gustan demasiado… Desde luego el papel protagonista tanto de los naga como de Illidan dentro de la campaña son algo que también le da muchos puntos a este fragmento del juego. A mí me pasó parecido a ti cuando me puse con The Burning Crusade y vi que Kael’thas era de los «malos», algo que no me casaba con el personaje que había conocido en Warcarft III, por mucho que se alinease con Vashj y con Illidan. Tampoco entiendo muy bien ese trato que se le dio a todos estos personajes con un potencial tan tremendo… Supongo que fue cosa de que eran los inicios de WoW y que en aquel entonces los usuarios no estaban tan por el «lore». De todos modos con Illidan intentaron redimirse con Legion y respecto a Kael, si no tengo mal entendido, creo que aparece en Shadowlands aunque supongo que será más un cameo que otra cosa. Si te animas sería interesante leer una entrada tuya sobre Kael tal y como hiciste con Jaine y Uther, pero sin presiones XD
Respecto a la parte más jugable de la campaña también me quedaría con la fase de las mazmorras. Otra fase que recuerdo es la del rescate de Illidan que era como una especie de tira y afloja en el que tenías que hacer que la jaula llegase a tu base antes que a la de los enemigos. La fase de las puertas demoníacas la recuerdo difícil de cojones, sobre todo por el tema de los dragones que mencionas, que hacían que derribar las bases orcas fuese un auténtico dolor de cabeza. Y poco más te puedo decir porque no recuerdo mucho más, solo que era un negado quemando a mis propias unidades con el pilar de fuego de Kael XD
Genial entrada Yukha y aquí «estoy nerviosillo» esperando a ver que nos traes para el cierre con el asalto al Trono Helado (Digo cierre porque no sé si vas a hablar de Rexxar) ¡Nos leemos!
Pd. En WoW mi personaje principal también es un elfo de sangre XD