Consejos Dragon Age: Origins, suavizando la dificultad
Pues vamos con una entrada de esas que no solemos tener por la web. Aquí voy a dar consejos sobre cómo abordar la experiencia jugable de Dragon Age: Origins. Esto servirá especialmente a los novatos que quieran introducirse en la saga, pero también funcionará para quien desee afrontar la aventura en una dificultad más elevada.
Dragon Age: Origins no es la experiencia RPG más difícil que existe, sin embargo puede hacerse dura para quien todavía está entrando en el género. Pongámonos ya con el tema, ¡serán cinco consejos básicos y una recomendación final de grupo! Libre de destripes de la historia, tranquilos.
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Nivel de dificultad

Sé que empezamos con una obviedad. Gente, si la experiencia os está agobiando por su dificultad, bajadla. Para eso tiene varios niveles a elegir, adaptables al tipo de aventura jugable que cada uno desee. Yo soy una persona terca y orgullosa con los videojuegos, así que entiendo que habrá más gente a quien le pase lo mismo y esto le cueste e incluso no lo acepte. Pero estamos aquí para disfrutar, así que no os agobiéis y menos en la primera partida. ¡No sois peores «gamer» por ello!
Nos encontramos ante un título de rol muy rejugable que invita a completarse varias veces para descubrir los diferentes orígenes y las consecuencias de tus decisiones, entre otras cosas. No pasa nada si vuestra primera vez se suaviza un poco. Seguro que a la segunda, con más experiencia en el título, podréis afrontarlo en una dificultad superior.
¿No queréis bajar el nivel e incluso preferís subirlo? Vale, pues leed los otros cuatro consejos.
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Creación del personaje

El título que nos ocupa no goza del creador más variado que existe, pero sí debemos tener dos detalles importantes en cuenta.
En primer lugar: elegid el origen a vuestro gusto, pero evitad escoger el guerrero para especializaros en armas a dos manos. Soy el primero al que le encanta este tipo de combatiente, aunque en Origins es la peor opción jugable con diferencia. ¿Puede superarse la aventura con uno? Por supuesto, pero no es lo más viable. Si sois guerreros, mejor centraos en la lucha con dos armas o el escudo. Esto se extiende a la baja utilidad de Oghren y Sten, compañeros que podéis encontrar más adelante en la partida.
Y segundo, mucho ojo al otorgar puntos en características, que luego podéis arrepentiros. El guerrero suele utilizar fuerza y constitución principalmente, aunque ciertas habilidades de escudo o la especialización a dos armas requieren destreza. El pícaro va a destreza y astucia, pero necesitaréis fuerza para llevar algunas armaduras. El mago, voluntad y magia, y aun así querréis ojear vuestra constitución para no caer con una simple brisa. Además de todo eso, habilidades como la persuasión requieren de cierto número de puntos.
En resumen, no pongáis las características a lo loco o lo lamentaréis más tarde. Podremos ir solucionando errores, pero mejor empezar con buen pie.
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Curaciones a mansalva

Como en la mayoría de RPG, os van a hacer bastante daño y gozar de recursos curativos será crucial. Las típicas pociones de curación en este juego son las cataplasmas, siendo muy recomendable utilizarlas con cabeza para que no se os acaben.
También necesitaréis los objetos llamados «Equipo de curación», que os quitarán las heridas temporales sufridas cuando alguno de vuestros personajes caiga en combate. Esos penalizadores también se eliminan volviendo al campamento, pero no siempre podremos hacerlo. La especialización del Espíritu Sanador puede curarlas, aunque eso lo obtendremos más adelante en el juego.
Cada vez que encontréis una tienda, es aconsejable comprar sus cataplasmas para tener siempre de sobra, así como algunos equipos de curación. Eso sí, para evitar estar todo el rato tirando de esos objetos, deberíais aprender con vuestro mago mínimo la primera magia curativa. Ya sea en el protagonista, Morrigan o recurriendo a la incombustible Wynne. Y hablando de ella…
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Salva la Torre del Círculo

En cierto punto de la aventura, podréis elegir el lugar en el que empezar vuestra misión. Uno de los destinos posibles es el Muelle del lago Calenhad, que os sumergirá en la búsqueda llamada El Círculo roto. Aconsejo esta tarea como la primera por dos razones.
Para empezar, ahí podréis reclutar a Wynne, una maga con habilidades de curación muy útiles especialmente si sois primerizos y no tenéis desbloqueadas las clases extra. Este personaje es un pilar en cualquier grupo o dificultad; centrarla en habilidades de apoyo al principio suaviza la dificultad de la partida. De hecho, tener dos magos activos en el equipo es de las mejores opciones que tenemos.
La segunda razón es que en la misión del Círculo encontraréis algunos aumentos permanentes de características que os irán de perlas al principio del juego. No es la sección más fácil, pues diría que los conflictos más asequibles se encuentran en el Bosque de Brecilia y la primera parte de Risco Rojo. De todas formas, tranquilos, Dragon Age: Origins adapta los enemigos a vuestro nivel.
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Magia y efectos de control

