Yakuza: Like a Dragon, viviendo la vida en formato JRPG
Desde que aposté por arriesgarme en lo que a videojuegos respecta, estoy descubriendo muchos títulos en los que antes nunca me habría planteado sumergirme. El caso de hoy es Yakuza: Like a Dragon, juego cuya aparente premisa no me atraía, pero tratándose de un JRPG y con recomendaciones de confianza, decidí lanzarme. ¡Buena elección!
Antes de hablaros sobre mi experiencia, advertiré que es mi primer título de su veterana saga. En su día probé por encima aventuras anteriores, pero nunca profundicé. Ahora, gracias a este, quizá acabe echándoles otro vistazo… al fin y al cabo, tenemos la secuela Infinite Wealth a la vuelta de la esquina. ¡Pero hablemos del que nos ocupa!
Ichiban, el héroe que no sabía que necesitaba

No sería exagerado señalar que el protagonista, Ichiban Kasuga, es el máximo responsable de que la experiencia sea tan especial. No es solo un gran personaje; el juego utiliza su predilección por Dragon Quest para convertir Yakuza: Like a Dragon en un RPG, tal como el personaje se toma la vida. Y su imaginación logra maravillas.
Toda la aventura tiene ese encanto tan particular que otorga dicho enfoque. Las batallas son por turnos y tanto aliados como enemigos toman aspectos y roles que satirizan ocupaciones reales, adaptando la fantasía a la época contemporánea. El resultado es increíble: personajes descorchando champán para hacer daño de frío, un vagabundo utilizando comida para tirarte palomas encima… ¡hay que jugarlo para entenderlo!
Estamos ante uno de los RPG más originales y llamativos que podemos experimentar, con un apartado audiovisual excelente. A eso se suma una historia de personajes muy bien escritos con los que empatizar fácilmente. No se cortan a la hora de mostrarlos vulnerables o exponerlos y dejarlos en evidencia. Resulta sencillo entenderlos, apoyarlos y acompañarlos en su viaje.
Efectivamente, Ichiban Kasuga es quien más destaca y con él me apuntaría a cualquier fiesta. Desde la trama principal hasta las secundarias más absurdas, todo tiene un brillo especial junto a este protagonista. Acompañado por sus virtudes y defectos por igual, dándole su toque particular a la vida, nuestro protagonista consigue atrapar incluso a los que solemos preferir otro tipo de aventuras.
Dramas de yakuzas

La historia la vivimos desde la perspectiva de Ichiban y no debemos temer el ignorar lo sucedido en la saga hasta ahora, ¡ya que él tampoco sabe nada! Por cierta situación, nuestro hombre acaba en la cárcel casi 20 años y al salir, se encuentra incluso más perdido que nosotros. Lo cierto es que el juego realiza un gran trabajo sumergiendo a los novatos en este mundo.
Esta trama trata muy bien temas como el honor, la lealtad y el orgullo que podríamos esperar en dichas historias. Sin embargo, también profundiza en otros asuntos y utiliza misiones secundarias para tocar varias situaciones. Vale la pena hacer dichas tareas opcionales, pues forjan muy bien el creciente apego de Ichiban a su ciudad y son un soplo de aire fresco respecto al argumento principal.
Participar en carreras de karts, participar en mini-juegos para mantenerte despierto en el cine, gestionar tu propia empresa o simplemente mantener el ritmo en el karaoke son actividades que aportan mucho. Esa maravillosa variedad sustituye un poco al hecho de que nuestros compañeros, a pesar de ser buenos personajes, no dispongan de misiones secundarias demasiado profundas. ¡Pero sí los conocemos bien y disfrutamos de tiempo con ellos!
Por lo demás, la historia principal es bastante buena y emocionante te centres o no solo en ella, con interesantes giros de guion, personajes secundarios y antagonistas muy especiales. Es cierto que de vez en cuando debemos suspender nuestra credibilidad en momentos que se desarrollan de forma algo forzada, pero el resto de virtudes lo acaba compensando. ¡Y resulta muy satisfactorio llegar hasta las escenas finales!
Más vale fuerza que maña

Junto a los múltiples mini-juegos opcionales que encontramos en la ciudad, lo importante a nivel jugable es el sistema de combate, uno por turnos que nos permite personalizar la experiencia gracias a las distintas clases accesibles a los protagonistas. Aun así, debo decir que no es excepcionalmente profundo. A mi modo de ver, no existen tantas opciones como para experimentar demasiado.
Para mí, las batallas resultan especialmente disfrutables gracias a la original estética de los luchadores y sus espectaculares ataques. No obstante en lo jugable, su desafío solo toma forma hasta muy avanzada la historia, con claros picos de dificultad artificiales en comparación a lo vivido hasta ese punto. Eso nos deja algunos jefes presentando batallas demasiado largas o que pueden obligarnos a entrenar previamente para superarlas.
Yo no necesité «farmear» para completar el juego, pero se me hizo necesario realizar misiones secundarias para estar al nivel de experiencia y equipo tras ser destrozado en cierto capítulo, o al necesitar dinero para avanzar. No fue algo molesto, a mí me pareció divertido… aunque entendería a quien lo señalase como una flaqueza de la experiencia. Al fin y al cabo, yo suelo criticarlo en otros títulos y me parece un diseño mejorable.
De todas formas, en general me gustó bastante y tiene muchísimo contenido interesante para aquellos que quieran dedicarle el máximo tiempo posible. Por mi parte, acumulé unas 60 horas que pasaron volando y todavía me quedaron tareas, además de tener disponible una mazmorra extra y Nuevo Juego+ al completar la primera partida. ¡Casi nada!

Valoración final
92/100
Yakuza: Like a Dragon es un JRPG muy completo que se sitúa sin problema entre las mejores novedades que viví en los últimos años con el género. Para mi sorpresa, lo disfruté sin reservas a pesar de que la temática mafiosa no me suele atrapar. Gracias a esta experiencia, me planteo visitar los títulos anteriores y tengo muchas ganas de jugar a su inminente secuela, Infinite Wealth.
Los detalles negativos son eclipsados por sus múltiples virtudes, pero si debiera destacarlos, me centraría tanto en ciertas escenas forzadas repartidas por la trama (algo menor), como en el método de desplazamiento por la ciudad. ¡Ya podrían dejarnos recorrer las calles con una bicicleta o algo parecido! Por suerte, parece que el próximo juego incorpora transportes similares.
Y poco más que añadir. Si todavía no lo habéis probado, os animo a que le deis una oportunidad. A estas alturas con casi cuatro años encima, suele encontrarse a un precio de risa, especialmente si lo comparamos con la desbordante cantidad de contenido interesante que puede ofrecer.
Lealtad, honor y orgullo son aspectos muy importantes para los japoneses y eso siempre se nota en todo lo que hacen. Videojuegos, anime, novelas, cine, etc. Es una delicia cómo los dominan.
Joven maestrooooooooooo!!!!!! Wakaaaaaaaaaa