Rokurou, el daemon espadachín de Berseria
Como mi objetivo es hablar de todos los personajes que me gustan, que no son pocos, los de Tales of Berseria no podían faltar en la web. Empezaré con Rokurou, nuestro daemon favorito con permiso de Velvet. Creo que siempre ha sido un personaje un poco infravalorado, especialmente por pertenecer a tan excelente grupo y quizá ser eclipsado por los demás.
Sin embargo, a mí me parece un genial protagonista sin el cual el elenco de Berseria no sería lo mismo. Aquí voy a exponer mi interpretación del personaje, que no tiene por qué coincidir con la de todo el mundo. Con infinidad de SPOILER, obviamente.
Un pasado complicado
«Tormentosa, el nombre de Shigure, el liderazgo el clan… Yo quería todo eso para mí. Llevo esta imitación como recordatorio del débil carácter que tenía en el pasado.»
Rokurou Rangetsu, sobre su pasado y Disipatormentas
Para empezar, debemos señalar que las costumbres de Rokurou son foráneas, igual que el origen de su familia, el clan Rangetsu. Él, como su propio nombre indica, es el sexto hijo. Por lo que nos cuentan sobre ellos, parecen tener unos valores muy diferentes a los habituales en el mundo que presenta Berseria. Para ellos mejorar en sus artes de combate es trascendental en su vida, siguiendo la senda de la espada con unos principios muy sólidos… a la par que retorcidos.
Rokurou podría ser un claro ejemplo de eso, pero para verlo mejor reflejado hay que fijarse en su hermano mayor: Shigure. Él es un espíritu libre que solo busca adversarios más fuertes. No profundizamos sobre el personaje, pero sabemos que en su día mató a su madre para heredar la legendaria espada Tormentosa, así como su nombre y el liderazgo del clan. Tales actos no generaron malicia en él, como sería lo normal dentro de las normas del mundo de Berseria. Es una tradición Rangetsu y seguramente él la tomaba como tal.
El bueno de Rokurou también sigue esas tradiciones, sin embargo no actuó igual que el resto. Nos enteramos de que él mismo creó y difundió los falsos rumores de que su hermano era un traidor que quería eliminar a su señor. Esto provocó que dicho líder mandase el asesinato de Shigure, poniendo tal tarea sobre los hombros de Rokurou. Era lo que él buscaba, ya que siempre había estado a la sombra de su hermano. Deseaba ese nombre, esa espada y el liderazgo del clan para él mismo. Pero pecó de confianza; no estaba suficiente preparado y llegado el momento Shigure lo venció.

Yaksha, daemon de la guerra
«Estaba frustradísimo… Por mi debilidad y mi inexperiencia. Tanto que deseaba quitarme la vida… Tanto que me convertí en un daemon.»
Rokurou Rangetsu, sobre su transformación
Después de todo lo que había organizado y la bajeza de sus propios actos, Rokurou no solo perdió contra Shigure. Fue humillado. Su hermano se rió de él, ya que encima lo había ganado con una espada más pequeña. Le aconsejó que entrenara más y se marchó, dejándolo con sus demonios internos. La frustración de Rokurou acabó por generar la malicia suficiente como para transformarlo en daemon durante la Noche Escarlata.
Debido a su fuerte personalidad y férreos valores, el joven consiguió mantener su raciocinio además de gran parte del aspecto. Las marcas negras y un ojo rojizo afearían su rostro, señalándolo como lo que era ahora: un yaksha, o lo que es lo mismo, un daemon de la guerra. Su hermano escapó de la ira de su señor, pero Rokurou fue encarcelado y llevado a Titania en castigo por su fracaso.
Aun derrotado, no se quebró. Ni dejó que la malicia lo consumiese del todo. Logró algo que pocos pueden hacer: aceptarse a si mismo. Conoce sus pecados y sentimientos más oscuros, comprendiendo que forman parte de todo lo que es él. Esto es parte de su filosofía como espadachín, que lo lleva a seguir mejorando. Pero también pertenecen a su forma de entender la vida. Lo negativo es una parte de él mismo, pero no su ser al completo. Su aspecto, con medio rostro marcado por su naturaleza daemon, resulta un excelente reflejo de lo que es Rokurou… Y el ser humano en general.

