Snow Bros Wonderland, jugando con nieve y plataformeo
Son pocos los títulos de plataformas que traigo por aquí, pero tras Nikoderiko: The Magical World, me llegó la oportunidad de experimentar otro más: Snow Bros Wonderland. Este lo podéis encontrar en PC, Nintendo Switch y PlayStation, siendo esta última la plataforma donde yo lo he jugado.
Soy consciente de que es una saga veterana, pero yo no la conocía hasta ahora, así que os daré mi opinión sin la influencia de experimentar sus predecesores.
Hazme un muñeco de nieve…

Lo primero que debemos tener claro es que Snow Bros cuenta una historia con un toque infantil bastante olvidable, algo que ocasionalmente llega a entorpecer el ritmo de la jugabilidad con sus diálogos. Eso sí, los textos y voces están en español y quizá eso apele a los pequeños de la casa, ya que puede jugarse en cooperativo de hasta cuatro jugadores.
En resumidas cuentas, si jugamos solos, controlaremos a uno de los protagonistas con el objetivo de superar una sucesión de fases en las que priman la acción, los puzles sencillos y el plataformeo. Hay varios capítulos, cada uno con una ambientación distinta y para que os hagáis una idea, superar el juego por primera vez me llevó unas seis horas.
De todas formas, la duración de Snow Bros dependerá mucho de la forma en que lo abordéis. Existen tres niveles de dificultad, además de un buen número de coleccionables para encontrar y desbloquear. No son pocos los retos ocultos en cada fase, con tesoros extra como habilidades pasivas asignables, piezas de ropa y trajes completos para personalizar la utilidad y el aspecto de nuestro protagonista.
Si os engancháis a su fórmula y os picáis para sacarlo todo, probablemente se alargue bastante un buen tiempo. Imagino que en cooperativo será más entretenido, pero yo no puedo confirmároslo.
Pateando bolas de nieve

En cuanto a la jugabilidad de cada fase, hay que resaltar que no es un plataformas 3D al uso. Para empezar, tenemos la vista desde arriba y en su mayor parte, los retos se centran en la mecánica principal del protagonista: disparar al enemigo (u objeto) hasta convertirlo bola de nieve y luego patearlo para derribar al resto, o utilizar la bola como una plataforma más.
Esta fórmula, aunque demasiado central en la jugabilidad, es más interesante de lo que parece. El juego te recompensa con más puntos si eliminas a todos los enemigos de un golpe, por ejemplo, así que resulta importante saber a quién convertir en bola de nieve y hacia dónde patearlo. Además, según avanzamos, el protagonista adquiere nuevas habilidades como subirse y dirigir la bola durante un tiempo.
Por todo eso, aunque el plataformeo está presente, casi siempre el principal incentivo será la acción (a la hora de disparar al enemigo, esquivar los ataques y patear bolas de nieve) y los puzles (buscar la forma de aprovechar nuestra habilidad para superar obstáculos o eliminar a los monstruos de la forma más rápida posible).
Para mí, eso es lo mejor del juego: ofrece algo ligeramente distinto al resto de títulos similares. La mecánica de crear y manipular bolas de nieve en nuestro beneficio resulta imprecisa en ciertos momentos, pero sí se hace entretenida. Entre eso y los jefes finales, con la opción de rejugar para desbloquear tesoros, la aventura no cumple mal en términos jugables.
Conclusiones

La cumplidora jugabilidad de Snow Bros Wonderland, junto a la posibilidad de disfrutarse en cooperativo, compensan un poco sus carencias. Para mí, esas flaquezas residen en la historia olvidable que incluso sobra o en su falta de encanto audiovisual. ¡Pero esto último puede ser algo subjetivo, así que juzgadlo vosotros mismos con algún vídeo!
En definitiva, yo no soy el público objetivo de Snow Bros, pero tampoco me parece mal juego a los mandos. Sinceramente, lo recomendaría si os llama el género y tenéis alguien con quien compartirlo, ya que probablemente el interés se duplique con la experiencia cooperativa.