Visions of Mana, el destino de los nuevos elegidos
El regreso de esta saga tan clásica, junto a otros como el de Star Ocean, son la prueba de que Square Enix está probando a revitalizar algunos de sus viejos universos. ¿Les saldrá bien? Hoy tocar comentar qué tal la experiencia de Visions of Mana (PS, Xbox, PC), el primer título nuevo de su serie en varios años si dejamos remakes y remasters aparte.
Para quien no lo sepa, esto es un ARPG accesible que propone la típica aventura de fantasía tradicional de la saga Mana. En ese sentido, los que conocéis estos juegos no os llevaréis demasiadas sorpresas con el objetivo principal del viaje.
La aventura de los exvotos

Nos ponen en la piel de Val, un joven que es nombrado «custodio de ánimas», una suerte de guardián cuyo deber consiste en proteger a ciertos elegidos en su peregrinaje al Árbol de Maná. Y es curioso el contraste del tono ligero y alegre del título con el objetivo principal de su aventura: sacrificar las vidas de sus protagonistas para proteger el mundo.
A pesar de ser un relato juvenil y desenfadado, la historia tiene ocasionales toques de dramatismo que motivan a seguir para descubrir el destino de nuestros héroes. No obstante, aprovecha muy poco los interesantes temas que aborda, evitando profundizar en ellos. A mí me gustó en general y me sorprendió con algunas escenas, pero tampoco es un juego que recomendaría por su trama.
En cuanto al grupo de protagonistas, son puros estereotipos de la fantasía japonesa. Eso no le resta encanto a unos pocos, e incluso se permiten hablar de amoríos sin tantos complejos como nos tienen habituados. Aun así, la mayoría me parecen olvidables y en lo personal solo me quedaría con Val, Hina y quizá Karina. Existe algún otro interesante, pero se queda a medio camino.
Lo mejor del viaje en este sentido es que nos acompaña un apartado audiovisual bastante decente, con su cuidado estilo artístico (más allá de que te guste o no a nivel personal) y una banda sonora que encaja genial con el relato de fantasía que vivimos. Y si os gustan las voces en japonés, reconoceréis el buen trabajo de varios de sus seiyu, hasta en los personajes secundarios.
Explorando Qi’Diel

Teniendo como premisa el viaje por su mundo mientras reclutamos a los distintos protagonistas y llegamos a nuestro destino, parece bastante acertado que en esta entrega se centrasen en amenizar el camino. En este caso, el mapa se divide en varias zonas explorables con sus puntos de viaje rápido, aunque también acabaremos recorriéndolo sobre tres tipos de montura.
Durante la historia principal me pareció un viaje entretenido, obteniendo habilidades para sortear obstáculos por el camino; nada complicado y muy lineal en ese sentido. Aun así, la primera vez que visitemos cada zona, veremos un gran número de lugares de interés que no podremos activar o alcanzar sin obtener herramientas a las que accederemos más adelante.
Me parece importante destacar que esa necesidad de volver a escenarios ya visitados solo merece la pena al final del viaje, una vez tienes todas las habilidades. Creo que ahí fallan en la estructura, porque si decides desviarte antes del final para completar misiones, dejarás demasiados puntos atrás y te tocará volver de nuevo en el futuro. Y sinceramente, más allá de conseguir el 100%, el juego no se siente satisfactorio durante la exploración opcional.
Algo parecido ocurre con las tareas secundarias; no restan encanto a la experiencia principal, pero tampoco aportan nada. Si sois completistas, las veréis como lo que son: misiones de «relleno» que sirven de excusa para revisitar zonas. Como todas comparten las mismas mecánicas, acaban volviéndose repetitivas muy pronto en la partida.
Los guerreros del Mana

Si en un aspecto pusieron especial énfasis jugablemente hablando, es en el combate. Aunque empezamos despacio con pocos personajes y opciones, a la larga cada héroe se vuelve muy personalizable. Mediante artefactos especiales (que también utilizaremos en combate), elegiremos y cambiaremos a placer entre 8 clases disponibles para cada luchador.
Bien es cierto que las diferencias entre clases no son tan pronunciadas, más allá del tipo de arma que utilizarán y su especialización. Cada héroe tiene un rol bastante definido (Val es un guerrero y Palamina es mejor lanzando magia, por ejemplo). Aun así, sumándole el amplio repertorio de magia asignable, podemos trastear bastante para forjar al equipo que mejor se adapte a nuestro estilo de juego.
En dificultad normal o inferior, ni jefes ni enemigos básicos dan demasiados problemas, pero la cosa cambia si decidís jugar en difícil. Ahí debemos preparar lo mejor posible a los héroes y tener en cuenta las afinidades elementales, que serán muy efectivas según la debilidad de los oponentes. También es importante organizar la estrategia de los compañeros, dar órdenes cuando queremos que utilicen objetos o magia (la IA cumple… más o menos), y cambiar el control entre ellos según sea necesario.
Entre los múltiples jefes obligatorios, los opcionales y desafíos de combate extra, tenemos total libertad para decidir si queremos una aventura relajante o una experiencia algo más desafiante, ajustable en cualquier momento de la partida. Yo elegí el «difícil» y lo disfruté mucho. Admito que algún jefazo se me hizo largo, con ataques tediosos de evitar, pero en general es un reto accesible sin dejar de sentirse satisfactorio durante su aventura principal.

Valoración final
75/100
Esperaba encontrar en Visions of Mana un videojuego de acción muy bonito, divertido y desenfadado, y eso es justo lo que ofrece, dándonos algo más de valor a su profundidad jugable si subimos la dificultad. Admito que ciertos momentos de su trama me hicieron elevar mucho mis expectativas, pero con el paso de las horas se desinfla y queda en algo superficial como para elevarlo en términos narrativos.
Considero que la parte más torpe y repetitiva del juego sale a relucir cuando quieres completarlo al 100%, demostrando que simplemente llenaron de actividades clónicas sus escenarios para rascar horas de forma artificial. Sin embargo, centrándonos en la aventura principal y con el reto al máximo, tenemos un ARPG bastante competente en su género.
En general estamos ante una de esas experiencias que es justo lo que parece a simple vista y en ese sentido resulta complicado que decepcione a nadie, ¡al contrario! Eso sí, si queréis mi opinión, pienso que deberían repetir la fórmula de Trials of Mana con sus protagonistas. Funcionó mejor eso de elegir a nuestro favorito y dar valor a la rejugabilidad, en vez de alargar una sola aventura con actividades secundarias de relleno.