The First Berserker: Khazan o cómo debe hacerse un buen Souls
¡Qué fácil es cambiar de planes! Tenía en mi lista varios juegos recientes que quería priorizar antes que The First Berserker: Khazan. Pensaba que no me apetecía otro juego de acción desafiante y este encajaba perfectamente en ese molde. De hecho, eso es lo primero que hay que saber: su estructura y jugabilidad son las clásicas de los catalogados como «souls».
Sin embargo, la realidad es que empecé a jugarlo y fue convenciéndome cada vez más a medida que avanzaba en cada fase. Eso es algo maravilloso del juego: la forma en que va de menos a más, enriqueciéndose conforme obtienes habilidades y exploras nuevos escenarios. Pero antes de eso, empecemos por lo que más me llamó la atención:
Magnífica fantasía oscura anime

A pesar de no ser un «mega triple A», el juego se ve de fábula con el estilo anime de fantasía oscura. Su ambientación está muy bien conseguida, con preciosos escenarios y geniales diseños. Por supuesto, tanto el protagonista como los jefazos lucen increíbles. El propio Khazan me encanta, con todas y cada una de sus posibles armaduras según el equipo o conjunto que le pongas.
El juego entra por los ojos y le agradezco mucho que no se corte a la hora de mostrar sangre. Tras tanta censura en ese sentido, resulta refrescante ver a nuestro protagonista sucio de sangre y esparciendo la de sus enemigos por el escenario. No es algo muy loco ni detallado, pero le sienta genial al tono de la aventura y el tipo de juego que es.
La presentación en general está más que aprobada. Tenemos un buen puñado de escenas y combates épicos en 3D, así como el trasfondo de ciertos personajes y sucesos representados con ilustraciones dinámicas. Además, contamos con una sección para los datos de la trama, el bestiario con los enemigos y ese tipo de detalles que siempre se agradecen.
Por último debo destacar la banda sonora, la cual es muy importante en juegos que requieren tu concentración absoluta en cada combate. Y aquí encaja perfectamente, con temazos en ciertos jefes que te ponen en situación y te motivan a combatir. A fin de cuentas, no tendremos la historia más elaborada posible, pero está muy bien acompañada.
La venganza de Khazan

Como ignoro completamente el universo de DNF, no puedo daros contexto en lo relacionado con su mundo, pero la historia del juego se entiende bien de todas formas. Aquí acompañaremos a Khazan, un gran general que cayó en desgracia, traicionado y torturado. Por suerte, gracias a la intervención de un ser del Inframundo, el protagonista emprende el camino en busca de su venganza.
La trama en si no es nada revolucionario y apenas se profundiza en sus personajes, que viven de su genial estética y los momentazos que protagonizan. Aun así, cada paso hacia la verdad de lo que sucedió con Khazan nos anima a seguir adelante. En el sentido de sumergirnos en su propia odisea y justificar la desafiante tragedia junto a nuestro guerrero, cumple de sobra.
Eso sí, tiene mejor narrativa que el típico «souls». Aquí, además de las notas y esa «narrativa ambiental», sabemos qué ocurre en cada momento y porqué hacemos lo que hacemos. Es una pena que no se trabajasen un poco más las relaciones entre personajes. Vincularnos mejor a ellos hubiese funcionado genial en una aventura de fantasía oscura como la que nos ocupa.
En cualquier caso, no todo puede ser una historia profunda a todos los niveles y justo por eso tampoco lo consideraría un punto en contra. Aprueba en inmersión gracias al apartado audiovisual y su jugabilidad. Khazan no viene a hacer amigos; estamos aquí para destrozar a aquellos que hundieron su vida. Con cada victoria que conseguimos, lo acercamos a su meta.
De los mejores Souls

