Naheulbeuk’s Dungeon Master y su caótica gestión de mazmorras
Ya salió Naheulbeuk’s Dungeon Master en Steam, GOG y Epic Games. Para quien no lo sepa, se trata de un simulador de gestión de mazmorras. Nos ponen en la piel del encargado en funciones del lugar y tocará lograr que nuestra mazmorra prospere desde cero, construyendo habitaciones, reclutando trabajadores, defendiéndola de asaltantes enemigos e incluso atacándolos con grupos de nuestros esbirros.
Si os suena es porque ya hablé de él en unas impresiones y ahora, tras dedicarle unas cuantas horas, toca dar un veredicto… ¿final? Empecemos por el principio.
Campaña o libertad

El juego presenta dos formas de jugarse. La primera es un modo Campaña con su propia historia, donde conoceremos a varios personajes y los veremos interactuar luciendo el típico humor característico de Naheulbeuk. Aunque no está tan inspirado como en su RPG, como ya temí en su momento, tiene diálogos graciosos, agradecidos guiños y buenas referencias.
De todas formas, la idea del modo Campaña es vivir una experiencia guiada en la que nos enseñarán a jugar paso a paso. La profundidad de la gestión de Naheulbeuk es bastante generosa y resulta imprescindible empezar por aquí. Empatizando al máximo con el duro trabajo del mayordomo Reivax, tocará aprender a gestionar mil cosas, como qué habitaciones necesitamos para satisfacer a los esbirros que vayamos reclutando.
Según avancemos, se irán desbloqueando nuevos pisos de la mazmorra y la necesidad de controlar cada aspecto de la misma se duplicará. Además, debemos organizar nuestra defensa para cuando nos asalte el enemigo y preparar a los esbirros para cuando toque realizar incursiones, ganando o perdiendo beneficios según lo bien que lo hagamos.
El modo libre tiene básicamente la misma premisa que la campaña: prosperar con la creciente mazmorra y llegar a lo más alto. Sin embargo, nos permitirá configurar algunos parámetros para facilitar o complicar la partida. Aquí no nos presentarán el tutorial que sí vemos en la campaña, por lo que es recomendable dejar ese modo libre para experimentar cuando hayamos aprendido a jugar.
La mazmorra más caótica

La gracia del juego reside en el simpático caos que se forma en la mazmorra según avanzamos. Acabamos centrándonos en la buena gestión del espacio (y el dinero) a la hora de construir, pero especialmente en el cuidado de las necesidades de los distintos reclutas en nuestro creciente equipo. Al fin y al cabo, si los trabajadores están insatisfechos, nos abandonarán o montarán huelgas.
Ahí es donde la experiencia se vuelve quizá demasiado caótica y difícilmente sostenible. Cada empleado requiere ciertas condiciones para mantenerse satisfecho, algo que podemos cumplir analizando bien la situación. El problema se hará visible cuando vayamos añadiendo plantas a la mazmorra y con ello, multiplicando los esbirros máximos disponibles.
Llega un punto en que controlarlo todo se vuelve un desafío complicado. Al fin y al cabo, no nos dan la posibilidad de organizar las rutinas de los propios trabajadores o asignarles áreas en concreto según su raza, por ejemplo. Y así podremos encontrarnos con que resulta imposible satisfacer a la vez a un elfo, quien prefiere una habitación limpia, junto a un piel verde, que requerirá todo lo contrario. ¡O un enano, que molestan por naturaleza!
Si solo fuera eso, serían obstáculos propios de la jugabilidad. Por desgracia, en mi partida topé varias veces con la situación de que a pesar de cumplir las necesidades de los empleados, estos abandonaban igualmente la mazmorra. O esbirros que se marchan por no cobrar su salario, cuando contaban con instalaciones y presupuesto de sobra. Estuve investigando y no parezco ser el único al que le sucede. Es una pena, porque puede mandar al garete sin previo aviso nuestra progresión y dicho descontrol tiene poca justificación ahí.
Conclusiones

Naheulbeuk’s Dungeon Master es un título bastante profundo en lo que se propone, por lo menos a nivel de opciones y personalización de tu mazmorra. Por desgracia, creo que todavía es pronto para su lanzamiento. Se puede disfrutar y avanzar, pero existen más problemas en el camino de los que podremos evitar, unos que alteran la progresión y generan frustración de cara a la sostenibilidad de futuras finanzas de la mazmorra.
Mi recomendación sería esperar un poco a que Artefacts Studio revise los bug y quizá incorpore alguna que otra mejora de calidad de vida para afrontar con mayor acierto las múltiples exigencias de los esbirros a nuestro cargo. De lo contrario, con el paso de las horas se hace demasiado cuesta arriba… ¡Por lo menos para novatos en el género, como es mi caso!
En lo personal, me alegraría que tuvieran éxito en el futuro. El encanto de The Dungeon of Naheulbeuk es innegable y la saga que están formando con sus videojuegos me parece prometedora. Este título presenta una premisa interesante, pero para que brille de verdad, deberían seguir puliendo la experiencia.