Noreya: The Gold Project, el metroidvania que me perdió
Tuve la oportunidad de jugar Noreya: The Gold Project (Steam), un metroidvania que tenía muy buena pinta cuando descubrí su existencia. Y probablemente muchos lo habrán disfrutado, porque tiene potencial para ser todo un come-horas explorando su gran mapeado… pero no fue mi caso. Y aquí vengo a explicaros porqué.
Por desgracia, con Noreya sucedió algo que a mí me ocurre pocas veces y esta fue la primera vez en el género: lo dejé de jugar sin acabarlo. Me disgusta abandonar títulos, pero a veces es preferible hacerlo.
Un metroidvania poco intuitivo

Una de las grandes fortalezas de los metroidvania es la exploración del mapa, y aquí es donde radica mi problema con el juego. Para empezar señalaría que su diseño visual es confuso y a veces cuesta adivinar la funcionalidad de ciertos elementos del escenario. ¡Y sí, siempre tenemos el ensayo y error! Lo malo es cuando se aplica al objetivo básico: localizar el camino principal por el que progresar.
Durante mi partida a Noreya, de la que disfrutaba sin grandes alardes tras abatir al primer jefe, me encontré con que ignoraba por dónde seguir. Me vi a mí mismo perdiendo tiempo tratando de adivinar el camino correcto. Es algo que suele ocurrir en este género, pero yo nunca fracasé de forma tan estrepitosa como aquí. Estuve perdido durante una o dos horas, simple y llanamente.
Lo complicado del asunto es que el proceso de intentar avanzar no me resultaba divertido. Llegué a muchos puntos muertos, lugares en los que cualquier asiduo a los metroidvania intuye que no podrá superar hasta que obtener nuevos poderes o habilidades. Y eso me hizo dar vueltas muy insatisfactorias por zonas ya exploradas, lidiando una y otra vez con los enemigos de turno.
Al final cedí a mirar una guía (algo que a mí me disgusta hacer por lo general), aceptando que simplemente no sería capaz sin amargarme. Pensé que el juego mejoraría más adelante, pero… me volvió a pasar. Y fue donde tracé la línea; no estaba gozando de la experiencia. En el momento que eso quedó claro, decidí dejarlo de lado.
Conclusiones

Noreya: The Gold Project no me enganchó y soy incapaz de profundizar en el resto de sus características. Vi que tiene una sencilla mecánica de elecciones que me recordó a lo visto en Sundered (a ese le dediqué un vídeo hace años), pero no pude ahondar en ello. Tampoco sé si su combate, al inicio tan simple, adquiere mayor atractivo en el futuro.
Diría que la cosa mejora por los vídeos que ojeé, pero de momento me quedaré sin comprobarlo personalmente. Tampoco descarto que algún día intente sacarme la espinita volviendo a probar con él. ¡Ojalá otros jugadores lo disfruten más de lo que, por ahora, lo hice yo! Quien sabe, quizá necesite una brújula.
La parte positiva es que quien se lo consiga pasar podrá presumir jiji