Warcraft III parte 5: el Terror de las Mareas

¡La guerra continúa! Hoy nos toca volver a Warcraft III con su parte 5: el Terror de las Mareas. Y antes de sumergirnos en otra campaña de los elfos nocturnos, os dejo enlaces del resto aquí, por si os interesa.

«La Plaga de Lordaeron«

«La senda de los Malditos«

«La invasión de Kalimdor«

«El fin de la Eternidad«

«El Terror de las Mareas«

«La maldición de los Elfos de Sangre«

«El legado de los Malditos

El Terror de las Mareas

Warcraft III parte 5 el Terror de las Mareas

Le llega el turno de liderar la historia a Maiev Cantosombrío, la elfa nocturna líder de los Vigilantes y encargada del cautiverio de Illidan. Tras ser liberado por Tyrande, nuestra protagonista se embarca en una misión para cazar al Traidor. Lo sigue desde Vallefresno hasta las Islas Abruptas, combatiendo a los nuevos aliados de su enemigo: los naga.

Su viaje la lleva hasta la Tumba de Sargeras, donde descubre el destino final de Gul’dan y el origen de los naga. Allí alcanza a Illidan, quien toma posesión del ojo de Sargeras. El demonio derrumba la zona con ese poder y Maiev pierde a sus guerreras, pero logra escapar en solitario gracias a su poder de traslación. Una vez fuera, envía una mensajera para pedir ayuda a Malfurion.

El archidruida y Tyrande acuden al rescate, poniendo en fuga al rebelde Tempestira. El trío de héroes lo persigue hasta Lordaeron, donde ambas mujeres ayudan a Kael’thas y al resto de supervivientes que sufren los estragos de la Plaga… a costa del sacrificio de Tyrande. La sacerdotisa quizá sobreviviera, pero Maiev decide ignorarlo e informar de lo contrario.

Malfurion entra en cólera por lo sucedido y entre todos detienen a Illidan, que utilizaba el ojo de Sargeras para derrumbar Corona de Hielo por orden de su nuevo señor. Justo cuando iban a ejecutarlo, el archidruida se entera de que Tyrande podía estar viva. Los hermanos Tempestira se alían, rescatando a la sacerdotisa y quedando en paz. Sin embargo, Maiev continúa persiguiendo a Illidan hasta Terrallende.

Opinión de la historia

Otra campaña de moralidad gris, donde el bien y el mal se difuminan poco a poco para darle más importancia a los intereses de nuestros héroes. Siempre me resultó divertido acompañar a Maiev en su caza de Illidan, una bastante justificada que va cegándola hasta convertir la misión en una venganza personal.

Me encantan los cuatro personajes más importantes de los elfos nocturnos interactuando con esas complicadas relaciones. También destaca la evolución de Tyrande respecto a la anterior campaña. Además, conocemos parte de la historia de Gul’dan y entendemos quienes son los naga: elfos nocturnos malditos. Todo bastante interesante.

Pero de nuevo, los propios héroes acaparan el protagonismo al completo. Especialmente Illidan, que consolidó a sus fans de Reign of Chaos y reclutó unos cuantos más.

«El Despertar»

Warcraft III parte 5 cinemática Illidan Tempestira naga
En su día no vimos nítida la forma demoníaca de Illidan hasta esta cinemática; antes, la transformación era toda oscura

Traidor… En realidad, fui yo el traicionado. Aún me persiguen. Aún me odian. Pero ahora, mis ojos ciegos ven lo que los demás no pueden ver. Que a veces es necesario forzar la mano del destino.

El monólogo inicial de Illidan antes de despertar a los naga

La primera gran cinemática que vemos en The Frozen Throne, protagonizada por ni más ni menos que Illidan. Me parece bastante significativa por el tono de la misma, muy en sintonía con el personaje que conocíamos y lo acontecido con el resto de elfos nocturnos. La presentación del cazador de demonios como un posible «villano».

Con todo el contexto y siendo testigos del poder que nosotros mismos lo ayudamos a obtener con la calavera de Gul’Dan, lo cierto es que consigue intimidar con su cinemática. Por si fuera poco despierta a los naga, una de las razas con más potencial de Warcraft. Y si os dan tanto respeto como a mí los monstruos marinos, la sensación de temor se incrementa.

Al final, el papel de Illidan en The Frozen Throne cuesta un poco de hilar con su reaparición en Legión durante World of Warcraft. Aquí vemos con claridad que su prioridad es obtener poder, desviándose solo si Tyrande está involucrada. Hay que forzar un poco el guion para unir eso a su supuesto único deseo de acabar con los demonios.

Sin embargo, me gustó que la idea de Illidan «A veces es necesario forzar la mano del destino«, tan definitoria del personaje, vuelva a utilizarse en la expansión de Legión con el tema de Argus. Si lo reflexionamos, fue uno de los giros más inesperados y me encanta que parte de una expansión de WoW se inspirara en esta cinemática.

