Dragon Age: The Veilguard, opinión de un fan veterano de la saga

Tras unas 80 horas para completar la aventura y alcanzar el 100% de los logros de Dragon Age: The Veilguard, va tocando dejar constancia de mi opinión de la experiencia. Un asunto complicado, porque no es un juego fácil de valorar. ¡Y mucho menos para mí! Es de mis sagas favoritas, una tremendamente especial, y esto no era un RPG más.

¿Cuál es el mejor Dragon Age antiguo?
Repaso a la saga

Aquí dividiré mi punto de vista en diferentes secciones, abordando los múltiples aspectos del juego y llegaremos a una conclusión al final. Aun así insisto en que será complicado, precisamente porque es un Dragon Age. ¿Valoramos el juego por si mismo, o como la cuarta entrega oficial de su saga? Empezaremos por ahí, que puede ser la clave para muchos de los jugadores veteranos.

Esencia Dragon Age: ¿una secuela digna?

Dragon Age: The Veilguard Varric
Varric, como personaje y narrador, es quien nos suele recordar la saga en la que estamos

Gustará más o menos, pero The Veilguard es la continuación oficial y directa de Dragon Age: Inquisition. Sigue la trama donde la dejó nuestro inquisidor, unos cuantos años después del DLC «El Intruso». Ahora encarnaremos a un protagonista personalizable completamente nuevo, apodado Rook, que acompaña a Varric en la búsqueda de Solas.

Solo empezar tendremos el problema más obvio a la vista: no nos permiten importar nuestras decisiones, algo que era marca de la casa en Dragon Age. En vez de eso, tras crear al protagonista, podemos personalizar al inquisidor del juego anterior y establecer algunas elecciones. Lo malo es que son pocas: están relacionadas con Solas, el romance que tuviese el inquisidor y el destino de la inquisición.

La desconexión es palpable y no solo con los viejos títulos (Origins y Dragon Age 2), sino con el propio Inquisition. Elecciones tan importantes para Thedas como la elección de la Divina, el estado de los guardas grises o personajes muy relevantes en la saga no se mencionan, ni se toman en consideración. Tampoco esperéis que los pocos viejos conocidos os cuenten demasiado…

Los cambios no siempre son buenos

Y poca sangre más veremos de la saga que se presentaba con los míticos dragones rojos

Les quedó absurdo abordar diferentes zonas o temáticas y que no apareciesen muchos de los personajes que conocimos en el pasado, como los propios guardas más famosos. De la misma forma, conflictos tan clásicos en este mundo como el de los magos y templarios ni se tienen en cuenta. Qué demonios, es que un buen número de conceptos del trasfondo (como el Velo o los engendros) se banalizan bastante.

Y ya no solo es eso. Eché de menos otro aspecto clave de este universo: las moralidades grises y creíbles, con las decisiones difíciles tan típicas en la saga. Aquí no lo vemos: están los buenos (nosotros) y los malos (el enemigo), ahí acaba su profundidad en la mayoría de casos. Si a eso le sumamos censura, ejecuciones fuera de cámara y una clara carencia de escenas duras o sangrientas…

Lo único que puedo decir positivo sobre la esencia Dragon Age de The Veilguard, es que responde muchos interrogantes trascendentales sin resolver de la saga, y de forma convincente. También me encantó el papel de Solas, siendo precisamente la calidad de su historia la que destaca sobre el resto. Seguro que muchos fans de Inquisition disfrutarán el descubrir aquí todo lo que rodea al personaje.

Historia principal: el destino de Thedas

Dragon Age: The Veilguard Solas tapiz
Sin duda, la estrella de esta aventura

La premisa de la historia resultará familiar a quien haya jugado a Mass Effect 2 y 3. Nuestro protagonista debe liderar una cruzada para oponerse a la mayor amenaza que ha asolado su mundo hasta la fecha. Para ello, reclutaremos a un grupo de personajes expertos para afrontar la misión, solucionando sus problemas por el camino y desvelando misterios del universo Dragon Age.

El problema con una trama así de grandilocuente para esta saga es que debería estar liderada por gente relevante en su universo (a lo Shepard y compañía). Aquí son casi todos nuevos, lo cual vuelve menos creíble el protagonismo de muchos o el simple hecho de que puedan cosechar éxitos. Y la narrativa no ayuda a consolidarlo, ya que sufre huecos argumentales y conveniencias con demasiada frecuencia.

Aunque la idea de la trama de base sí está bien, vivimos varios momentos en que las cosas suceden sin explicación lógica y quedan extrañas. Además, la campaña ni siquiera se toma muy en serio el transcurrir del tiempo o lo que pueda hacer el enemigo. Para ser un Dragon Age, se nota demasiado que la gestión narrativa hace aguas por todos lados y fallaron al construir la aventura de forma coherente.

