Historia de Ys IX, reflexión y valoración subjetiva
Tras un largo mes desde que analicé Ys IX: Monstrum Nox, ya tocaba escribir una opinión extendida sobre su historia. Hoy dejaremos a un lado su excelente jugabilidad para centrarnos en lo que nos cuenta la aventura más reciente de Adol.
Solemos valorar mucho más el apartado jugable de la saga Ys, pues nunca falla en resultar divertido y satisfactorio. Por el camino, es habitual dejar la historia en segundo lugar… algo que no me parece apropiado. Quizá las tramas de Ys sean más clásicas, pero siempre son buenas y enganchan hasta el final.
En esta ocasión aviso que habrá SPOILER de toda la aventura, así que no deberíais continuar leyendo sin haber acabado el juego.
El arte de contar historias

Como bien dije, una de las principales habilidades de Falcom es narrarnos buenas historias. Desconozco cómo lo harán en su saga de The Legend of Heroes, pero con Ys lo bordan. No es tanto el contenido de las mismas, que suele ser más clásico entre los JRPG. Lo que importa es la forma de sumergirnos en su aventura, despertar nuestro interés y querer acompañar a Adol hasta el final del trayecto. Y consiguiendo en todas las ocasiones esa sensación de satisfacción al finalizar cada uno de sus juegos.
Con Ys IX: Monstrum Nox han realizado uno de sus mejores trabajos. La historia sigue una estructura sencilla. Tenemos la introducción en la aventura y las presentaciones de cada personaje junto a sus problemas, separadas por capítulos. Esa buena construcción de la situación nos va ofreciendo detalles del conflicto final, para acabar mostrándolo una vez el grupo está completo. Tras descubrir ese típico secreto que oculta el villano de turno, nos lanzamos a la recta final de la historia para salvar la situación.
Pese a obedecer esas sencillas reglas, Ys IX les da su propia forma. Todos los capítulos son interesantes, haciéndonos dar satisfactorios pasos en la dirección correcta. Además de eso, en esta ocasión nos motivan utilizando el recurso del misterio y le sienta de maravilla. Siempre queremos saber qué está ocurriendo con Adol y porqué manejamos a dos versiones del protagonista. No nos dan tregua en ese sentido, quitándonos rápido de la cabeza la sensación de que podemos estar en dos situaciones temporales distintas. A la vez, nos ofrece pistas sobre la verdad y podemos llegar a adivinarlo antes de tiempo. El Adol de la prisión actúa a la vez que el Crimson Knight de fuera, que es nuestro personaje principal en la aventura. ¿Qué demonios estará pasando?
Aventurero legendario

Tenemos que resaltar la figura del protagonista, por fin dignificada como bien se merece. No es casualidad que yo considere Ys Origin una de las mejores historias de la saga. El resto también me encanta, pero siempre han tenido un punto flojo: el propio Adol. Es un protagonista icónico, pero siempre le ha fallado esa falta de diálogos. Entiendo el propósito de la misma, pero creo que funciona mejor en juegos como The Legend of Zelda con Link y sus simbolismos. Adol protagoniza un JRPG clásico que tira mucho de diálogos, escenas y situaciones donde sería necesario que el personaje principal dé la talla.
En Ys IX Monstrum Nox vuelven a prescindir de ellos… más o menos. Aquí ensalzan la figura de Adol como protagonista reconociendo sus méritos. Todo el juego es un homenaje a las aventuras que ha vivido el pelirrojo, haciéndole un gran favor a su imagen como el merecido héroe de múltiples historias. Se utiliza por fin la enorme experiencia que posee nuestro aventurero, dándole mayor valor a su historia. De paso, también sirve como un bonito regalo a los jugadores que lo hemos acompañado durante el resto de sus títulos. Al fin y al cabo, siempre han intentado que nos sintamos como Adol, consiguiendo aquí por fin que valga la pena ese fuerte vínculo.
Los ejemplos que justifican esto son muchos durante la trama. Se reconoce al pelirrojo por la fama que le precede. A su vez, se tienen en cuenta los múltiples sucesos que ha vivido, siendo verdad que desde fuera pueden verse sospechosos. El resto de personajes valoran su dilatada experiencia con creces; tanto es así que incluso el antagonista lo aprovecha en beneficio de sus planes. Llegamos al punto en que nuestro enemigo final es… ¡el propio Adol! Un clon mezclado, por supuesto, con el poder de todas esas entidades que ha conocido. Es de los mejores jefes finales a nivel de narrativa que hemos tenido en esta saga.
Y eso sin contar los monstruos ya conocidos que encontramos en nuestro camino a la conclusión de la trama. Fue un detallazo el incluir enemigos como el primordial de Lacrimosa o los demonios de los primeros Ys. No se siente forzado y aporta mucho a toda esa idea de utilizar la alquimia (habilidad que supuestamente se introduce en Ys V) para aprovechar las vivencias de Adol en el resto de juegos.
Una situación mejorable

