Mandragora: Whispers of the Witch Tree, ¿el Souls 2D del año?
De pocos juegos ofrezco impresiones previas al lanzamiento y cuando lo hago, suele ser porque me llaman la atención. Este es el caso de Mandragora: Whispers of the Witch Tree, un metroidvania-souls en desplazamiento lateral que resulta atractivo a simple vista. Yo lo jugué en PS5, pero también lo tenéis en PC y Xbox.
Una vez completado el viaje, con casi todo el mapa explorado y la historia principal completada, ¿valió la pena? Pues ya os adelanto que sí, por mucho que dicha opinión tenga ciertos matices.
De inquisidores y brujas

La historia nos pone en la piel de un inquisidor o inquisidora, según el personaje que personalicemos. El inicio resulta interesante y va directo al grano: estamos en pleno juicio de una bruja junto a nuestro jefe, el gran sacerdote. Ahí ocurre algo que consigue un extraño poder para nuestro protagonista y con esa premisa, inicia el viaje.
Hay que señalar que la historia es bastante sencilla y predecible a poco que estemos habituados a la fantasía oscura, por lo que no va a sorprender. Sin embargo, presentan varios personajes y nuestras elecciones en diálogos pueden alterar ciertas escenas. Incluida la conclusión de la trama, que tiene más de una versión final.
También conoceremos a algunos vendedores que se quedarán en nuestro campamento, nos mandarán algunas misiones y podremos mejorarlos en sus respectivos oficios. Siento que aquí existe cierto potencial desaprovechado, porque podría haberse jugado más con los personajes ola propia base. Ojalá tuviéramos mayor interacción aquí.
De todas formas, lo que ofrece el juego a nivel narrativo justifica bastante bien la historia y nos da un propósito por el que avanzar. Creo que podría haberse profundizado más o jugado mejor con la temática de las brujas y la inquisición, pero lo veo poco arriesgado en ese sentido. Me hubiese gustado «elegir bando» de forma más dramática o que se centrasen en esa lucha.
Exploración a fondo

A nivel jugable, el título ofrece un mundo variado y de buen tamaño a explorar, cumpliendo genial en ese ámbito. No es algo revolucionario en cuestión de diseño de escenarios, pero tiene un mapa bien interconectado que apetece recorrer de cabo a rabo. Como es habitual en estos juegos, encontraremos obstáculos inalcanzables hasta que no obtengamos ciertas habilidades.
Lo bueno de Mandragora es que tiene un buen montón de misiones secundarias y tesoros a descubrir, pero no nos romperán la cabeza a la hora de buscarlos. Los mapas son claros y los límites están bien marcados, especialmente cuando encontramos cierto objeto en cada uno de ellos. Por si eso no es suficiente, también podemos añadir iconos nosotros mismos.
En mi partida descubrí la mayor parte del mapa y se me hizo muy ameno, sumando unas 20 horas de juego incluyendo los créditos finales. Imagino que conseguir el 100% requerirá un poco más, pero creo que resultará satisfactorio decidamos o no quedarnos hasta dicha marca. En mi caso, probablemente lo intente.
Lo único malo que señalaré es la distribución de los puntos de guardado. Y es que ciertas muertes accidentales pueden obligarnos a reiniciar partes engorrosas del camino. Este no es un juego en el que se muera tanto como en otros del estilo, pero reaparecer lejos de algunos jefes me parece un error. En especial para los nuevos que decidan darle una oportuniad.
El acierto del Souls 2D

En temas de combate, es muy similar a la mayoría de «souls» de desplazamiento lateral. En el camino encontraremos monstruos comunes problemáticos, pero no son mayoría. El combate contra jefes es pausado, pues debemos priorizar el evitar daño antes de aprovechar un momento óptimo para atacar. Hasta ahí, nada nuevo.
Por suerte, Mandragora ofrece un sistema de personalización por clases, cada una con su propia arma estrella, habilidades activas y árbol de talentos pasivos. Podemos centrarnos solo en una de las clases o mezclarlas, por ejemplo aprovechando las mejoras de dos de ellas. En mi caso, llevé una guerrera que empuñaba un espadón, pero tenía unas pocas y útiles mejoras de fuego.
Como siempre, me gusta destacar el trabajo realizado en los jefes y el juego tiene unos cuantos destacables. Sin embargo, eso solo ocurre con los enemigos principales de la trama, porque el resto de jefes secundarios son copias más débiles de otros. Y eso está bien, pero se abusa un poco de dicho recurso y se nota que la variedad de enemigos importantes no es tan amplia.
Al final tenemos un juego decente en tema de batallas, con un desafío justo y accesible para iniciarse en el género. Eso sí, como comenté antes, los puntos de reaparición son un problema si alguno de estos enemigos nos derrota. De ser así, debemos incluir la ruta hasta el jefe en el reintento. Y eso a mí me sobra; es un engorro innecesario en todos los juegos de este estilo.

Valoración final
80/100
Resulta que Mandragora: Whispers of the Witch Tree es lo que parecía al primer vistazo: una aventura de fantasía oscura bonita, bien justificada a nivel narrativo y sólida en términos jugables. Dicho conjunto ofrece una experiencia bastante notable, aunque pueda mejorarse en ciertos puntos. O eso creo yo, ¡quizá es que no llueve a gusto de todos!
¡Por cierto! Empiezo a comentar cada vez menos el tema audiovisual, porque lo veo absurdo por mi parte. Sin embargo, debo destacar que a mí me encantó Mandragora en ese apartados. ¡Y así concluye mi segundo viaje Souls del año, justo después de lo vivido en The First Berserker: Khazan! Ambas aventuras me gustaron mucho, ¿será 2025 mi reenganche con el género? ¡Veremos!