Crítica Yakuza: Like a Dragon, SPOILERS de la historia

Como tengo por costumbre realizar una crítica a la historia de juegos que le den importancia a ese apartado, creo que Yakuza: Like a Dragon no podía quedarse fuera. Y es que salvo situaciones puntuales, donde los acontecimientos se desarrollan de forma algo forzada, estamos ante una gran trama principal bastante bien hilada. ¡Último aviso para abandonar si no queréis SPOILERS!

Valoración Yakuza: Like a Dragon

Para no alargarlo más de lo que debería, esta vez me gustaría centrar mi opinión solo en el desempeño de cuatro personajes, aquellos que considero los pilares fundamentales de la historia. Todo ello con el permiso del bueno de Nanba, quien es el mejor compañero de Ichiban y probablemente el individuo que más aporta junto a los que mencionaré.

Masumi Arakawa

Crítica Yakuza: Like a Dragon Masumi Arakawa

Quizá me entraron ganas de impresionar a un niñato de mierda que conocía mi nombre.

No en vano la historia empieza con sus orígenes y se centra en su tragedia. Nos muestran a la perfección la injusticia de su vida al completo, convirtiéndose en el motor principal tanto de nuestro héroe como de los antagonistas. Esto es algo magnífico, ya que nosotros solemos verlo a través de los ojos de Ichiban, quien lo respeta muchísimo. Pero a pesar de sus virtudes, él es mucho más que eso…

Masumi ve su vida derrumbarse desde muy joven tras la muerte de su padre. Dicho suceso trastoca su vida y le obliga a buscar venganza por su asesinato. Lo triste es que, por el camino, se convierte él mismo en un asesino de la yakuza. A pesar de todo, jamás logró cobrarse su venganza personalmente, ¡ironías de la vida! Y no tardaría demasiado en recibir otro enorme varapalo.

La forma en que acaba su relación con Akane, o su escena abriendo una taquilla a puñetazos para rescatar a su hijo… La vida de este señor es tan cruda que duele verla. Más todavía cuando comprobamos que no pudo otorgarle una vida feliz a Masato, a pesar de intentarlo. Y que por el camino complicaría muchísimo la existencia de Ichiban, quien sí era su hijo biológico.

Este increíble personaje es la clara representación de la cruda realidad y del destino riéndose de nosotros. Ni siquiera pudo quedar en paz cuando logra su cometido como yakuza, ya que es traicionado y asesinado. Su muerte me hizo sentir una tremenda pena; cayó sin conocer la verdad y pesándole todos sus fracasos. Y eso que iba a dedicar el resto de su vida a algo más noble. ¡Ni pudo comerse el dichoso pato pekinés junto a su verdadero hijo!

Jo Sawashiro

Crítica Yakuza: Like a Dragon Jo Sawashiro

Aquellas palabras fueron muy duras… Y me han perseguido quién sabe ya cuánto tiempo.

Esperaba de él un papel antagónico menor y poco más… Confieso que era quien peor me caía del juego por su forma de tratar a Ichiban y su agresividad gratuita en general. Sin embargo, lo que nos recuerda este juego es que siempre hay algo más allá de las apariencias. Y aunque sigo teniéndole esa manía, me parece un gran personaje con una presencia intimidante que aporta muchísimo a la trama.

Para empezar, su origen entre maltratos y la violenta vida callejera nos hacen entender más que de sobra la actitud del hombre. Pero lo interesante del asunto son sus motivos reales para unirse a la familia Arakawa, así como la lealtad inquebrantable hacia el jefe y su hijo, quien en realidad lleva la sangre de Sawashiro en las venas. Suelen darnos pistas sobre ello, como su actitud sobreprotectora solo con Masato.

Perdonándoles la conveniente casualidad de los dos niños en taquillas contiguas, es tan duro como realista ver que Jo y su novia de aquel entonces tomaron la cruel decisión de abandonar a su hijo. Es producto de su estilo de vida; dejarlo fue la mejor solución que se le ocurrió a alguien como él. El karma le vino después, años más tarde, cuando vuelve a verlo y es testigo de la impotencia del chico.

Me encantó que su motivación sea un gigantesco sentimiento de culpa por su responsabilidad en la condición física y emocional de su hijo, algo que marcaría para siempre la vida de ambos. De paso, nos muestra su lado honorable con esa profunda lealtad a Masumi Arakawa, agradeciéndole en secreto todo lo que hizo. Un sentido del honor que vuelve a lucir delatándose a si mismo antes de asesinar a Hoshino, contándole por fin la verdad a Ichiban y finalmente entregándose a la policía. ¡Un genial antagonista!

Masato Arakawa

Crítica Yakuza: Like a Dragon Masato Arakawa

Supongo que también es mi culpa por odiarme a mí mismo y luchar por cambiar.