Pese a todas mis alabanzas hacia el trabajo que han hecho con el protagonista, sigo creyendo que puede mejorarse. Es el momento de que nuestro aventurero tenga sus propios diálogos, pues su personalidad ya está bastante definida. Una de las mayores pruebas de lo que digo es el personaje de Crimson Knight. Su breve escena despidiéndose de Adol es muy emotiva y demuestra una vez más la forma de ser real del protagonista. También vemos que la voz de su seiyu, Yuki Kaji, le viene como un guante a su personalidad.
¿Por qué esperar más a darnos los diálogos de Adol en el resto de la aventura? ¿Quizá estén esperando a un «relanzamiento» de la saga con un remake de los primeros Ys? Sinceramente, no creo que cambien esa característica de nuestro aventurero favorito. Sin embargo, mantendré la esperanza. La saga tiene un nivel de jugabilidad y diversión increíble. Sus historias son geniales y si hay detalles que la separan en ese apartado del resto del género, uno de ellos es este.
El otro es la falta de riesgos tomados en la aventura que nos ocupa. En esta ocasión utilizan un tono ligeramente más serio y a un Adol mayor. Nos hacen tomar mucho cariño a sus personajes, otorgándoles gran valor a cada uno de ellos. Creo que este era el momento perfecto para darnos un final agridulce. No nos bastaba con la «desaparición» de Crimson Knight. Sí, la conclusión feliz del juego nos hace sentir alegría y saca una sonrisa cuando vemos unidos a los nuevos defensores de Balduq. Pero yo creo que le faltaba algo que habría subido el nivel enormemente: drama.
El poder de la muerte

Uno de los factores clave en las historias que más nos impacta suele ser la muerte de un personaje importante, un sacrificio, o ese villano que acaba redimiéndose y cayendo para subirle el nivel a la trama. Mirad lo que ocurre con Zack en Crisis Core y en muchos Final Fantasy, o lo que consigue Tales of en varias de sus tramas mediante este recurso. Ys lo ha tenido en algunas de sus historias pero, inexplicablemente, aquí han prescindido de ello. Y es cuando más le hacía falta.
Si algo hemos echado de menos en Monstrum Nox, es un villano memorable. El alquimista no nos sirve demasiado, pues se muestra de verdad muy tarde y no nos apegamos mucho a él. Chatelard tenía potencial, pero no lo desarrollan tanto y aunque su caída puede impactar, queda lejos de ser una muerte poderosa. Así que en el caso de Ys IX necesitábamos que uno de los protagonistas principales cayese. Seamos sinceros: los personajes de la saga no suelen volver a aparecer en sus nuevas historias. No perdían demasiado sacrificando a uno de ellos.
Aquí podrían haber utilizado a Aprilis, borrando de un plumazo el problema de su cuestionable destino debido al cuerpo que posee. Hubiese sido una muerte magnífica, un sacrificio lógico y apropiado para el personaje. O bien arrebatarnos a Doll, una protagonista a la que le faltó un drama a la altura de su interesante trasfondo. En vez de eso, le dieron una felicidad que sí, quizá nos saca una sonrisa. ¿Pero cuánto hubiese incrementado su valor si acabase dando la vida inmortal por Aprilis y sus nuevos amigos?
No me malentendáis, me gustó el final de Ys IX. Sin embargo, creo que podría haberse coronado de mejor forma con algo similar a lo que acabo de exponer. En mi opinión, era lo que le faltaba al título para alcanzar la excelencia a nivel de historia en un videojuego.
Los protagonistas

