Tales of Graces F Remastered, otro rescate de la saga JRPG
Tomándose su tiempo, parece que Bandai Namco sigue rescatando entregas de sus icónicas sagas JRPG y hace nada le tocó el turno a Tales of Graces F. Con esta versión nos ofrecen un muy bien remaster (a diferencia de lo que pasó con Symphonia), permitiéndonos vivir (o revivir) este título en las mejores condiciones.
Para mí fue la primera vez con Graces, pero su estructura es muy similar al resto de Tales of. Por lo tanto, más que analizar mi experiencia, aquí os daré mi opinión sobre la calidad de la versión y su lugar en mi percepción de la veterana saga. Por si no lo sabéis, es de mis sagas JRPG favoritas, pero todavía estoy lejos de haber disfrutado todas las entregas.
Como remaster, ¡aprobado!

Lo básico que podemos pedirle a una remasterización es que funcione bien en las plataformas modernas. Una condición simple que hasta un «port» debería cumplir, pero no siempre es así. Afortunadamente, por lo menos en PlayStation 5, Graces F va como la seda. Se ve muy bonito a pesar de los años transcurridos y yo no tuve ningún problema técnico.
Pasada esa barrera, un detalle destacable de la versión es que además de venir con los DLC, trae múltiples alternativas para acelerar el viaje a los veteranos o suavizarlo para los nuevos, dejándonos elegir cómo queremos vivir la experiencia. Y es que junto a los niveles de dificultad, desde la primera partida podemos activar todas las bonificaciones a las que normalmente accederíamos solo en el Nuevo Juego+.
Son ayudas nada desdeñables en un juego más exigente de lo habitual en la saga, en lo que a combates se refiere. A eso le sumamos los auto-guardados y la posibilidad de reintentar cualquier batalla en la que nos derroten, sin miedo a perder progreso. Por si fuera poco, implementaron otra opción que permite ignorar los monstruos comunes. Podemos activarla o desactivarla cuando queramos.
De todas formas, si sois nuevos en Graces (como fue mi caso), creo que lo adecuado sería experimentar el juego sin ninguna de las mejoras opcionales… a excepción de la que desactiva encuentros a voluntad, claro. Recorreremos mazmorras que se harían muy pesadas con tanto enemigo; con este añadido podemos evitarlos cuando nos apetezca y tener una experiencia más fluida.
Historia y personajes, ¿vale la pena vivir Graces F?

Lo mejor de la saga, para mí, son sus historias y personajes en la mayoría de los juegos. Normalmente tienen ese toque cliché de fantasía JRPG clásica, pero encuentran la forma para que el viaje y sus protagonistas se sientan especiales. O así me pasó con Vesperia, los Xillia, Zestiria, Berseria y el reciente Arise. ¿Lo consigue Graces? Pues… no tanto.
El juego empieza genial, presentándonos a los personajes principales desde bien pequeños. Admito que el principio me estaba encantando y le veía mucho potencial. Seguí notándoselo hasta más o menos el cuarto capítulo… y a partir de ahí, creo que la trama empezó a flojear y dejar de lado a sus protagonistas. O esa fue mi impresión.
A mitad del viaje, me vi yendo de un lado a otro sin apenas profundizar en los personajes y con una conclusión demasiado predecible en el horizonte. Con el mundo y su trasfondo ocurre un poco lo mismo; lo tenemos de fondo, pero apenas resulta complejo ni ahonda demasiado en los temas que podría desarrollar. Todo parece demasiado básico y, por ende, perdí el interés.
Es curioso, porque una vez terminado el juego base, existe un «capítulo extra» jugable donde noté que la narrativa funciona un poco mejor y los protagonistas vuelven a sentirse importantes. Aun así, eso es ya demasiado tarde, por lo menos para mí. Acabé el juego guardándole cierto cariño a Richard por su concepto, a Pascal debido al humor, quizá a Asbel… y poco más.
Combatiendo en Tales of Graces

Por último, el aspecto que suele destacar en la saga: sus combates. En ese sentido y a pesar de los años que tiene encima, sí considero que Graces cumple muy bien. Y me lo imagino sintiéndose todavía mejor en su época, allá por 2009. A día de hoy sigue rindiendo genial y resulta divertido, en especial cuando avanzas un poco y las acciones no están tan limitadas.
A diferencia de otros títulos de la saga, aquí noté que debía prestar mucha atención a los puntos débiles enemigos y a los combos de mis personajes, incluso en dificultad normal. Tal exigencia consigue motivarte a exprimir mejor el sistema de combate, la progresión general e interesarte por la síntesis de objetos. Y más vale hacerlo, porque hay batallas que nos ponen contra las cuerdas.
En cuestión de jefes Graces va y viene, con enfrentamientos que parecen un trámite y otros que ocasionalmente llegan a sentirse injustos. Quizá el defecto es que no siguen un orden lógico en la curva de dificultad. En mi caso, los enemigos importantes que lanzaban magias me resultaban mucho más sencillos que aquellos que te agobian con ataques físicos sin cesar.
Como en todos los Tales, controlaremos al protagonista que queramos en combate. Yo suelo elegir un par en los que centrarme por cada partida; en Graces fueron Asbel y Hubert, y disfruté controlándolos. Los luchadores tienen dos tipos de técnicas que, según las ejecutes, atacan de forma distinta (con la espada envainada o desenvainándola, por ejemplo). Muy divertido en ese aspecto.
Conclusiones

Como JRPG, Graces F me pareció entretenido por su jugabilidad y recomendable para cualquier fan de la saga que quiera descubrir los viejos títulos que se perdió. Sin embargo, si estás aquí para disfrutar de la historia, dudo que sea el Tales más adecuado para ti. De hecho, es el peor de entre los que he probado en ese sentido.
El amar o no esta entrega depende mucho del tipo de jugador que seas y lo que vengas a buscar. Yo me intereso por la saga especialmente por sus mundos de fantasía y protagonistas o villanos. En ese sentido, salí un poco decepcionado. ¡Y lo digo como lo siento!
Por suerte me encanta descubrir los juegos pendientes de las sagas que me gustan, así que no considero perdido mi tiempo con Tales of Graces F. ¡A esperar el siguiente! ¿Quizá Abyss?