Fiel compañero
«Estoy en deuda con ella. Sin su ayuda, nunca habría vuelto a encontrar mi espada.»
Rokurou Rangetsu, sobre Velvet
Una de las características más llamativas del personaje es su lealtad. Aunque Velvet no lo valore en un inicio, indicarle donde estaba su espada hizo que Rokurou contrajese una deuda enorme con ella. Desde Titania, el espadachín seguiría y apoyaría a Velvet en su camino con el objetivo de saldar dicha deuda. Es cierto que acabó coincidiendo con sus intereses de matar a su hermano, que era un Legado de la Abadía. Pero como demuestra quedándose junto su compañera tras cumplir el objetivo propio, se mantuvo a su lado por sus principios.
Una vez completada su misión de asesinar a Shigure sigue apoyando a Velvet e incluso busca otra motivación para respaldarla: vencer a Artorius. Pero no es más que otra excusa útil, ya que deja que sea ella quien tome su venganza. Aquí muestra otra de sus virtudes: el respeto.
En un grupo tan peculiar como el de Berseria, la presencia de Rokurou fue vital. Sorprende que precisamente el daemon de la pandilla fuera el más amigable de todos ellos. Atempera el carácter de Velvet y suaviza las situaciones donde ella está tensa con el resto. Actúa como un verdadero hermano mayor para Laphicet, en claro contraste con lo que era Shigure para él. Forja una igualitaria y competitiva amistad con Eizen, manteniendo un compañerismo entrañable. Incluso se preocupa por Magilou, pese a las complicaciones que la mujer aporta al grupo. También lo hace con Eleanor, aunque ella lo desprecia en un principio, prejuzgándolo por lo que es.
Romances extraños
«Es franca, pero le preocupa decir algo que pueda hacer daño. He de confesar que me gusta eso en una mujer. Me parece encantador»
Rokurou Rangetsu, sobre Eleanor
Siempre me hicieron gracia las teorías que se formularon sobre que Rokurou y Eleanor acabaron juntos, teniendo como una de sus futuras herederas a Rose de Zestiria. No sé si sería así, me cuesta creerlo, pero es cierto que su relación era especial.
Ella empieza a acompañarles muy indignada e incómoda, y él es el primero que se preocupa por su bienestar. Sin embargo, cuando Eleanor lo rechaza de malas maneras, Rokurou simplemente sonríe y respeta que la mujer desee cierta distancia. E incluso acepta que lo odie por ser un daemon. Poco a poco la chica se da cuenta de la verdadera naturaleza del hombre. Descubre que no solo alberga sentimientos negativos, si no también una faceta positiva, agradable y apasionada.
¿Acabaron juntos? Puede ser. Pero me pega más que Rose sea heredera solo de Eleanor, y el estilo de combate Rangetsu que la chica de Zestiria utiliza lo haya aprendido por otra vía. A saber.

Resolución férrea
«Una espada no solo debe ser dura, si no también flexible o se romperá.»
Rokurou Rangetsu, sobre sus ideales
Su principal objetivo es asesinar a su hermano, por el simple hecho de vencerlo. Shigure es mucho mejor espadachín que él, más poderoso e incluso un exorcista con capacidad de controlar malakh, aunque decida no utilizarlo. Pero Rokurou no se amedrenta ante lo imposible de su cruzada. Dedica sus días a entrenar y mejorar su técnica, buscando su propio estilo y forma de hacer las cosas. El camino del personaje es uno de superación constante ante una adversidad que se antoja insalvable.
Conocer a Kurogane, el herrero maldito que nunca forjó una espada superior a Tormentosa, se vuelve una clara inspiración para él. Este ser se convirtió en un daemon consumido por su obsesión de crear un arma más poderosa que la legendaria Espada de Dios. Trabajó incansablemente durante toda su vida; ni el fin de la misma le privó de continuar con su empeño. Se transformó en un daemon por dicha obsesión y siguió intentando superarse durante largos años, sumergido en su misión.