El amor de Tyrande

Warcraft III parte 5 Malfurion Tyrande
Malfurion y Tyrande en el arte utilizado para el relato corto «Semillas de Fe«

A pesar de lo que yo sea o de en qué me convierta, has de saber que siempre cuidaré de ti, Tyrande.

Illidan, declarándose ante Tyrande una vez consigue rescatarla… y una vez más, sin demasiado éxito

Siempre me pareció entre sorprendente y divertida la pasión que genera Tyrande en los hermanos Tempestira. Especialmente en Illidan, quien no es en absoluto correspondido, pero la sigue priorizando al mismo nivel que su ansia de poder e incluso un escalón por encima. Algo evidente para todos… menos para ella.

Como vemos aquí y más adelante en World of Warcraft, Tyrande no acaba de confiar en Illidan ni cree sus excusas. Durante Legión sí me dolió que restase valor a sus últimas palabras, pero en este The Frozen Throne es normal, pues la moralidad y los métodos del cazador de demonios son mucho más oscuros.

La elfa tiene claras sus opiniones en temas románticos. Ella prefiere a Malfurion y le deja claro a Illidan que lo descartó precisamente a causa de su obsesión por el poder. Imagino que eso potencia la rivalidad entre los hermanos Tempestira, desprecio mutuo que por fortuna saben dejar de lado si es por el bien de su amada.

En realidad, el tema del amor romántico siempre fue una parte importante del universo Warcraft, aunque actualmente lo devalúen por motivos que desconozco. Llevaba a sus héroes a cometer actos nobles y valientes… pero también injustos, pues debemos reconocer que Malfurion es demasiado voluble al respecto. Y la primera afectada aquí es Maiev.

La venganza de Maiev

Si alguien no aprecia a la sacerdotisa, esa es nuestra vengadora, quien cada vez utiliza peores métodos

Es inútil, Tyrande. Es la venganza encarnada, se ha entregado para siempre a la caza. Solo rezo para que, en su obsesión, no cause más destrucción que Illidan.

Malfurion, tras ver a Maiev perseguir a Illidan a través del portal y justo antes de desentenderse del tema marchándose a casa

Nuestra líder vigilante no es una santa, eso está claro. Menos todavía según avanza la campaña y se obsesiona con su caza. Sin embargo, tiene parte de razón cuando recrimina al resto su desdén por la justicia. El propio Malfurion se salta las normas cuando le conviene, recordando tradiciones y deberes solo si le interesa.

Haré de abogado de la «diabla»; aunque Maiev quisiera su cargo de carcelera, estuvo tantos años como Illidan dedicada a dicho servicio. Luego vino Tyrande y, saltándose cualquier regla establecida, mató a sus Vigilantes y liberó a quien nuestra protagonista recluía durante miles de años. Pero la cosa no acaba ahí.

Durante la persecución que nos ocupa, la Celadora pierde todavía más de sus guerreras, incluida su mejor amiga Naisha, y eso fue por una trampa mortal que les tiende el propio Illidan. La mentira que cuenta sobre la muerte de Tyrande es reprobable, pero está condicionada tanto por su prioridad de cazar a Illidan, como en venganza por el asesinato de sus camaradas a manos de la sacerdotisa.

Esa actitud ambigua, con diferentes interpretaciones según empatices con cada personaje, es una de las cosas que más me gusta de ellos. La Guardiana es de mis favoritas y agradezco que World of Warcraft siempre fuese respetuoso con su trayectoria. Un viaje muy emocionante el de Maiev; merece todavía más protagonismo en el futuro de su universo.

Fases jugables favoritas

Como primera campaña en The Frozen Throne, vemos varios ajustes jugables respecto a Reign of Chaos, especialmente en lo referente al enfoque de la misma. Creo que el viaje de Maiev se siente mejor como una aventura. Además, la mayoría del tiempo se centra más en gestionar unas tropas establecidas que en formar tu ejército.

Yo aprecio ese pequeño cambio que da tanta variedad a la experiencia general de Warcraft III. De esa forma consigue no volverse repetitivo, pues venimos de una campaña que también estaba dedicada a los elfos nocturnos. Donde además contamos con, para mi, los héroes más poderosos del juego.

Al ser la primera, se siente un poco más suave en cuanto a dificultad. Yo disfruto todas sus fases y aun así, no me cuesta destacar las dos que considero memorables.

La tumba de Sargeras
Capítulo 3

Hubiese sido interesante jugar más con la posible rivalidad de esta pareja, además de Illidan

-Es el Ojo de Sargeras, y contiene todo el poder que necesito para librar a este mísero mundo de mis enemigos de una vez por todas. Es irónico que tú vayas a ser su primera víctima.

