The Legend of Tianding, el Robin Hood de Taiwan
Recientemente me dieron la oportunidad de jugar a The Legend of Tianding, un título de 2021 que nos llegó desde Taiwán y a mí me pasó desapercibido en su día. Ahora mismo lo tenemos con textos en español y para todas las plataformas: PC, Nintendo Switch, Xbox y PlayStation. Yo lo disfruté en la consola de Sony.
¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Y en este caso la sorpresa fue muy agradable, porque estamos ante un juego de acción en desplazamiento lateral con muchísimas virtudes, acertando en lo que se propone. ¡Me extenderé!
El forajido de Taiwán

Nos situamos en Taipei durante la ocupación japonesa a principios del siglo XX. Nuestro protagonista es Liao Tian-ding, un justiciero del pueblo experto en artes marciales perseguido por las autoridades. Con esa sencilla premisa que nos recordará a la figura de Robin Hood, viviremos una historia entretenida que va directamente al grano.
La trama está muy bien condensada en las 6-8 horas que puede alargarse, dependiendo de lo que nos entretengamos, y aprovecha genial ese tiempo. Durante la aventura recorreremos las calles de Taipei repartiendo justicia mientras conocemos a varios personajes, amigos y enemigos, además de cumplir el destino de Liao Tian-Ding.
Lo cierto es que la historia profundiza lo justo para conectar y motivarnos a querer saber qué ocurrirá con los personajes; resulta muy satisfactorio conocer el destino de todos ellos al llegar al final, secundarios incluidos, que cambia según ciertas acciones. Nos presentan dos posibles conclusiones, la «mala» y la verdadera, ambas redondas. Yo siento especial predilección por la primera, dicho sea de paso, que me pareció perfecta.
Algo muy destacable de la historia es que la mayoría de escenas importantes están ilustradas con un estilo de cómic muy vistoso, sin ahorrar en geniales escenas de acción cuando toca. A mí me atrapó hasta el final y quedé encantado al llegar a los créditos, viendo la conclusión de la trama mientras sonaba una música la mar de apropiada para la ocasión.
Repartiendo justicia en Taipei

Un título como este solo puede sobresalir si la jugabilidad cumple, ¡y este es el caso! El control del personaje desplazándonos lateralmente por los escenarios se siente muy fluido. Tendremos algún toque de plataformeo durante el viaje, muy orientado a evitar trampas y otras lindezas del terreno. Nada complicado, pero le añade variedad a la experiencia.
El plato principal es el combate, por supuesto. Utilizaremos el dominio de las artes marciales de nuestro justiciero para ejecutar combos rápidos de ataques básicos que encadenar junto a unas pocas técnicas especiales que desbloquearemos según avanzamos. Como es costumbre, estará a nuestra disposición el indispensable comando de esquivar, clave en la mayoría de enfrentamientos.
Sin embargo, lo que distingue a Liao Tian-ding de protagonistas de títulos similares es que con él podemos robar el arma a nuestros enemigos y esgrimirla un número limitado de veces. Esta mecánica le otorga mucha frescura a los frenéticos combates que disputaremos, volviéndolos todavía más divertidos. Hay unas cuantas armas, desde hachas y espadas hasta pistolas o rifles.
Esta receta se aprovecha genial durante la aventura, pero el juego brilla especialmente en sus jefes, ofreciendo combates con un nivel de desafío justo. Las batallas son bastante divertidas y, tras completar el final verdadero, se desbloqueará el modo «Boss Rush». Ahí lucharemos contra todos los jefazos sin descanso, obteniendo mejoras tras cada victoria. ¡Todo un vicio si nos hemos quedado con ganas de más!

Valoración final
88/100
El único defecto que podría encontrarle a The Legend of Tianding es que se acaba. Y tampoco sería el caso, porque me parece la duración perfecta para este tipo de experiencia de acción. Una jugabilidad divertida junto a esa historia corta que engancha hasta el final, bellísimamente ilustrada. La perfecta combinación, potenciada por la apropiada relación calidad-precio.
Yo estoy más que contento con el juego y desde aquí os animo a darle una oportunidad, si os atrae su propuesta. Cierta escena tras los créditos insinúa que habrá algún tipo de secuela y si llega a ser el caso, ¡yo estoy más que dentro!