Dicho eso, donde sí aciertan más de una vez es en la calidad de las escenas. Tenemos algunos tramos realmente épicos y memorables, incluyendo el gran final. También se nota que aprendieron de la pésima calidad del villano de Inquisition y aquí toman más en serio a los antagonistas principales. Eso sí, los villanos secundarios no sufren el mismo trato y dejan muchísimo que desear.

Grupo protagonista: la guardia del Velo

Dragon Age: The Veilguard compañeros guardia del Velo
Reuniones a mayor o menor escala, algo recurrente en nuestra base

De los puntos clave: el protagonista personalizable y sus compañeros, con los que viviremos toda la aventura. Y quiero quitarme rápidamente de encima a «Rook» diciendo que es una clara representación del propio juego: el héroe bondadoso. A nivel narrativo me pareció poco personalizable y en muchos casos, ni siquiera se notan los distintos tonos que deberían tener sus opciones de diálogo.

La mayoría de compañeros siguen un poco ese mismo patrón de moralidad, por lo que no vemos los diferentes tonos o desavenencias que sí suelen tener otros grupos de Dragon Age. Aun así, tampoco los juzgaré mal por eso; en general me parecieron buenos personajes. Cercanos, entrañables y agradables para disfrutarlos toda la partida. Solo me faltó lo dicho anteriormente: variedad e interés.

Sin embargo, sí quisiera destacar algo que me gustó bastante: la nueva dinámica de grupo. En el espacio que nos sirve como «base», nuestros compañeros casi siempre tendrán algo que decir o estarán por ahí interactuando entre ellos. En esta primera partida, me apetecía volver a la base de forma regular y visitarlos para ver qué decían. Le dan vida a la partida; solo les faltaba tener conflictos entre ellos que los volvieran más realistas.

¿Y los romances?

Dragon Age: The Veilguard Neve Romance
En este sentido, siento que hemos retrocedido

En el resto de Dragon Age he jugado múltiples partidas y experimentado los diversos romances; en Veilguard solo llevo una, así que sería injusto juzgarlo en ese tema. Solo puedo hablaros del único que viví y fue con Neve, la investigadora de Minrathous. El personaje en si me gustó, pero su romance… me dejó frío. En Inquisition, por ejemplo, el de Cassandra estaba muchísimo mejor trabajado.

Esperaba encontrar muy elaborado el tema de los romances en este juego y, como mínimo, el de Neve me pareció decepcionante. No es malo, ojo, pero creí que sería superior, especialmente comparado con los de otros CRPG recientes. Y ocurrió justo lo contrario. En cualquier caso, me faltaría experimentar con el resto y ver qué tal. Le eché el ojo a Davrin y a Bellara.

Algo que también me llamó la atención es que las únicas escenas de sexo que presencié estaban censuradas y me parecieron pobres en muchos sentidos. Si a esto le unimos la falta de crudeza visual que comenté antes, ¿qué pintará ese +18 en la carátula?

Exploración: una Thedas con barreras

Son siempre los mismos puzles, y sencillitos, salvo contadas excepciones

Pasando ya a temas de jugabilidad, estamos ante una aventura dividida en una base y distintas zonas explorables que iremos descubriendo a medida que avancemos. Según las visitamos durante las misiones principales o en las múltiples secundarias, irán expandiéndose y ofreciendo más recorrido y tareas. Un bucle que funciona muy bien… cuando se diseña de forma adecuada.

Para mí, el juego está lastrado por un gran puñado de barreras artificiales que impiden la exploración libre de sus entornos y solo se abren cuando completas la misión de turno. El juego penaliza tu curiosidad, interponiendo muros antinaturales que no te permiten el paso, aunque el mapa siga marcándote un camino o cofre. Está mal planteado; hay mejores formas de hacerlo, y más elegantes.

Una vez «aprendes a jugar» a The Veilguard, entiendes que debes dedicarte a cumplir con las misiones que tengas y abstenerte de cualquier exploración extra para evitar frustrarte con estas barreras. Pero la cosa no acaba ahí, porque algunas misiones se mantienen activas a pesar de que no puedas completarlas. Eso sí, otras te avisan de que vuelvas más adelante, pero debes consultarlo en el diario.

En definitiva, que se podría haber diseñado muchísimo mejor, especialmente en las primeras horas. Cuando estás en los compases finales y puedes explorar libremente y sin barreras, sí funcionan bien sus sencillos puzles y recovecos. Recorrer los bellos entornos y buscar tesoros o secretos resulta entretenido, pero solo cuando no hay muros mal puestos de por medio. Y eso ocurre en casi toda la aventura.

