Final Fantasy IV, las raíces de la saga de Square Enix

Confieso que a veces me cuesta mirar hacia atrás y probar los viejos títulos que me perdí en su día, ya sea por edad u otras preferencias en videojuegos de la época. El caso de Final Fantasy IV es obviamente el primero, pues tenía dos añitos cuando se liberó la cuarta fantasía. Como comenté en más de una ocasión, yo arranqué con Cloud y compañía, enganchándome a la saga desde ahí.

Tenemos muchos clásicos glorificados en los que es peligroso sumergirse, pues empiezas con expectativas muy altas. Y luego te topas con la realidad, ¡son juegos de su época! Quizá quien hable de ellos con cariño esté muy influenciado por la nostalgia y sus propias circunstancias. Final Fantasy IV podía ser uno de esos casos. Me llamaba la atención su concepto a primera vista, tardé en darle oportunidad.

Obviamente, si estás leyendo esto es porque ya lo hice; os conté cómo sucedió en el GameBlog. Debo remarcar que experimenté su versión «3D Remake». Desconozco cualquier posible cambio en la jugabilidad o estructura respecto al original en 2D, más allá del aspecto visual. Aquí hablaré de mi experiencia con este juego en concreto.

¡Y lo haré sin destripes de la historia! Al fin y al cabo, me gustaría que también sirviese como una recomendación para quien dude sobre si probarlo o no. ¡Os dejo mi recomendación en vídeo al final de la entrada!

La senda del Paladín

Final Fantasy IV Cecil
La evolución del protagonista será previsible para cualquiera, pero no queda menos bonita por ello

Estaremos de acuerdo en que uno de los apartados más importantes de Final Fantasy es su historia, ¿cierto? Aquí nos encontramos ante la aventura de Cecil, un protagonista bastante clásico. Su punto de partida es interesante; es un caballero oscuro al servicio de un rey que le ordena cometer actos que van en contra de sus principios morales. Resulta evidente que eso siembra dudas en el joven guerrero.

Desde tal premisa, Final Fantasy IV cuenta una historia que puede parecer sencilla en un principio, pero tiene un ritmo de acontecimientos increíble y te engancha para querer saber más. No es una exageración: están sucediendo eventos importantes constantemente. Ocurren cambios frecuentes en el entorno de Cecil y se enfrenta a varias situaciones bastante bien llevadas.

Es cierto que la recta final puede hacerse predecible, pero el camino hasta ahí se siente entretenido y enriquecedor para su época. De hecho, van atándose los posibles cabos sueltos que parecerían flaquezas en su narrativa, como el origen del propio Cecil y la razón por la que obedecía al rey. ¡Entre otras cosas! La conclusión de su historia quedará poco rompedora en tiempos modernos, pero imagino que antaño sería magnífica.

Y ya os digo que el mérito no es solo del protagonista. Quien suela leerme, sabrá que para mí lo más importante de una trama son sus personajes. No me sirve que sean simples herramientas para justificar las clases típicas del juego de rol. Quiero algo más de ellos; que transmitan su esencia durante cada situación y tengan bases sólidas. ¿Qué tal esa parte?

Otro gran grupo de protagonistas

Cada personaje jugable demuestra que merece pertenecer al grupo de una saga tan icónica como Final Fantasy

No os mentiré diciéndoos que Final Fantasy IV tiene unos protagonistas con grandes mundos interiores y extremadamente profundos. En mi opinión, Square no dio con la tecla de verdad en este sentido hasta su novena entrega de la saga principal. Pero eso no quiere decir que lo hiciera mal antes de eso y la cuarta fantasía es otra prueba de ello.

Los aliados de Cecil son muy buenos personajes y cada uno cumple genial su función en la historia. Todos desempeñan ese papel de forma decente, provocando que te encariñes con cualquiera de ellos y sientas cada obstáculo o pérdida que sufren. No hay ninguno que quede en el olvido, algo que sí sucede con otros juegos de la saga.

Personalmente, me han gustado mucho. Tengo buenas palabras para todos y si bien podría ponerle pegas a alguna escena o decisión, no sería más que mi apreciación personal. La narrativa es clásica en lo bueno y en lo malo, pero destaca mucho más en sus valores positivos. Por ello, este grupo de protagonistas merece un enorme reconocimiento dentro de su saga.

Por si alguien tiene curiosidad, ahora mismo diría que mis favoritos fueron Rydia, los gemelos y Edward. En general me parecen muy cumplidores; no compararé con otros juegos de su universo, pues no es el lugar. Pero sí os diré que la gestión de su participación e implicación con la trama me gustó más que la de otros títulos importantes de fantasías similares.

