Bayonetta 3, la locura demoníaca de la bruja de Umbra

Tras muchos años sin visitar la saga, este mes me apeteció retomarla precisamente para adentrarme en Bayonetta 3 con todo el contexto posible. Y ahora que ya lo completé, es hora de exponeros mi opinión sobre esta tercera entrega, una que en su día fue muy esperada y no dejaría indiferente a ningún fan del universo de la bruja.

Para quien no lo sepa, estamos ante una aventura «hack and slash» de Nintendo Switch, secuela que podéis jugar sin experimentar títulos anteriores… aunque yo no lo recomendaría. Es mucho mejor disfrutar antes de su primera y segunda parte, tanto para vivir la historia al completo como por sentir su evolución jugable.

Cambios respecto a sus predecesores

La exploración toma un inesperado protagonismo en la aventura, por lo menos si queremos el 100%

A diferencia de los juegos previos, que ofrecían una sucesión de combates solo interrumpidos por breves escenas de historia o una anecdótica dosis de exploración, aquí se fomenta mucho la actividad fuera de las batallas. Hay un montón de coleccionables y desafíos apartados del combate clásico, parte de ellos bien escondidos por escenarios más amplios de lo visto hasta ahora en la saga.

Esto es un cambio importante, porque si bien le añade variedad a la aventura, es cierto que obstaculiza el ritmo de una experiencia antes caracterizada por la acción desenfrenada. Ahora tenemos las actividades mencionadas, algunas cinemáticas que se sienten más largas de lo acostumbrado y vivimos episodios obligatorios con una jugabilidad alternativa a la habitual.

Todo eso se suma a que la propia Bayonetta no será el único personaje jugable, ya que controlaremos a otra protagonista llamada Viola que goza de un control algo distinto a la hora de combatir. Entre eso y ciertos capítulos dedicados a breves aventuras de infiltración, está claro que el juego dejó de ser un show exclusivo de la Bayonetta que conocíamos.

Dependiendo del jugador, lo mencionado se sentirá un paso adelante o un molesto añadido a la tónica habitual de la saga. Para mí es una evolución agradable, pero no tan bien implementada como me gustaría. A la hora del plataformeo o la exploración, deja de sentirse tan afinado; existen molestos muros invisibles difíciles de predecir y cierta imprecisión en algunos desafíos ajenos al combate, entre otras cosas.

Batallas demoníacas

Bayonetta 3 Cereza Madame Butterfly
Los demonios (y sus armas) son tan espectaculares a nivel de diseño como de control, dándonos ganas de usarlos todos

Donde más brilla Bayonetta es en sus batallas, como siempre fue. Tenemos un sistema de combate excelente con diferentes opciones para hacer combos, además del típico esquive que ralentiza el tiempo si lo hacemos justo antes de ser golpeados. Pero a toda esa fórmula clásica de la saga se le añade un nuevo elemento clave: los demonios.

Ahora nuestra protagonista combatirá junto a los demonios que invoca, una mecánica que se adapta como un guante a la fórmula de batalla y nos permite extender combos y hacer muchísimo más daño. De hecho, estos seres son los absolutos protagonistas de la jugabilidad, resultando imprescindibles tanto en combate como a la hora de explorar los escenarios.

Como siempre, viviremos un montón de batallas contra jefes simplemente espectaculares, varias de las cuales ofrecen mecánicas especiales para el combate de turno. Así es como disfrutaremos de situaciones tan locas como divertidas, utilizando los múltiples recursos de nuestra protagonista absurdamente poderosa. ¡La amplia selección de armas y demonios distintos son un puntazo!

Y eso solo hablando de Bayonetta, claro. Cuando controlemos a Viola, habrá que cambiar un poco la mentalidad a la hora de luchar. Por ejemplo, este personaje es mejor bloqueando ataques en lugar de esquivándolos, y puede invocar a un enorme demonio que ataca por su cuenta mientras nosotros nos liamos a puñetazos. En definitiva, ¡una satisfactoria locura de sistema de combate con varios desafíos en sus diferentes dificultades!

Multiverso Bayonetta

Bayonetta 3 Cereza Viola Multiverso
Bajo una sencilla premisa, se esconde una trama muy entretenida, por poco que se sostenga su narrativa

Espero que nadie se ofenda, pero para mi gusto, Bayonetta nunca gozó de una gran historia y se limitaba a justificar sus increíbles combates con una trama regular salvada por una protagonista muy carismática. En el caso de la tercera parte, los niveles de absurdez se multiplican gracias al concepto del multiverso y el incremento de poder del personaje principal.

Pese a que su gestión narrativa deja un poco que desear, la aventura se disfruta mucho en ese sentido gracias a lo de siempre: pura espectacularidad audiovisual, situaciones locas al límite y una protagonista que vuelve a brillar como nunca gracias a su radiante puesta en escena. Además, al final se hilan varios sucesos interesantes, dando como resultado una conclusión bastante potente y arriesgada.

No comentaré nada de las escenas finales por tema de destripes, pero la experiencia global lo vuelve el juego más importante y atrevido de la saga hasta la fecha; ningún fan debería perdérselo. Y continuando con los temas que podrían causar polémica, debo señalar que la nueva voz en inglés de Bayonetta (Jennifer Hale) le queda perfecta y se adapta sin problema a su personaje.

Para acabar añadiré que, bajo mi punto de vista, Bayonetta 3 es otro de esos juegos que a Nintendo Switch le quedan demasiado grandes. Su despliegue de recursos se disfruta muy bien en la consola (en pantalla grande más que en portátil), pero haría falta algo superior para lucir dicho espectáculo en su máximo esplendor. Ojalá la próxima máquina de la marca lo mejore en ese sentido.

Bayonetta 3 Cereza arte protagonista

Valoración final

90/100

Veo a Bayonetta 3 como un juegazo imprescindible del catálogo de Nintendo Switch para cualquier fan del género hack and slash, aunque esa recomendación la extendería también a sus precuelas. En el caso que nos ocupa, está claro que existen puntos conflictivos según el jugador que lo juzgue. Para mí, el conjunto es una maravilla que cumple genial su propósito y yo ya le invertí casi el doble de horas de lo que me llevó completar la historia principal.

Lo bueno de Bayonetta 3 es que resulta tan adictivo y rejugable como el resto, pero debido a su propuesta ligeramente distinta, no se sitúa por encima de su segunda parte y ambas coexisten sin problema. Yo mismo me veo cambiando entre el 2 y el 3 según el sistema de combate que me apetezca: algo más clásico o el modernizado, con los demonios como protagonistas.

Y poco más que añadir. Habrá que esperar al próximo título principal de la saga, que sin duda dará muchísimo que hablar después de lo vivido aquí. Eso sin contar con Bayonetta Origins, del que hablaré en breve, o cualquier otro spin-off que quieran sacar. ¡Me muero de ganas de saber qué vendrá después!

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