Dicha voluntad hace que Rokurou lo admire, se sienta identificado y confíe ciegamente en él para forjarle una espada capaz de vencer a Tormentosa. Lo intentan varias veces; arrancando la propia cabeza del herrero, utilizando el material más duro del mundo e incluso acabando por sacrificar su cuerpo entero para convertir al herrero en un arma. Todo por cumplir la meta de ambos.
No siempre se gana
«Esa espada es la encarnación de los siglos de estudio de Kurogane.»
Rokurou Rangetsu, sobre Disipatormentas Kurogane
La cruda realidad, a pesar de todo, es que existen metas que simplemente no todos pueden alcanzar. Ninguno de los intentos de Kurogane llegó a materializarse en un éxito rotundo. Y lo mismo le pasaría a nuestro Rangetsu. Pero su resolución fue admirable, digna de la alabanza y el respeto de Rokurou, quien continúa su camino fortalecido por la voluntad de su amigo sacrificado.
A veces no importa tanto ser capaz de vencer como la capacidad para no rendirse, mejorarse a uno mismo e intentar superar tus propios retos. Quizá no se acaba alcanzando el éxito siempre, pero nunca puede decirse que no se ha intentado. Esa pasión es algo inspirador y es justo lo que le ocurrió a Rokurou con Kurogane.

Rivalidad imposible
«Te haré pedazos… No importa las veces que pierda ni la cantidad de años que tarde…»
Rokurou Rangetsu, a su hermano mayor
La misión de asesinar a Shigure fracasa varias veces más. Rokurou pierde contra él con sus propias armas. Armado con las espadas cortas que le forjó Kurogane, pierde el miedo a ser abatido y se lanza contra su hermano, dejándose herir a propósito para matarlo… Pero vuelve a fallar. La dura espada de oricalco se rompe ante la parada de Shigure. E incluso el enorme arma en que se convirtió el propio herrero, la Disipatormentas Kurogane, no logra partir a Tormentosa. Afortunadamente, la habilidad única de Rokurou sí consigue derrotar a Shigure, asestándole un mortal tajo en el pecho a su hermano.
Pero la verdad es una distinta y que nuestro daemon del clan Rangetsu tiene bien clara. Pese a haber mejorado mucho en su viaje y fortalecer su armamento gracias a Kurogane, la verdad es que todavía no superó a su hermano. El grupo que acompañaba a Rokurou debilitó a Shigure y fue entonces cuando el daemon lo venció mediante una técnica especial a tres espadas. Sí, fue una victoria, pero él es consciente de que no fue mejor aunque haya ganado. Eso no lo hace desmotivarse, desde luego. Lo que consigue es que siga queriendo mejorar para hacer honor a su propio nombre.
Nuevo camino
«¡Si eliminas todos sus pecados, las personas dejarán de serlo!»
Rokurou Rangetsu, a Artorius sobre sus intenciones
Aunque parecía su deseo en un principio, Rokurou decide no adoptar el nombre de Shigure ni el liderazgo del clan. Será un daemon, pero acaba siendo fiel a él mismo. Lo que sí toma es la espada de su hermano; con Tormentosa y Disipatormentas en su poder, dedica el resto de su vida a abatir rivales problemáticos. A su vez también espera que algún día alguien se proponga como objetivo derrotarle, igual que todos los Rangetsu han hecho con sus superiores. Logrando, de paso, que la negra historia de su clan acabe con él.
Tanto es así, que cuando Laphicet ofrece la Llama Plateada a la humanidad, él no renuncia a su identidad. Sigue siendo un daemon, pero también un humano. Con todo lo que ello implica; es quien es, y ni siquiera Maotelus podrá cambiarlo.

Sentimientos ocultos
«Mis pensamientos malévolos, mi resentimiento, mi orgullo, mis contradicciones… Todos forman parte de quien soy.»
Rokurou Rangetsu, sobre si mismo
El personaje de Rokurou parece sencillo, pero en realidad es alguien complicado. Lo considero muy humano, mucho más que por ejemplo su hermano, aunque él diga lo contrario. Lo cierto es que gente como Shigure, Artorius o Melchior demuestran haber rechazado su humanidad, en contraste con los daemon como Velvet o Rokurou. Ellos tienen sus propios sentimientos, emociones negativas y positivas, así como contradicciones. El sexto hijo Rangetsu es un claro ejemplo. Su hermano Shigure, sin embargo, ha trascendido respecto a las pasiones mundanas, centrándose únicamente en su espada.