Villanos en Final Fantasy

Final Fantasy IV Golbez
Golbez y los suyos no cambiarán la vida de nadie a estas alturas, pero llevan su rol tan bien como pueden

Es una realidad que los antagonistas de estas historias son un punto clave de la saga. Un universo que presenta al icónico Sephiroth y otros grandes villanos siempre nos hará esperar muchísimo de la figura que cumple dicha función en cada juego. Si queréis conocer mis favoritos, podéis consultarlos por aquí. Sin entrar en destripes, la cara visible de Final Fantasy IV en este sentido es Golbez.

Al principio no esperaba mucho de él, pues ni el diseño o lo que presencié de su intervención en los Dissidia me emocionaba demasiado. Verlo en su propio juego no me sorprendió en absoluto: estaba ante un villano genérico. O eso creí en un principio. Efectivamente, el papel que desempeña es muy típico y desprende poco interés para alguien ya habituado a las tramas de JRPG.

Sin embargo, me veo obligado a romper una lanza a su favor, contradiciendo a mi «yo» del pasado. Golbez es un buen villano, especialmente para su época. Puede que presente un envoltorio clásico en el mal sentido, pero el juego se encarga de contar sus orígenes y mostrar algo más de él que las típicas acciones del malo del cuento. No me malinterpretéis, podría ser mejor… pero aprueba con buena nota en la valoración general.

Final Fantasy IV también juega con otros conceptos de villanía y maldad que la saga sigue reflejando en algún que otro título. No son tan de mi agrado, pero esa «oscuridad» es parte de la identidad de muchas experiencias de su universo. Y del JRPG en su mayoría, me atrevería a decir. Pero si hablamos de Golbez como personaje, podríamos concluir que cumplió para la aventura.

Jugabilidad a la antigua

Mazmorras largas, encuentros aleatorios, combates que merecen atención… ya sabéis donde os metéis

Y acabamos con el principal problema para muchos jugadores que se asoman a este tipo de viejos títulos. ¿Es Final Fantasy IV un juego pesado de completar? ¿Muy difícil, quizá laberíntico? ¿Necesitamos «farmear»? Me alegra bastante que la respuesta sea un rotundo NO. Estamos ante una aventura bastante bien equilibrada y asequible para el jugador asiduo de JRPG, por lo menos en su versión 3D Remake.

No recomendaría a nadie nuevo el sumergirse primero aquí, pero siendo sinceros… Si retrocedéis tanto en el tiempo, es porque sentís curiosidad por las raíces de la saga. Y acompañar a Cecil es una buena experiencia, con un balance apropiado entre la dificultad de sus combates por turnos y la exploración de escenarios. Tampoco nos señalarán donde ir cada vez, pero con leer un poco basta para orientarse.

Personalmente, no he necesitado pararme a acumular experiencia para superar sus desafíos. Me parece una aventura fluida en su diseño jugable y yo he podido recorrerla sin problema. Paré antes del final para realizar unas cuantas secundarias de invocaciones extra y obtener la Excalibur, tareas bastante llevaderas que además enriquecen un poco la historia ya contada.

Sí, encontré algún jefe puñetero. Y ocasionalmente me cansaron los frecuentes combates aleatorios durante la travesía. Pero a su favor tiene una opción de combate automático, recompensas por la exploración y agradables batallas finales tras cada evento. Lo dicho, su estructura jugable me parece bien planteada, mucho mejor que otros viejos JRPG. Y también algunos actuales que dicen «beber de los clásicos».

Conclusiones

Final Fantasy IV personajes

No valoraré con números la experiencia de un pasado tan lejano, pero ya os digo que seguramente la nota sería alta. He disfrutado mucho Final Fantasy IV. Me encantó ver todos esos detalles de los que la saga sigue nutriéndose, con conceptos reutilizados especialmente en la tan aclamada novena fantasía. Entre otras tantas.

Sin rodeos: recomiendo muchísimo jugarlo si eres fan de la saga de Square Enix y, como yo, tenías pendiente este título. Te toparás con alguna dificultad de la época, pero entenderás mucho mejor de donde vienen varias bondades que Final Fantasy sigue exhibiendo a día de hoy. De hecho me dieron muchas ganas de experimentar el futuro Endwalker de Final Fantasy XIV

Entre Type-0 y este título, lo cierto es que pronto debo actualizar mis listas personales de personajes y juegos de Final Fantasy. Pero creo que vamos a esperar un poco para añadir al repertorio el III y quizá la continuación del IV: After Years. Ya veremos; me gusta tomar con calma estos viajes al pasado.

Por ahora, solo me queda decir que me alegra haber conocido la historia de estos personajes. Los videojuegos pueden ser experiencias maravillosas, independientemente de la época.

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