-¡Estás loco!

-Es lo que tiene el aislamiento… Ahora, tras los largos siglos que me has tenido encadenado en la oscuridad, lo más adecuado es que yo te entierre a ti.

Illidan ante Maiev, antes de intentar enterrarla viva por pura venganza… y casi consiguiéndolo

La misión donde seguimos a Illidan hasta la tumba de Sargeras me recuerda más a una sección RPG que al RTS y por ello siempre me gustó mucho. La exploración importa tanto como el combate y tiene de todo: buscamos tesoros ocultos, descubrimos la historia de Gul’dan y el origen de los naga, huimos a contrarreloj…

Me encantó investigar las ruinas por primera vez; recuerdo las buenas sensaciones de esa época con cariño cada vez que vuelvo a jugar esta fase. Lo que me impactó fue el tema narrativo, encontrándonos con la mítica Lady Vashj, que desvela la verdad sobre su raza, y la fuerte rivalidad de Illidan con Maiev.

Jugablemente en si, como se disfruta más es en el modo difícil, pues te obligan a gestionar tus tropas con cierto cuidado. Sigue sin ser complicado, pero sí lo suficiente duro como para transmitirte la peligrosidad de ese lugar. Además, buscar los fragmentos del orbe de sombras de Maiev tiene su truco, pues en teoría son hasta diez objetos ocultos.

No puedo olvidarme de la sección final de la misión, donde Illidan derriba la tumba sobre nuestras cabezas. Ahí perdemos a todas las unidades y debemos huir de las ruinas solo con Maiev, mientras nagas y demonios luchan entre si. Con las traslaciones es sencillo, pero tenemos un tiempo límite y quizá la primera vez nos puede la presión.

Los hermanos Tempestira
Capítulo 8

El cazador de demonios, de muertos o de lo que sea; nuestro Illidan sirve para arrasar con cualquier enemigo

Hermano, créeme, a pesar de nuestras diferencias, sabes que nunca haría daño a Tyrande. Deja que te ayude. ¡Mis nagas pueden explorar el río! Permíteme que al menos haga esto.

Illidan, convenciendo a Malfurion para que lo suelte y le deje ir en busca de la sacerdotisa perdida

Pocas veces vemos a los Tempestira colaborando, y mucho menos a elfos nocturnos y naga. Esta fase es genial porque permite justo eso, poniéndonos al mando de los acuáticos liderados por Illidan, mientras que gestionamos la base aliada encabezada por Malfurion. Y resulta ser un reto divertido.

El deber de los naga consiste en buscar la mejor vía para llegar a Tyrande y rescatarla, mientras que los elfos nocturnos deben resistir en su posición los ataques de los muertos vivientes. Además tenemos un tiempo límite antes de que nuestra sacerdotisa ceda ante la presión del enemigo, por lo que no podemos tomar las cosas con demasiada calma.

La primera vez puede hacerse complicado gestionar dos ejércitos distintos, especialmente cuando uno de ellos pertenece a una raza nueva y desconocida. Sin embargo, cuando sabemos lo que hay, solo debemos explorar un poco con Illidan y sus naga para fortalecer a nuestro héroe con objetos mientras producimos más tropas, preferiblemente tortugas dragón.

Una vez cumplimos la misión opcional que abre una vía alternativa, lo mejor es atacar las bases de los muertos vivientes por el norte, el lugar menos defendido. ¡Tyrande estará pronto a nuestro alcance! Malfurion y sus elfos, por su parte, pueden dedicarse únicamente a defender mientras creamos una sólida muralla de ancestros protectores.

Conclusiones

Warcraft III parte 5 Maiev Cantosombrío Hearthstone

Ahora sí, los elfos nocturnos se despiden de Warcraft III en este punto… por lo menos como aliados, pues pronto tocará sufrirlos un poco. Siempre que rejuego la campaña de Maiev la encuentro muy divertida e interesante a nivel de historia, dándole también espacio a Tyrande para que veamos el cambio que causó en ella lo vivido anteriormente.

Lo que sí me llamó la atención es su dificultad, que en comparación con el resto está un poco por debajo de la media. Es cierto que tiene fases peliagudas, como la última que mencioné, pero las que siguen me parecen mucho más problemáticas. Aun así, a mí la aventura de cazar a Illidan se me pasa volando y la disfruto mucho.

Para mi desgracia, no tenemos una novela que se centre totalmente en Maiev, más allá de las apariciones que hace en las de otros. Por suerte vemos al personaje durante World of Warcraft y me gusta su evolución. La trataron poco en el juego, pero siempre bien. Y con una progresión muy correcta, ¿tendrá algo que decir en el futuro?

¡Nos vemos en la próxima entrada, donde tocará la campaña de los elfos de sangre!

