Warriors: Abyss, el musou y roguelite sorpresa de Omega Force

Ya va tocando hablar de este Warriors: Abyss (PS, Xbox, NSW, PC), la sorpresa de Koei Tecmo y Omega Force en el último State of Play. Lo jugué y, tras completarlo unas cuantas veces, me veo preparado para daros mi opinión de la experiencia. El título se define como un «musou-roguelite», algo que es bastante acertado para lo que propone. Pero entiendo que a muchos les pueda confundir.

¿De qué va Warriors: Abyss?

Básicamente, estamos ante un juego de premisa sencilla y directa: elegir al luchador que queramos entre una amplia selección de personajes para superar varias fases de combate contra cientos de enemigos y un jefe al final de cada nivel. Si morimos, tocará volver a intentarlo desde el principio, aunque nos quedaremos ciertos recursos para ir mejorando y desbloqueando más personajes.

Los escenarios de batalla son simples, sin obstáculos ni complicaciones. Tampoco tenemos historia, más allá de conversaciones anecdóticas con Enma, el rey del Inframundo, que es donde se ambienta el juego. En definitiva, estamos aquí para luchar contra oleadas de monstruos al estilo musou, preocupándonos de derribar al enemigo mientras esquivamos golpes para evitar el daño.

Su parte roguelite toma especial importancia en la progresión de nuestro héroe en cada partida. Según completemos fases de combate, reclutaremos aliados que no solo podremos invocar en batalla, también aportarán distintos potenciadores y habilidades según cómo los agrupemos. De ese modo, ir eligiendo bien qué luchadores añadimos será crucial para aumentar el poder y superar el desafío.

La gracia está en que los personajes jugables están sacados de la saga Warriors (como los Dynasty y Samurai), así que la plantilla tiene a los generales de Wei, Wu, Shu y otros ejércitos, además de a la gente de Nobunaga y compañía. Cada uno tiene su propia forma de combatir a la hora de controlarlos, y como aliados, otorgan diversas bonificaciones según su rol, desatándose cuando cumplimos ciertos requisitos.

Luchando con la combinación perfecta

Por suerte, el juego tiene buen tutorial inicial para enterarnos un poco de qué va la cosa e incluso podemos optar por utilizar configuraciones automáticas que nos alinearán lo que tengamos para sacarle el máximo poder. Aun así conviene aprenderse el sistema, porque una vez entendamos cómo funciona el sistema de tácticas y potenciadores, le sacaremos mayor partido a cada elección.

A nivel jugable en combate, estamos ante un musou sencillo donde combinar el ataque rápido con el fuerte para hacer los distintos combos y esquivar cuando toque. Eso sí, como también invocamos aliados mientras atacamos, se añade un toque extra de variedad. Lo divertido es ir probando distintas formaciones hasta convertirnos en verdaderas máquinas de matar.

El punto fuerte de la experiencia está en formar la mejor combinación de aliados para acompañar y potenciar al máximo al luchador que elijamos en cada momento. De nada sirve ser expertos en atacar y esquivar si nuestros personajes no funcionan bien entre si; acabaremos cayendo. Sin embargo, al lograr conectar bien las piezas, el juego se vuelve incluso más fácil en sus últimos niveles.

En mi caso, me resultó adictivo durante horas y otorgó ese «fanservice» de utilizar a tantos personajes mezclados de la saga Warriors. Diversión jugable con mecánicas poco usuales en un musou. Y creo que ese es el punto, porque el título se vende a un precio muy reducido y resulta evidente que no tiene la ambición de otros juegos.

¿Un complemento a Dynasty Warriors: Origins?

Eso sí, debo señalar que sus carencias son evidentes. El juego solo cuenta con cuatro grandes niveles de ocho fases con el mismo objetivo: barrer a todos los enemigos o al jefe de turno. La variedad de enemigos me parece un dato destacable, con muy poquitos jefes (solo seis). Por su precio base tiene sentido, pero podría haber traído mayor variedad.

Según Koei Tecmo, añadirán más contenido con el tiempo. De hecho, el próximo 25 de febrero se incorporarán cinco héroes de Jin de Dynasty Warriors de forma gratuita, con trajes opcionales que sí serán de pago. Si es esa la tónica, me parecerá genial y habrá que ver qué futuro le depara al juego. Ojalá incorporen nuevas fases jugables y monstruos, que es lo que le hace falta.

Por la forma y el momento en que sale a la venta (con apenas un mes de diferencia entre lanzamientos), me da la impresión de que es un título experimental. Una experiencia sencilla que viene a compensar la ausencia de una amplia plantilla de luchadores en Dynasty Warriors: Origins. Conmigo ha funcionado.

En conclusión, a mí me gustó mucho y seguiré jugando, porque su fórmula me enganchó a la primera. Sin embargo, los que busquéis un musou más grande y completo, aquí no lo vais a encontrar. Para eso, echadle un vistazo al magnífico Dynasty Warriors: Origins.