Combate: viraje definitivo a la acción

Al principio parece simple, pero evoluciona y se consolida conforme avanzamos

Cuando BioWare aseguraba que seguía existiendo el componente táctico en The Veilguard, no nos dijeron toda la verdad. Y es que ni Inquisition se atrevió a tanto: aquí estamos ante un juego de acción puro y duro, controlando a un solo personaje para golpear, esquivar, bloquear ataques y realizar nuestras propias técnicas. El cambio respecto a los otros juegos es enorme.

Aquí no importa en absoluto el posicionamiento de los aliados, por ejemplo. Solo podemos ordenarles que lancen habilidades durante las pausas tácticas para realizar combinaciones de técnicas y poco más. En ese sentido, me recuerda a lo ocurrido con la saga Final Fantasy y el XVI. Por ello, me parece lógico que muchos de los viejos fans no se tomen bien el cambio.

¿Pero sabéis qué? A mí me funcionó y me divirtió durante las 80 horas. Jugué la partida con un guerrero centrándome en armas a dos manos y sentí las batallas muy satisfactorias. De hecho, es de los sistemas más entretenidos y equilibrados para utilizar este estilo de combate, algo que valoro muchísimo. Me encantó realizar áreas de daño, empujar enemigos y caerles encima, defenderme con el esquive y la parada perfecta…

Bien es cierto que sigo prefiriendo un sistema táctico parecido al de Origins, porque es el que siento apropiado para la saga RPG. Aun así, esto es lo que eligieron y por lo menos a mí consiguieron convencerme, exceptuando algún caso de cámara loca contra dragones. Es cierto que pecan de repetir mecánicas en enemigos y mini-jefes, pero también hay bastante monstruo distinto y no se vuelve pesado.

Progresión: la fórmula de las mejoras

Los compañeros también tienen un equipo y habilidades personalizable, pero con menos opciones

Lo último que comentaré sobre jugabilidad se centrará en la forma en que potenciamos a nuestros personajes, especialmente al protagonista. Y si os soy sincero, me pareció acertada. Es simple a primera vista, pero efectiva si no quieres pensar demasiado. Por lo contrario, cuando optas por profundizar un poco, puedes personalizar bastante el estilo de combate de tu personaje.

Aquí el equipo que encontramos, aparte de sus estadísticas base, otorga ciertas mejoras que desbloquearemos según encontremos o compremos sus potenciadores. Cada pieza (armas, armaduras y cascos, anillos, collar, cinturón) tiene sus bonificadores especiales y dependerá de nosotros cómo combinarlos con nuestra forma de jugar.

En cuanto a las habilidades, me parece genial que podamos poner y quitar libremente puntos del árbol de talentos para modificar la composición de mejoras pasivas a nuestro gusto. Hay unas cuantas habilidades activas desbloqueables, aunque solo podremos asignar tres técnicas al personaje, además de una cuarta que será la definitiva. Parece poco, pero como dije, funciona bien para un juego de acción así.

Quizá mi única pega es que tu libertad a la hora de personalizar tu combinación deseada estará condicionada por la suerte que tengas de encontrar las mejoras del equipo. Si prefieres centrarte en infligir hemorragia, por ejemplo, pero tardas en localizar los objetos necesarios… pues tocará esperar a que los encuentres. Por lo demás, todo bien. ¡Incluso existe equipo especial con bonificaciones únicas!

Audiovisual: ¿¡esto se ve diferente!?

Dragon Age: The Veilguard Davrin Qunari Assan
Las razas se ven distintas… como en cada Dragon Age, en realidad

Uno de los temas más polémicos cuando se presentó The Veilguard fue su estética, algo completamente comprensible. Al principio impacta, pero si os soy sincero, te acostumbras rápido. Y seamos honestos, siempre tuvimos problemas en este aspecto. Quienes estamos aquí desde Origins, vivimos la decepción del público con Dragon Age 2 (y los «elfos raros») o Inquisition (y las «chicas feas»).

El estilo artístico de la saga nunca fue consistente, pero si me preguntáis a mí, estoy cómodo con este. Existen diseños de personaje que no me entusiasman, pero lo compensaron con grandes escenas, geniales animaciones y buena expresividad. Además, tenemos momentos increíbles y escenarios muy vistosos. También existe la agradecida opción de personalizar el aspecto de ropa y armas, y existen muchas variantes.

Y como siempre digo, yo no soy experto en bandas sonoras, así que no sé si mejoraron o no en ese aspecto. Me pareció muy ambiental, solo destacando en algunas piezas, pero no tanto como para que me quedasen marcadas. Quizá esto cambie según rejuegue, como me pasa con otros juegos, así que ya veremos.

