South of Midnight debió ser una película de animación
Quizá sea injusto cuestionárselo, pero lo haré admitiendo mi ignorancia sobre el tema. ¿No quedarían mejor experiencias como South of Midnight adaptadas a una película? Y para nada es un comentario despreciativo. Simplemente, creo que sus grandes virtudes destacarían más en ese formato que en un mercado tan saturado como el de los videojuegos.
Tras completar South of Midnight, opino que la simplificada experiencia de juego le resta valor a su verdadero atractivo: el apartado audiovisual. La estructura narrativa y las propias mecánicas de videojuego no le hacen justicia a lo que realmente destaca.
El diluido viaje de Hazel

Uno de mis problemas con el juego es precisamente su narrativa. La premisa es sencilla, pero tiene potencial: Hazel (la protagonista) discute con su madre, ocurre cierto incidente y se lanza a rescatarla. También nos enteraremos de que su padre no está y apenas tiene relación con su abuela, la madre de su padre. Ese es el drama familiar que debió ser el principal foco de la historia.
Sin embargo, por el camino vamos ayudando a personajes secundarios que poco tienen que ver con la protagonista. Y algunas de esas historias están bien, pero considero que roban tiempo a la profundidad que necesitaba el núcleo de personajes que rodean a la protagonista. Los secundarios sirven para poner en práctica el tema sobrenatural, pero apenas ahondamos en dicho poder; simplemente está ahí.
Por todo eso, llegué al final de la historia esperando profundizar mejor en la madre o la abuela de Hazel, quienes sí tienen un papel vital en la historia. Y me llevé una decepción bastante grande, porque ambas hacen poco o nada en la propia aventura. ¡Solo fuera de cámara! Estas cosas hay que mostrarlas, y más en una experiencia de juego tan visual como South of Midnight.
Lo curioso es que leo por ahí que la narrativa es uno de sus puntos fuertes. Quizá esté yo equivocado, pero en mi opinión, ¡es todo lo contrario! El título se luce en su presentación audiovisual, con esa fantástica animación y estilo artístico, así como en su potente banda sonora. Por desgracia, la historia es tan superficial que incluso siendo corta (¿8 horas?), se me hizo larga. Lo «secundario» fue demasiado efímero e irrelevante como para emocionarme.
Jugabilidad cumplidora… y ya

La experiencia jugable que ofrece South of Midnight es lo que me acaba de definir la opinión que titula esta entrada: debió ser una película de animación. Y es que sí, su sistema de combate cumple su función, pero no ofrece nada del otro mundo. De hecho, estamos luchando con los mismos enemigos durante todo el juego. ¡Hasta el jefe final utiliza a esos monstruos en su enfrentamiento.
Eso es otro punto en contra: los jefes. Se sienten muy poco inspirados, destacando únicamente en su diseño artístico. En temas jugables no son nada especial y curiosamente, el peor de ellos es el que debería ser su mejor baza: el último jefe que mencioné antes. En definitiva: los combates no aportan demasiado. A mí hasta me sobraron.
Es cierto que yo no vine aquí esperando disfrutar al máximo de las batallas, pero… ¿cómo decirlo? Cuando llevaba unas pocas horas, cada combate que se avecinaba empezaba a darme pereza. Además, al ser tan básicos, tampoco motivan a que te salgas del camino principal para explorar y potenciar a la protagonista con los objetivos extra. Unos desvíos también poco inspirados, dicho sea de paso.
Al final, lo que tenemos es una jugabilidad tan repetitiva y superficial en su estructura como la propia historia. Lo único que destacaría es la fluidez de movimientos de la protagonista, siendo lo mejor el recorrer sus escenarios durante las sencillas secciones de plataformeo. Sin embargo, no son un desafío real e incluso eso acaba sintiéndose como un trámite más.

Valoración final
50/100
En retrospectiva, me doy cuenta de que lo único que disfruté de South of Midnight fue el tema audiovisual y por ahí salvaría la experiencia. Por lo demás, no me gustó la historia y me sobraron muchas de las mecánicas jugables, así que esa media de ocho horas se me hicieron largas. Me sabe mal, porque yo venía aquí a vivir una experiencia cortita pero interesante, o a emocionarme con la historia.
No conseguí ninguna de esas cosas, pero por lo que he leído y escuchado, algunos sí lograron disfrutarlo. Nada que reprocharles: es cuestión de gustos. Lo bueno de que esté disponible en el Game Pass de Xbox es que muchos podrán probarlo y juzgarlo por ellos mismos. En mi caso, por desgracia, me dejó malas sensaciones.
Pues qué pena porque realmente tenía ganas de jugar este, en oferta quizá lo pille entonces.
Al parecer mi opinión es minoritaria, a mucha gente le encantó. A mí desde luego me parece demasiado caro para lo que es.