Una de las bases del combate que debéis dominar. Como en muchos RPG, los magos son los más útiles del grupo y serán capaces de decantar la mayoría de batallas. No solo curan, también harán mucho daño en área y otros hechizos que nos ayudarán a obstaculizar el movimiento enemigo. Esto se aplica a los conjuradores rivales, que deben ser vuestro primer objetivo.
Como magos, podremos paralizar o congelar al rival, siendo la mayoría vulnerables a algún efecto de control. Incluso los dragones pueden helarse brevemente, dándonos unos segundos de respiro vitales. Los pícaros y guerreros disponen de algunos derribos y aturdimientos que también ayudarán.
Adicionalmente, disponemos de varias combinaciones que surgen al mezclar dos efectos distintos. Poniendo un ejemplo sencillo, podremos congelar a un enemigo con magia e infligir mucho daño rompiendo el efecto con una habilidad de nuestro guerrero/pícaro e incluso mediante otros hechizos como Puño Pétreo. Si a esto le sumamos que podemos invocar dos grandes áreas para crear un efecto de zona devastador… ¡lo dicho, gente, cuidad a vuestros magos y experimentad con ellos! ¡Eso sí, matad rápido a los del rival!
Recomendación de grupo
Para acabar, voy a sugeriros mi mejor equipo de personajes para afrontar el desafío de Dragon Age: Origins. Por supuesto, lo recomendable en este juego es que vayáis con los que os apetezca o vuestros favoritos. También depende mucho de la clase del protagonista. Si hablamos de pura utilidad…

- Wynne: imprescindible en cualquier grupo, a no ser que vuestro personaje sea mago y tenga disponible la clase de Espíritu Sanador. Y aun así, yo la llevaría. Podemos utilizarla para curar, recargar energía, activar un encantamiento de arma y acelerar nuestros movimientos. A veces va bien enseñarle algún hechizo ofensivo de área como la bola de fuego, que acabará de completar su versatilidad.
- Alistair: si vuestro protagonista no es un guerrero, llevaos al compañero guarda gris. Aguantará en el frente y se le podrán enseñar habilidades de control para atraer, aturdir o derribar enemigos. En mi opinión, la segunda especialización de Campeón combina genial con la de Templario que tiene por defecto. Yo también lo he llevado de Segador, con resultados decentes.
- Morrigan: si vuestro protagonista no es un mago, nuestra bruja de la espesura combina genial con Wynne en el grupo. Podéis centrarla totalmente en hechizos ofensivos, llegando con el hielo al imprescindible Cono de frío muy pronto en el juego. Hay varias opciones para Morrigan, aunque si jugáis en niveles de dificultad altos, no le sobra un punto en la primera magia de curación llevéis o no también a Wynne.
- Zevran: si vuestro protagonista no es un pícaro, este elfo es objetivamente mejor opción que Leliana. Es el compañero que inflige más daño del juego a los jefes, resultando mortíferas tanto sus puñaladas como la especialización de Asesino que lleva por defecto. Si lo cuidáis, le activáis la habilidad Inercia y lo situáis tras el enemigo a batir, veréis la vida de vuestro objetivo bajando a toda velocidad.
¡Es vuestra elección!
Obviamente, esto es muy maleable. Podemos substituir a Alistair por Oghren o Sten si les enseñamos las habilidades de escudo, aunque irán un paso por detrás. Lo mismo pasa con Leliana respecto a Zevran. También es viable llevar a dos pícaros en la formación, uno con arco y otro con dagas (¡o los dos!). Eso sí, en PC existen «mod» para reasignar las habilidades de todos, dándonos la capacidad de escoger al compañero que nos dé la gana teniendo solo en cuenta su clase inicial.
Ya cuando lleguéis a la expansión del Despertar, los guerreros con armas a dos manos se vuelven mucho más poderosos y los arqueros resultan mortíferos. Además, ahí sí existen objetos que reinician los puntos de habilidades. Pero a esas alturas no necesitaréis mis consejos ni los de nadie, ¿verdad? ¡A disfrutar!
Os dejo un enlace a otras entradas de Dragon Age que he ido escribiendo hasta ahora, por si os interesan.
Muy buenos consejos. Yo me he pasado DAO sólo una vez en dificultad normal y me costó porque cometí varios errores de los que mencionas. Espero mejorar en mis próximas partidas.