En el fondo Rokurou admita a su hermano, además de tenerle celos y envidia. También quería a su madre, a pesar de que era muy estricta con él. De hecho, le informan de que ella depositaba sus esperanzas en Rokurou desde muy pequeño, protegiéndolo para que se convirtiese en el espadachín más poderoso. Aunque se enterase tarde y a través de un tercero (Tabatha, de los Alas de Sangre), el daemon admite sentirse bien al saberse elogiado por primera vez de parte de su madre.
La mujer Rangetsu se había convertido en malakh tras ser asesinada y fue consumida por la malicia. Shigure la mató en su día cuando estaba con vida, pero fue Rokurou quien entendió que su hermano no pudo repetir la hazaña una segunda vez tras de su renacimiento. Y no precisamente porque no pudiese vencerla de nuevo. Es por eso que el propio Rokurou toma dicha responsabilidad, derrotando a su madre antes de que se convirtiese por completo en una dragona. Saldando así, quizá, otra de sus deudas.
¿Venganza implícita?
«Odias porque amas, y sientes tanto dolor como rabia. Eso es humano.»
Rokurou Rangetsu, sobre los sentimientos de Velvet
Todo eso, junto a la renuncia de Rokurou a heredar el clan y el nombre de Shigure, me hace pensar que en realidad no estaba cómodo con la naturaleza de su familia. Se puede deducir que los sentimientos de envidia y celos no fueron los únicos que arrastraron al personaje a tomar decisiones drásticas con respecto a su hermano. Quizá la venganza por asesinar a su propia madre también contribuía a ello. Nunca lo sabremos exactamente, ya que no se ha especificado. Pero me gusta pensar en Rokurou como alguien muy humano, pues lo demuestra constantementeo.
Al fin y al cabo, el propio Shigure nos da otra pista sobre la mala vida en el clan Rangetsu con una de sus frases finales: «Ya estaba planeando marcharme. Estaba harto de vivir como un perro encadenado». Por no hablar del claro rencor que siente el hermano menor hacia el mayor, notándose en la mayoría de sus interacciones.
Finalmente, quien acaba con la tradición oscura de los Rangetsu es Rokurou, matando a su hermano y renunciando a seguir con el legado de los Shigure. Tras su muerte, no se continuará con la retorcida costumbre.

Conclusiones
Soy consciente de que la existencia de Rokurou suele simplificarse a ser un mejor espadachín y abatir rivales poderosos, como si fuese un protagonista de shonen adolescente. Y no es así; sus actos esconden mucho significado y la aventura de Berseria nos da suficientes pistas como para intuir más detalles sobre el personaje. En comparación a la actitud de su hermano, Rokurou es una persona cálida, agradable y sensible a los problemas de sus compañeros. Se convierte en un gran apoyo para Velvet y ejemplifica a la humanidad más realista. Encubierta, por supuesto, con una historia de samurais relacionada con su contradictorio honor de guerrero.
Sé que muchos de los puntos son mi propia interpretación, pero de lo contrario esto solo sería una simple biografía del personaje. Rokurou, pese a parecerme un buen aliado, no llamó tanto mi atención como otros en la primera aventura que tuve con Berseria. Fue después, al rejugarlo, donde aprecié al completo el aporte del personaje y todos sus matices. Para mí es un ejemplo de constancia y una victoria sobre la hipocresía típica que, en cierto modo, todos los humanos arrastramos con nosotros.
Rokurou no destaca como un héroe bondadoso. Simboliza ese gris en el que la mayoría podría identificarse con un poco de autocrítica. Nada es tan sencillo y requiere que entendamos el contexto de cada uno. Él es consciente de quién es, trabajando para aceptarse a si mismo y mejorar cada día. Como espadachín, nos dice él. Como personas, podríamos aplicar nosotros a nuestras vidas.