Valoración final

60/100

Disfruté mucho de mi primera partida a The Veilguard y lo rejugaré. Pero también sentí decepción y frustración con unas cuantas cosas, ya las mencioné. Como juego, lo veo bastante bueno y ojalá el estudio pueda continuar creando videojuegos; yo seré de los que confíen. Sin embargo, como Dragon Age, me falla en muchas cosas. Justo por eso preferiría que dejasen ya aparcada la saga.

The Veilguard concluye bien su historia y aunque existe un interesante epílogo que muestra la clara intención de continuar sacando Dragon Age en el futuro, no sé si eso me convence. Opino que los cambios que los desarrolladores hicieron a la saga son demasiado bruscos. Me tomaría mucho mejor un juego de cualquier otro universo, ¡o de este mismo, pero 500 años después!

Como fan acérrimo de Dragon Age, estoy tan conflictuado que me resulta complicadísimo ser objetivo en eso. Pero es que no es un RPG más; es una secuela con un nombre concreto. Y me gustaría acabar aquí con mi opinión, dejando la crítica a la historia con spoilers para otra entrada… pero debo comentar una cosa más. Para mi desgracia.

Extra: mensaje ideológico innecesario

Dragon Age: The Veilguard Maevaris lenguaje inclusivo
Yo no recuerdo así la expresión…

Me aborrece hablar de estos temas, pero están ahí y se sienten tan forzados como innecesarios en Dragon Age. Tal y como muchos temíamos, BioWare metió mensajes ideológicos en el juego, algunos tan poco sutiles que hasta parecen anacronismos. Para los más observadores, también se nota la intención en ciertos diseños de personaje, la censura o esas opciones de diálogo edulcoradas.

Y lo que es más molesto: en español, leeremos constantemente el mal llamado «lenguaje inclusivo» de forma mucho más agresiva que en inglés, donde solo cambian los distintos pronombres. Siento a quien le pueda molestar, pero os soy sincero: me parece lamentable. La traducción al español, que por si misma tampoco es brillante, empeora muchísimo con dicho lenguaje.

No puedo hablar sin destripes de la trama de uno de los personajes, que en vez de enfocarse en su trasfondo cultural para mandar exactamente el mismo mensaje, utiliza palabrería moderna que no viene al caso. Ojalá se pudiera ignorar o pasar por alto, como hemos hecho en otros juegos. Pero aquí es demasiado cantoso como para no señalarlo y criticarlo.

Venimos a Dragon Age para escapar a una realidad alternativa, que a su vez es tan fantástica como creíble en su contexto. Dejad de sacarnos de la experiencia intentando dar lecciones de ideología ajenas al videojuego, por favor. Existen otro tipo de títulos y ambientaciones más apropiadas para eso.

4 comentarios en «Dragon Age: The Veilguard, opinión de un fan veterano de la saga»

  1. Bueno, pues pasado ya. Ya no es lo woke ridículo, ya no es la mierda de jugabilidad (hasta la de ffxv es mejor), es que la historia es una vergüenza.

    Una putísima mierda

    Saludos yukha

  2. Recientemente lo empecé a jugar porque lo dieron gratis en ps plus, como primerizo en los juegos rpg de este estilo, me encantó la jugabilidad, siento que otros juegos parecidos no son tan buenos, sin mencionar los ff, la historia no me pareció tan mala al principio si no entretenida a secas, mi problema fue el lenguaje inclusivo, al principio solo era una que otra palabra y siendo sinceros, lo deje pasar, pero cuando empiezas la historia de neve, todo se va al carajo, hay tanta inclusión que ni si quiera se llega a entender que dicen o de que estan hablando, pensé que cuando hablaban de la inclusión forzada extrema… estaban exagerando, pero vaya error y estoy viendo que después se pone peor, como en esta reseña se menciona, estoy aqui para relajarme, para vivir en otro mundo y olvidarme de la basura que vivimos actualmente como para que me quieras meter una ideología a la fuerza…si hubieran puesto la opción de quitar todo esto…siento que hubiera sido un buen juego, no excelente pero uno entretenido al menos. Asi que, si eres un especialito…juegalo, si eres normal, evitate los corajes de no entender ni de que estan hablando los personajes.

    1. Sí que es una pena, ese lenguaje y todos los temas relacionados explotan con los Dragones Sombríos, que parecen un grupo de apoyo en ese sentido. Es una pena.
      Aun así, me alegra que hayas disfrutado el juego en ciertas partes. Yo realmente lo pasé bien la primera vez, pese a las flaquezas que le encontré como Dragon Age.

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