25 años de Pokémon en Europa, magia de Rojo y Azul
Pues sí, el tiempo pasa volando y ya hemos vivido 25 años desde el día en que Pokémon Rojo y Azul llegaron a Europa. Para mí fue un momento importantísimo, pues aunque debí «esperar a los Reyes» meses más tarde, por fin tuve mi primera consola propia. Y como no podía ser de otra forma, acompañada del legendario juego que nos ocupa.
Desde ese momento, inicié la tradición de comprarme la mayoría de consolas de Nintendo, básicamente por jugar a esta saga. Poco después el catálogo de imprescindibles fue expandiéndose con los universos The Legend of Zelda y más adelante Fire Emblem, pero el primero fue Pokémon. Concretamente, la versión Rojo.
¡Charmander, te elijo a ti!

Por razones obvias, el recuerdo está algo difuso por el tiempo, pero sé que mi primer contacto con Pokémon fue gracias a jugarlo en la consola de mi prima. Si no me falla la memoria, ella tenía la versión Azul y yo pude jugar un rato (¡sin guardar, claro!). ¿Cuántas veces hice ese primer tramo hasta el gimnasio de Brock? ¡Y todas con Charmander!
Como tantos otros niños y niñas, el que a mí me fascinaba era el Charizard que vi en la portada de la versión Rojo. Por extensión, me encantaba Charmander y su evolución, Charmeleon. Muchos sabíamos que derrotaríamos mejor a los Geodude y Onyx con otros Pokémon, pero aun así preferíamos sobreentrenar a nuestro inicial para superar el reto. ¡Éramos niños y bastante menos pragmáticos!
Y es que si algo mágico tiene Pokémon es nuestra conexión con sus criaturas. Dicho vínculo es gran parte del éxito inicial, más allá de las tácticas de batalla. Incluso a día de hoy, que muchos solo se dedican al competitivo y no les importa la aventura, ¿a cuántos Pokémon efectivos y poderosos de nuestro equipo les acabamos tomando cariño?
La clave de un juego de captura de monstruos es que nuestro avatar no pelea, así que nos representa perfectamente: somos nosotros eligiendo quién nos acompañará y luchará. Por ello, la aventura principal de Pokémon (muy de la mano con el anime, un extra de motivación) promovía y fortalecía la adoración hacia esos queridos compañeros de viaje. Y el mío durante mucho tiempo fue Charmander.
Una aventura tan simple como mágica

Si algo sabemos los fans de Pokémon es que la primera generación no fue precisamente la más compleja. De pequeños no nos importaba demasiado, pero estoy seguro de no ser el único que objetivamente ya vio el gran salto de calidad en Johto. Sin embargo, como tantísimo remake ha demostrado, los juegos base tienen un encanto fascinante que evoca pura nostalgia.
A pesar de lucir ideas sencillas, el tener de rival a un talentoso idiota como «Gary» (Blue, Green, llamadle como queráis) y luchar contra el malvado Team Rocket fue una experiencia enriquecedora. El recorrido por los gimnasios hasta el Alto Mando era un maravilloso incentivo, con varios de esos líderes que todos recordamos (ah, Sabrina…), o la propia caza y entrenamiento de Pokémon por el camino.
A día de hoy, suele señalarse la simpleza de los diseños de las criaturas en la primera generación… y a esas voces críticas no les falta razón. Pero se les olvida que, además de simples, eran tremendamente efectivos. Al fin y al cabo, la audiencia objetiva de la saga son niños (aunque luego los disfrute quien quiera). ¿Y acaso alguien puede rebatir el absoluto éxito que cosecharon?
En definitiva, la aventura que inició la saga dejó recuerdos inolvidables y momentos icónicos. Pokémon como los tres iniciales o Snorlax; el misterio de la Torre o el barco; esas icónicas aves legendarias y la odisea que era cazarlas, junto al poderoso Mewtwo y las leyendas de Mew… Yo le guardo cariño incluso al pesadillesco Túnel Roca o a los pesados Zubat, que acabó convirtiéndose por pura insistencia en uno de mis favoritos.
Conclusiones

Sé que parece una entrada bastante aleatoria, pero me apetecía rememorar un poco ese gran momento que fue la llegada de Pokémon Rojo y Azul a Europa. Pasaron muchos años, las historias fueron tergiversándose en la mente de muchos y ya hay juegos bastante mejores que los primeros, pero siempre convendrá valorar a los que lo iniciaron todo.
Probablemente a muchos ya se les pasó la fiebre Pokémon, pero a mí me alegra afirmar que incluso a día de hoy sigo disfrutándolos. Cierto, no están al nivel de obras maestras RPG como Baldur’s Gate o Final Fantasy, pero un buen Pokémon al año no hace daño. Al contrario; entretiene, llena de nostalgia y se goza bastante de cada nuevo viaje, remake y spin-off.
Mejores juegos de Pokémon por categorías
Escarlata/Púrpura VS Espada/Escudo
Pokémon favorito de cada generación
Pocas cosas me han hecho más ilusión a mí en la vida que la primera GameBoy con el Pokémon rojo jaja Ahí fue cuando le cogí amor a Bellsprout, porque sin él no me hacía a Brock xD Yo soy de pensar al revés, la primera generación es la mejor, las últimas me parecen cada vez más cutres. La de escarlata/púrpura ya sabes que me parece cutrísima.