2 comentarios en «Warcraft III parte 5: el Terror de las Mareas»

  1. ¡Genial entrada como siempre Yukha! Esta serie es mi puta drogaína XD Empieza The Frozen Throne y que mejor forma de hacerlo, como bien mentas, que con esa cinemática de Illidan convocando a los Nagas, una de mis razas favoritas dentro del universo de Warcraft y que, desgraciadamente, Blizzard se ha empeñado en que no podamos utilizar ni en Warcraft III (Salvado alguna fase puntual de las campañas) ni en WoW.

    Comparto respecto a esta campaña eso que comentas del viraje del RTS más puro hacia una aventura más tipo RPG, algo que, si no recuerdo mal, creo que es la tónica del resto de campañas de la expansión (Especialmente en la campaña de Rexxar la cual siempre la consideré «el experimiento» que le sirvió de referencia para desarrollar el MMORPG). A nivel de personajes destacaría a Illidan, con su diseño renovado que en el original era la polla (Nada que ver con el demonio negro de Reign of Chaos), y a Lady Vashj o cómo cojones se escriba, por mi especial predilección por los naga. En cuanto a Maiev si bien reconozco que es un buen personaje y un fichaje con mucho potencial, nunca terminó de gustarme. Y sobre Malfurion y Tyrande he de decir que es aquí cuando les acabé de coger tirria, especialmente a Malfurion, por esa falsa moralidad que utilizan a conveniencia y porque me tienen al Illidan amargao XD

    A nivel de fases jugables me quedaría exactamente con las mismas que comentas (Aunque es una campaña que me gusta en su totalidad). La fase de la Tumba de Sargeras me pareció brutal y la última, la del rescate de Tyrande, la recuerdo como una gesta épica, en la que por fin podía controlar a mis venerados naga, pero también como una fase muy jodida, entiendo que por el salto ese de dificultad que apuntas respecto a las fases previas.

    Como te comente el otro día, he pasado por caja y ya estoy con Reforged. De momento solo he completado el prólogo (Que no sé por qué lo recordaba con dos fases y no con cinco) y de momento las impresiones son buenas, aunque me siento manquísimo y se me nota mucho que he perdido mano con los RTS. Eso sí, los nuevos modelados a mí me parecen cojonudos, tanto a nivel de unidades como a nivel de escenarios. Bueno, poco a poco iré dándole y supongo que este fin de semana empezaré ya con el periplo de mi queridísimo Arthas.

    ¡Un saludo y nos leemos! Impaciente ando de leer la entrada de Kael’thas, otro de mis personajes favoritos del universo de Warcraft 🙂

  2. Me temo que aquí nos vamos a poner haters, pero no con W3 que no tiene nada criticable sino como siempre con las tendencias de Blizzard. Maiev fue desde el segundo uno, uno de nuestros favoritos de Warcraft. Empatizas con ella prácticamente al instante. Da igual que te guste Illidan o que estés o no de acuerdo con el castigo al que le sometieron, la realidad es que a Maiev se la maltrata muchísimo. Probablemente es uno de los motivos por los que Tyrande nos pareció un asco desde el principio, y tan fuerte fue esa opinión que a pesar de ser uno de los mejores protagonistas actuales nos sigue cayendo mal jaja. La relación Maiev-Illidan en W3 es maravillosa, la disfrutas muchísimo, y nos encantan todos los momentos en los que Maiev acusa y ataca a Tyrande. Cuando pierde a Naisha sientes completamente su rabia y pena (ese personaje merecía más atención pero ya sabemos cómo es Blizzard con las relaciones que no le interesan). Maiev sigue en su maravillosa esencia incluso hasta en la Burning y los acontecimientos posteriores en donde se la ve cada vez más ida y en los que tiene que intervenir su hermano Jarod (otro personaje interesante que bueno ahí está). A partir de ahí Blizzard hace lo que le gusta hacer con muchos personajes: ponerlos a hacer el ridículo. En Legión nos pareció absurdo que de repente luchara junto a Tyrande, en nuestra opinión el resentimiento hacia ella debía ser eterno. Incluso llega a defenderla varias veces en conversaciones con (la estupida de) Shandris (quién si eres horda te aparece como una patada en el culo en Shadowlands, pero bueno ese es otro cantar) cuando Tyrande diguievoluciona. Para más petardazo, se la ridiculiza en varias escenas posteriores cuando ya hemos resucitado a Illidan nuestro héroe (otra manía que tiene Blizzard, la de poner pecados insalvables y pecados que bueno tampoco fueron para tanto). Que ojo, a nosotros nos encanta Illidan, pero eso no justifica que maltrates así a Maiev. Total, que Maiev acaba siendo como Kael (ambos del w3) que aparecen simplemente para ser carne de cañón para las bipolaridades de Blizzard.
    Al menos a Vashj supieron respetarla, menos mal.

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