No me entretendré en detallar las bondades y manías de los juegos «tipo souls», porque ya las conocemos de sobra y The First Berserker entra en dicha estructura. Lo que sí destacaré es lo bien que hace lo que se propone, para mí de los mejores trabajos en este estilo. Será un souls, pero es uno muy bien hecho y que centra la dificultad donde debe estar: en los jefes.
Los dieciséis jefazos que encontramos (excluyendo al del tutorial por razones obvias) son una maravilla. Todos tienen sus propias mecánicas y patrones, puntos débiles, detalles en su actitud o movimientos clave que requieren que actuemos de forma distinta contra cada uno. En unos nos recompensa ser agresivos, en otros es mejor jugar a la defensiva, o priorizar bloqueos y esquives según el ataque que lancen.
Para hacer frente a los magníficos enemigos que se nos presentan, podemos elegir entre tres tipos de arma: hacha y espada en cada mano, espadón o lanza. Puede que a algunos les parezcan pocas, pero por lo menos cada opción se siente única y está bien resuelta, con su estilo de combate y técnicas propias. Especial atención al espadón, mi absoluta favorita. ¡Pocas veces logran convencerme con la jugabilidad de armas pesadas a dos manos!
Y no profundizaré mucho en la exploración, porque son los escenarios a los que estamos habituados en este tipo de juegos. Bien es cierto que están muy bien diseñados, intuitivos a pesar de carecer de un mapa para guiarnos. Su mayor virtud es que no presentan un reto tan elevado como los jefes, por lo que son fases más «relajadas» hasta que encontramos el verdadero obstáculo: el enemigo final.
¡Y también en modo fácil!

Cada poco tiempo tenemos polémica con la dificultad de este tipo de juegos. Khazan podría haberse sumado a esa lista de títulos, pero los desarrolladores se adelantaron a eso y nos pusieron un «modo fácil» para suavizar el reto si así lo queremos. Por lo poco que probé, el juego sigue siendo el mismo, solo que los enemigos tienen menos aguante y daño.
Es una suerte, porque parece una opción viable para vivir una experiencia similar, pero agilizada para quien prefiera no estancarse en los jefes. Aun así, yo os recomiendo el modo normal, porque jamás sentí injusta su dificultad. Requiere que aprendamos las mecánicas y estemos atentos, dándonos batallas increíblemente emocionantes y obligándonos a crecer como jugadores.
Aun así, como no todo el mundo encuentra la misma satisfacción en eso, me gusta que exista una opción más fácil. De todas formas, pienso que el juego pierde parte de su encanto si carece del desafío base, porque en este caso está bastante bien medido. Y tenemos varias misiones secundarias para fortalecernos, aparte de enriquecer la historia de sus personajes y guiarnos al «final verdadero».
Lo único que no me gustó es la implementación de las «invocaciones». Ante la puerta de cada jefe tenemos la opción de pedir ayuda a un NPC, pero a mí me parece más una molestia que otra cosa. Bien es cierto que podemos «farmear» ciertas monedas y fortalecerlos, así que quizá facilitan el juego a la larga. Yo los acabé ignorando.

Valoración final
90/100
Ahí está, The First Berserker: Khazan me pareció un juegazo espectacular, exigente y bien resuelto, muy por encima de lo que esperaba. Entré por su maravilloso apartado visual y me quedé por el perfecto desafío que encontré en cada gran batalla. Es una experiencia que requiere la atención y el compromiso del jugador, pero recompensa con momentos épicos y la satisfacción de una victoria merecida.
Lo completé todo hasta el final verdadero y me dejó muy buen sabor de boca. ¡Hasta tiene Nuevo Juego+ con desafíos mayores! Su único defecto es que, a día de escribir esto, los logros o trofeos están mal implementados y no saltan cuando deberían. Por suerte, eso no es un fallo del propio juego y puedo vivir con ello.
Ojalá lo arreglen, claro, porque me gustaría lucirle el platino. ¡Que me lo he ganado, demonios! Y a ver si continúan añadiendo contenido o lanzan una secuela en el futuro, porque el final se abre a una posible continuación. Yo estaría a bordo el primero. Le pusieron el listón «souls» alto al inminente Mandragora.