Podemos discutir cuál es mejor, si Lacrimosa of Dana o Monstrum Nox. Cada uno tendrá su opinión. Lo único que creo objetivamente cierto hace referencia a sus personajes. Pienso que Ys VIII construye mejor la situación de sus personajes secundarios, haciéndote reconocer más a los náufragos de Seiren. Pero si hablamos de los protagonistas, haciendo alusión al grupo de compañeros activos que acompaña a Adol… aquí Ys IX supera a su predecesor. Y al resto de títulos de la saga, o ese es mi punto de vista.
Los Monstrum son personajes increíbles que, sin aportar conceptos verdaderamente innovadores, cumplen a un nivel impresionante. La manera de presentarlos uno a uno es muy efectiva; los conocemos a buen ritmo. Nos encariñamos fácilmente con Krysha o Yufa, personajes más clásicos pero no por ello menores. Jules es un gran añadido, ofreciendo un punto de vista distinto, pues él no quiere acabar con la maldición Monstrum. Algo lógico si pensamos en la salud física de su cuerpo habitual. Adquiere más valor gracias a su conexión con el colaborador necesario de los experimentos que se están realizando en Balduq.
Con Anemona tenemos a una muñeca como personaje jugable, ¿se puede pedir algo más? Su vínculo con Aprilis y el villano final se utiliza muy bien, aunque creo que su trasfondo podría haber dado para más. Pero el que más destaca sin lugar a dudas es Credo. Puede que en otras sagas no llame tanto la atención, pero para Ys es un compañero muy fresco. Su carácter difícil y sus ácidas intervenciones le dan una variedad necesaria al grupo protagonista. Me sorprendió y gustó bastante verlo al final del juego junto a Geis. Sería genial volver a encontrarlo y comprobar donde le ha llevado su buen desarrollo en Ys IX.
Aún recuerdo con una sonrisa su forma de despedirse de Adol, descubriéndolo observando su partida en lo alto de la muralla. ¡Por si creíamos que no se despediría! En conjunto, los Monstrum son el mejor grupo de la saga.
Reflexión final

Sé que durante esta opinión de su historia he expuesto varias pegas o detalles mejorables. Pero lo hago porque realmente creo que tenía el potencial para alzarse por encima de otros títulos más importantes entre los JRPG. A pesar de ello, Ys IX: Monstrum Nox me encantó de principio a fin. Es uno de esos juegos que completé al 100% y, aun habiéndolo hecho, sigo disfrutando de vez en cuando de su modo Time Attack. Tanto por la jugabilidad, que es muy divertida… como por el cariño que le tengo a sus personajes, Adol incluido.
Hasta ahora mi juego favorito de la saga fue Ys Origin. Apreciaba mucho el trabajo que realizaron con su historia y protagonistas; de hecho sigo haciéndolo. Sin embargo, creo que en esta ocasión conectaron conmigo de la mejor forma. La ambientación de Ys IX, sus personajes, las transformaciones en Monstrum, la importancia otorgada a Adol… todo se ha juntado para situar al título como mi absoluto favorito. Sé que otros prefieren Lacrimosa of Dana y me parece muy respetable, pues es otro juegazo increíble e incluso más grande que Monstrum Nox. Pero en mi caso, el último de la saga se ha ganado mi corazón a pulso.
No sé qué le depara a Ys como franquicia, pues Falcom parece siempre más interesada en The Legend of Heroes, dándole preferencia en los últimos tiempos. Solo hay que ver como aquí hemos tenido cierta carencia técnica e incluso nos han privado de uno de sus maravillosos opening. Todo ello me dio cierto miedo antes de jugar, pues creía que la saga perdería calidad. Sin embargo, he visto que en los puntos que me importan (jugabilidad e historia) sigue rindiendo a un nivel altísimo.
Creo que el mundo de los videojuegos necesita mucho más Ys. No será uno de los universos donde mayor cantidad de recursos se invierten, pero sí de los más mágicos y divertidos que podemos disfrutar hasta la fecha. Su veteranía le da una posición privilegiada bien merecida. Espero con ganas ver un gran futuro para esta gran saga.