Si hablamos de antagonistas, tenemos que incluir al sorprendente villano principal, alguien que poco a poco fue convirtiéndose en uno de los personajes más sólidos en esta historia. Y es que Masato, o Ryo Aoki, es una contraparte perfecta para Ichiban y a lo largo de la trama vemos lo bien hilada que está su relación, además de entender (que no justificar) las razones tras sus acciones.

El joven Arakawa no tuvo una vida precisamente feliz, a pesar de que su padre procuraba otorgarle todas las comodidades. No debemos olvidar que Masumi era un líder yakuza y tanto su actitud, como sus acciones o el personal en quien delegaba el cuidado de su hijo estaban marcados por esa importante circunstancia. Dicho de otra forma, pese a seguramente intentarlo por todos los medios, el jefe Arakawa no sería un buen padre. O mínimo, no el padre que el chico necesitaba.

Me encanta que no se corten un pelo en mostrar a los personajes vulnerables o en situaciones humillantes, donde sus heridas emocionales tienen consecuencias reales y cuestan de sanar. Este es el caso de Masato, quien entre otras cosas, es ridiculizado por una «novia» que se aprovecha de él en una de las primeras escenas y eso lo marca profundamente. Más adelante también lo vemos de pequeño, impotente en su silla de ruedas, sintiéndose apartado y desgraciado.

No me extraña lo mucho que le cuesta a Ichiban convencerlo de que abandone sus planes al final del juego. A través de sus ojos, el mundo siempre le reafirmó la realidad más cruel, sin dejarle apreciar los sentimientos de quienes lo valoraban de verdad. Solo al creer genuinamente en las palabras de Ichiban, que lo quiere por quien es (igual que Masumi y Sawashiro), es cuando decide arrepentirse y volver a empezar.

Es importante señalar que eso solo sucede al ya haberlo perdido todo, por lo que queda bastante creíble. De todas formas, ¡la vida no es tan sencilla como eso! Por mucho que nos arrepintamos, las consecuencias de nuestras acciones no desaparecen… como demostró la repentina puñalada de Kume, arrebatándole esa última oportunidad de redención. A pesar de la tristeza que genera dicho final, me encanta que el juego sea consecuente con el tono de su historia.

Ichiban Kasuga

Crítica Yakuza: Like a Dragon Ichiban Kasuga

Jiro Kasuga y Masumi Arakawa. Que tenga o no la prueba no cambia el hecho de que los dos fueron mis padres.

Ichiban se ganó el corazón de muchos jugadores, entre los que me incluyo, por ser un magnífico protagonista con el que resulta fácil conectar. Es imperfecto, temerario e ingenuo; alguien poco avispado que de hecho empezó siendo un canalla. Pero escondía muchísimas virtudes, las cuales salen a la luz gracias a idolatrar a quien lo salvó sin esperar nada a cambio: Masumi Arakawa. Y bueno, ¡también por jugar a Dragon Quest!

Nuestro protagonista se descubrió como alguien honorable y de buen corazón a pesar del entorno en el que se movía. En especial es increíblemente leal con sus seres queridos. Quizá no tuvo la vida más cómoda, pero siempre es muy agradecido y cercano con las personas que lo rodean, tanto las del pasado como la nueva familia que forma en su adultez. Tiene algo que incita al resto a depositar su confianza en él.

Vivimos algunas situaciones idealizadas en el oscuro contexto de una trama de yakuzas por ser él el personaje principal, pero en su mayoría lo vemos fracasar o perder a gente sin que pueda evitarlo. Aun así jamás se rinde y vuelve a levantarse, rasgo que le caracteriza y resulta inspirador tanto para sus amigos como para cualquiera que esté a los mandos.

Sus escenas son magníficas en todo sentido, controlando el humor y la epicidad como solo él sabe. Sin embargo, las que más valoro se centran en sus dramas emocionales. Esa férrea lealtad hacia Masumi Arakawa y su insistencia en redimir a Masato es a veces contradictoria y parece fuera de toda lógica. Pero es que así somos los humanos en demasiadas ocasiones con quienes queremos: aunque el mundo nos deje claro qué es lo racional, seguimos apostando por lo contrario si así nos sentimos.

Conclusiones

Hasta aquí mi opinión sobre el drama de estos cuatro grandes personajes, que de una forma u otra marcan la partida e incitan a reflexionar. Está claro que la trama principal que los envuelve se trabaja a las mil maravillas, logrando que empaticemos incluso con los villanos y no solo con nuestro héroe. Y eso siempre lo valoro mucho. ¡Me encantaron!

A nivel personal, está claro que el propio Ichiban es el mejor protagonista que podían ofrecernos para una trama de estas características. Todo este embrollo vivido a través de sus ojos engancha y resulta de lo más emotivo. Siempre me hace sonreír saber que seguirá adelante a pesar de todo. Un ejemplazo de superación personal. ¡A ver qué tal se comporta en Infinite Wealth!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *