Mi primera partida en FEW: Three Hopes, opinión con spoiler
¡Me apetecía contar mis impresiones sobre la primera partida que jugué en FEW: Three Hopes! De forma un poco más libre y con destripes que, pese a no ahondar hoy con tanto detalle, fastidiarán enormemente las sorpresas si no lo completaste. Cuidado porque habrá SPOILER de la ruta de Edelgard. Si no habéis jugado, os dejo mi análisis del juego como opción para escapar:
Valoración Fire Emblem Warriors: Three Hopes
Elegí aliarme con el Imperio hasta las últimas consecuencias. También hice caso a Arval en su obsesión y opté por llegar hasta el fondo del asunto que se planteaba en un principio: la campaña de Adrestia y un final crudo a la rivalidad con Byleth.
En general fue una trama bastante entretenida.
Una historia de conquista

Como ya pasó en Three Houses, decantarse por Edelgard nunca es aburrido. Creo que la emperatriz tiene trasfondo y razones suficientes como para iniciar una guerra que cambie Fódlan de forma radical. Vemos que incluso Dimitri empatizaría con parte de su planteamiento, pero está en total desacuerdo con los métodos de su rival.
Durante la campaña me sentí responsable de varias muertes que llegaron al alma, aunque el juego no se regodee demasiado en ellas. Aunque las de Jeralt y Byleth puedan escocer, yo sufrí más la de Ingrid defendiendo al Reino, y luego Sylvain intentando vengarla. No les dieron espacio más allá de breves intervenciones, pero dolió mucho.
Y es que la guerra presenta batallas increíblemente emocionantes en todos los sentidos. Mi favorita fue la de Ailell, donde se enfrentan casi todos los ejércitos tras la traición de Claude al Imperio. En esta ruta todo parece más «realista» y dicho evento lo refleja a la perfección. Si no hay entendimiento, las cosas pueden salir mal. Y así sucede.
El final podría ser poco satisfactorio; yo lo vi adecuado… pero quizá demasiado abierto. Teniendo fe ciega en Arval no podemos obtener respuestas y lo mismo ocurre exterminando a las Serpientes en vez de interrogándolas. Un final agridulce donde la violencia lleva a más violencia; los enemigos principales de Edelgard desaparecen y aun así, la guerra continúa.
Protagonistas

Los principales focos de la historia de Three Hopes son los que ya esperábamos si jugamos antes Three Houses. Y es inevitable empezar por el nuevo mercenario que lidera la trama. Me sorprendió gratamente que, a diferencia del primer Byleth, tuviese diálogos y una personalidad definida. Me gustó. Creo que favorece sobremanera la narrativa.
Como protagonista, Shez funciona mucho mejor mediante un más que justificado vínculo con el Imperio a través e Edelgard, dándole un propósito real a su vida. También resulta interesante su origen y conexión con Arval. Es una pena que confiando en él a ciegas no veamos todas las escenas que deberíamos. En esta primera partida me dejó la sensación de «aquí falta algo».
Respecto a Edelgard, se mantiene tan agradable como en Three Houses. Es mi personaje favorito de la saga y aquí lo revalida, con esa interesante dualidad entre sus sentimientos reales y el objetivo que persigue. Me encanta su determinación; para apreciarla al completo, hay que verla tanto de antagonista como de protagonista.
Sus interacciones íntimas con el resto contrastan bastante con la líder que parece vista desde fuera. Fue remarcable su sinceridad hacia Monica cuando le confiesa que su objetivo pasaría incluso por encima de ella, como de hecho vimos en Three Houses. Y a diferencia de por ejemplo Dimitri, no confía en Shez del todo, teniendo evidentes reservas y un Hubert al acecho.
Antagonistas

Quizá el apartado donde menos puntos positivos pueda destacar. Al fin y al cabo, la campaña bélica de Adrestia es básicamente un «Edelgard contra el mundo». Tenemos enemigos en el Reino, la Alianza, la Iglesia e incluso el propio Imperio. Esto tiene su parte realista: muchos frentes con los que lidiar, algo normal teniendo en cuenta el objetivo.
Por desgracia, acaba convirtiéndose en un escollo. Al no centrarnos demasiado tiempo en un rival, la profundidad de los mismos se diluye. Curiosamente, Ludwig Aegir me pareció el más interesante por su relación con Ferdinand, la historia previa que existía detrás y esa implicación con las Serpientes de las Tinieblas.
Eché de menos que profundizaran en dicho grupo clandestino con Thales a la cabeza, que a fin de cuentas es la mayor amenaza de Edelgard. Pero no tuvimos esa suerte. Dimitri y Claude son más secundarios en la lista de obstáculos de la emperatriz, así que tampoco gozan de un enfoque muy revolucionario.
Y sí, lamenté que Rhea no se luciese del todo siendo el objetivo principal del Imperio en su misión por reconstruir la sociedad. La arzobispa es un personaje increíble que merece más escenas. Eso sí, me alegra lo que vi de ella en su batalla final, donde toma preferencias y acaba ignorando a Shez y Edelgard para «sacrificarse» contra el enemigo más peligroso para su querida Fódlan: Thales.
Presencia de secundarios

Uno de los aciertos de Three Hopes fue darle relevancia al resto de sus personajes además de Shez y el líder de turno. En este caso, por parte del Imperio vimos mucho a Hubert, Ferdinand y Monica. Incluso Jeritza tiene su momento al inicio. En cuanto al resto, interacciona mucho más con los sucesos de la historia.
También me gustó bastante el intento de asesinato de Edelgard por parte de Shamir. Ella y Catherine son dos rivales temibles que, pese a ser secundarias, fue genial verlas protagonizando sus escenas. Una pena que acabase en nada; hubiese bordado la actuación que Shamir fuese la causante de la muerte de un general importante.
Mis dos pequeñas «decepciones» aquí fueron Monica y Claude. La primera es una inclusión inesperada respecto a Three Houses y goza de bastante presencia en el Imperio, pero tampoco logra mucho aparte de adorar a su emperatriz. En cuanto al líder de la Alianza, creía que sería un enemigo formidable… y al final queda como otra molestia pasajera.
Afortunadamente, tuvimos a Hubert y Ferdinand. Ambos cumplieron con creces, en especial el buen Aegir. Me encantó el conflicto con su padre y su forma de sobreponerse, haciendo lo correcto a pesar del dolor. Un estigma que imagino seguirá afectándole tras la guerra. La muerte de Ludwig a manos de su hijo fue triste, con ese último momento cerrando sus ojos antes del tajo.
¿Qué le faltó a la trama?

Sencillo: la ineludible muerte de alguien importante para los nuestros, dándole el tiempo que merece. Y creo que tanto Ferdinand como Hubert serían las víctimas afecuadas. Ambos tuvieron mucha influencia siendo bastante diferentes, pero igualmente necesarios para el mundo que Edelgard quiere reconstruir. Cada uno refleja una forma de ver la guerra y la vida en general.
Si falleciese Ferdinand sería descorazonador y opino que, tras tantas interacciones con Hubert, podría enseñar un poco más de humanidad al consejero. Quizá vería la guerra y su resultado desde un enfoque diferente. Además, debería impactar mucho al resto, pues es representante de lo mejor de la nobleza en el Imperio.
En el caso de Hubert también dolería bastante, especialmente a Edelgard. No sería extraño, pues alguien como él toma demasiados riesgos por su objetivo. Por muy calculador que sea, cualquier día puede caer en la treta de alguien más astuto. Pero mi forma favorita de verlo morir sería protegiendo a Ferdinand, considerándolo importante para el futuro de su emperatriz.
Admito que existiría una tercera opción que llegué a creer posible durante la aventura: que Hubert matase a Ferdinand por tomarlo como una amenaza para el futuro. Al fin y al cabo, podría tomar el ejemplo de su padre y liderar una revolución. Sería frío y trágico, pero realista. Una posibilidad bastante interesante.
Desvíos con mucho potencial

Las misiones secundarias más interesantes son los «desvíos» donde nos obligan a utilizar solo determinados personajes, los cuales serán trascendentales en estas mini-historias. Me gustaron tanto como la mayoría de Three Houses, teniendo el mismo potencial para las relaciones entre personajes. ¡Y necesito más!
Mi favorito fue el que lidera Hubert, eligiendo a los compañeros que considera más capaces para la misión: Jeritza, Petra y el propio Shez. Creo que efectivamente son un grupo muy adecuado para detener el intento de asesinato del padre de Bernadetta. Una batalla emocionante donde nos vemos las caras con Shamir y Catherine, un dúo muy peligroso.
También me gustó la aventura de Edelgard, Hapi, Lysithea y Shez, las víctimas directas de las Serpientes de las Tinieblas entre nuestros protagonistas. Sin embargo, aquí podríamos haber tenido mayor contenido de su relación y los experimentos que realizaron con ellos. Y de paso, un jefe potente al que derribar hubiese estado genial.
Por último y aunque sea menos relevante en la trama, quiero destacar esa competición amistosa entre Lorenz y Ferdinand que provoca Constance. Sus interacciones son bastante graciosas y acabamos viéndonos las caras con Hubert, Hapi y Dorothea. Una batalla «amistosa» que refleja el carisma de todos sus implicados.
Mis guerreros en batalla

Acabaré mencionando a los generales que más participaron en los combates, pues siempre es algo que me parece interesante de los musou. Como digo muchas veces, la conexión con los personajes se potencia mediante la jugabilidad, así como nuestra inmersión en sus respectivas historias. Y aquí funciona perfectamente.
En esta primera partida quería utilizar de forma casi exclusiva a los del Imperio de Adrestia y mis elecciones principales estaban claras: Edelgard y Ferdinand. Unas bestias en el campo de batalla. Al noble no lo cambié demasiado de su clásico estilo de caballero, pero con Edelgard me decanté por subirla a un wyvern haciéndola todavía más demoledora.
Mis otros dos pilares fueron Petra y Jeritza, ambos muy divertidos de utilizar. A la de Brigid acabé adjudicándole el rol de Bailarina, dando una alternativa a Shez. En cuanto al caballero sanguinario, alternaba bastante su papel principal con el maestro guerrero a puñetazos, pues me encantaba tenerlo de frente a puras artes marciales.
¿Los magos que preferí usar? Hubert y Dorothea, en detrimento del pobre Lindhart. Ambos son geniales, pero me encantó el obispo oscuro del consejero junto a su habilidad especial. Admito que eché de menos utilizar a Constance, Hapi o Lysithea… Y claro, usé a Bernadetta como arquera, pero por pura necesidad.
Conclusiones

Como veis y pese a las pequeñas pegas que podría presentar en ciertos casos, disfruté como un crío de esta primera partida. Y siento que queda muchísimo por explorar en las rutas restantes. Es cierto que el final no cierra del todo la historia, dando pie a posibles continuaciones. ¿Lo dejarán ahí o sacarán DLC?
Sinceramente, me parece increíble la cantidad de opciones y tramas disponibles tanto Three Houses como Three Hopes. Tengo muchas ganas de conocer a fondo la historia desde el bando de Dimitri y Claude. Ambos cuentan con potencial por una u otra razón. Tengo claro que los personajes estarán a la altura.
Aun así, dudo que los aprecie más que a la facción del Imperio. Los personajes de las Águilas Negras, como conjunto, me parecen más sólidos y disfrutables. Existe mucha variedad entre sus secundarios: Petra es la reina de Brigid, Dorothea simboliza el potencial de los plebeyos y reafirma el objetivo de su emperatriz, Ferdinand actúa como gran representante de la parte positiva de la nobleza… etcétera.
Lo más probable es que acabe realizando uno o varios tops de personajes, así que mejor me extenderé ahí en estas cuestiones. ¡Uf, lo que queda por hablar de Fire Emblem Warriors: Three Hopes! Y yo encantadísimo, como creo que es evidente.