Shin chan: Nevado en Carbónpolis, recados y misterios en Akita
Hoy hablaremos del nuevo juego de Shin chan: Nevado en Carbónpolis (para Steam y NSW), título que sale este jueves día 24 y ya tuve la oportunidad de disfrutar para traeros mi opinión cuanto antes. A los que os gustó el anterior «Mi verano con el profesor», sabréis a lo que venís aquí. Pero para los que no, ¡toca explicarlo un poco! Y tranquilos, viene con textos en español.
Básicamente, estamos ante una relajante aventura encarnando al niño más descarado del anime; nuestro papel consistirá en cumplir sencillas tareas y vivir su día a día en el pueblo natal de su padre, Akita. Y en cierto momento, Shin chan encontrará la misteriosa ciudad de Carbónpolis, pudiendo viajar libremente entre ambos lugares.
Vacaciones en Akita

La premisa de su historia es sencilla: Hiroshi se lleva a su familia en un viaje de negocios, pero no es más que la excusa para visitar Akita y poco después descubrir Carbónpolis. Como Shin chan, nos dedicaremos a explorar, conocer distintos personajes y completar misiones sencillas en sus aventuras diarias, la mayoría de ellas centradas en la recolección de objetos.
Depende de lo que esperéis, su parte narrativa puede convenceros o decepcionaros. Si bien es cierto que la ambientación y sus personajes tienen ese encanto que luciría la serie de Shin chan a nivel audiovisual, aquí no encontraremos el humor exagerado que generan sus caricaturizados protagonistas. De hecho la mayoría serán nuevos, siendo pocas las caras conocidas (básicamente, el protagonista y su familia).
El propio Shinnosuke mantiene su personalidad, gestos y respuestas clásicas, pero en esta aventura se porta mejor que nunca. No lo veremos provocar malentendidos o molestar, y las interacciones con su familia son anecdóticas. Por ello, es importante aclarar que no veréis las típicas situaciones cómicas de la serie. El propósito es distinto; está relacionado con la tranquilidad del día a día y un cierto toque de nostalgia.
La pieza central de la trama reside en Carbónpolis, esa ciudad misteriosa que iremos visitando a nuestra discreción para avanzar en la historia. Los personajes y el propio lugar ya nos dan pistas de que algo no encaja, siendo ése el enigma principal. No esperéis un argumento elaborado, y ya os digo que el ritmo lento. Pero sí funciona y tiene una bonita conclusión, dejando sensaciones agradables en sus compases finales.
El niño de los recados

A los mandos de Shinnosuke, nuestro deber será cumplir los encargos que el resto de personajes nos pidan, tanto en misiones principales como en secundarias. Esto abarca desde cazar bichos hasta pescar, recoger objetos o cultivar en nuestro pequeño huerto, todo ello con mecánicas sencillas y llevaderas, simulando algo mundano. Nada exigente a nivel jugable.
Las tareas podremos completarlas a nuestro propio ritmo e iremos expandiendo nuestras posibilidades según avancemos. El límite es simplemente el tiempo de cada día en el juego, que cambiará entre mañana, tarde y noche según juguemos, hasta que sea la hora de acostarse. Pero nada que deba agobiaros, porque seguiremos avanzando a la mañana siguiente sin restricción o penalización alguna.
También participaremos en unos pocos mini-juegos que nos recompensarán con objetos útiles o dinero. El más destacable se desbloquea bastante tarde en la partida, consistiendo en unas carreras de vagonetas por las vías de Carbónpolis. Ahí podremos personalizar y mejorar un poco nuestro vehículo para ganar las distintas competiciones… y algunas tienen su miga.
La jugabilidad busca otorgar la simple satisfacción de ir completando misiones, rellenando la lista de coleccionables y conseguiendo los distintos logros del juego para quien le interese. Lo que tardemos en terminar el juego dependerá mucho de lo que nos entretengamos con secundarias; a mí me llevó 12 horas llegar a los créditos, pero todavía me falta alguna pieza y carrera que superar.
Conclusiones

Me gustó Shin chan: Nevado en Carbónpolis, un estilo de experiencia que a muchos les puede servir para tranquilizarse y desconectar, como fue mi caso. No es para todo el mundo, pero sí resulta una buena opción para momentos concretos en los que apetece algo relajado. Y sinceramente, el juego se ve encantador en su estilo artístico.
A nivel personal, eché de menos que se aprovechase mejor a los carismáticos protagonistas de la serie ahí presentes (¡a los padres de Shinnosuke!), pero supongo que no buscaban ese tipo de fanservice. Me quedé con lo positivo en este sentido: los nuevos personajes volviéndose entrañables con la resolución del tema de Carbónpolis, dejando la mayoría de respuestas claras y otras a nuestra imaginación.
Viendo que parecen estar funcionando, espero que continúen con esta serie de juegos dedicados a Shin chan y a ver qué nos depara el siguiente. Si me preguntasen a mí, sugeriría ambientar el próximo en la propia Kasukabe y sacarle jugo a todo el fanservice posible de la serie. Imagino que sería más complicado en varios sentidos, ¡pero por pedir…!