Star Ocean: The Divine Force, otro más de su saga
Admito que Star Ocean: The Divine Force no era mi primera opción para disfrutar estos días, pero siempre creí que la saga tenía mucho potencial para brillar. Al enterarme de la complicada situación de tri-Ace, sus desarrolladores, decidí apostar por su juego de salida, pues me gustaría que siguieran su fantasía estelar. Y aquí estamos.
Ya completé mi primera partida, en este caso con Raymond de protagonista, y puedo traeros mi opinión final sin más retrasos. ¿Es un paso hacia delante en la saga, quizá una decepción? ¡Seguid leyendo y lo comprobaréis… o como mínimo conoceréis mi punto de vista al respecto! Por cierto, lo jugué en PC.
Antes de empezar, debéis saber que mi experiencia en Star Ocean solo alcanza cuatro juegos: First Departure, Till the End of Time, The Last Hope y este mismo. Todavía no soy ningún experto en la saga. Ahora que tenéis el contexto, ¡empezamos!
Fantasía audiovisual

Como ocurre con algunos juegos, The Divine Force me obliga a empezar centrándome en su apartado audiovisual. Y es que debo reconocer algo: aunque se vea bien, a mí nunca me convenció el estilo artístico. En 2D parece espectacular, pero cuando lo llevamos a ese anime 3D, flojea demasiado en los diseños de sus personajes.
A la hora de jugar, explorando y combatiendo, funciona bastante bien. Sin embargo, durante los múltiples diálogos y escenas de historia se le notan todas las costuras. Las limitaciones de presupuesto, las tres o cuatro animaciones asignadas a cada personaje, las posturas antinaturales de sus modelados… A mí me quitan mucha de la inmersión.
Y es una pena, porque si nos centramos en su banda sonora, cumple con creces. La música que acompaña cada momento del juego es más que apropiada para el tono de la aventura y consigue la mejor calidad durante los combates. Un ejemplo excelente es el tema asignado a Laeticia. Buenísimo.
En definitiva, las luces y sombras de este apartado están muy claras y son intensas en ambos sentidos. Si a otro jugador no le molesta tanto la estética 3D de The Divine Force o incluso le gusta, está de enhorabuena. Eso sí, quienes estarán decepcionados serán los que no dominen el inglés, pues los subtítulos solo están en dicho idioma.
Un viaje bidimensional

Creo que el potencial para presentar historias en un universo como el que ofrece Star Ocean es inmenso. Algunas de las entregas de la saga que probé explotan un poco esos buenos conceptos, pero nunca acaban de brillar tanto como me gustaría. ¿Lo ha conseguido The Divine Force? Por desgracia, no.
Aquí nos cuentan la aventura de Raymond y Laeticia, pudiendo elegir a uno de los protagonistas para vivirla desde su punto de vista. La mayor parte de la historia parece la misma para cada uno, pero hay momentos donde ambos se separan y según nuestra elección inicial, veremos una parte u otra.
Más allá de ese detalle, que se agradece mucho y recuerda a JRPG como Tales of Xillia o Scarlet Nexus, lo cierto es que no noté que se utilizase demasiado. La historia en si podría regalarnos muchos eventos o sucesos emocionantes, y pese a tal potencial, nunca acabamos de tener ninguno. Los giros interesantes brillan por su ausencia.
A la linealidad de la trama se le añaden villanos planos y un ritmo narrativo bastante lento que persiste de principio a fin. Me sabe mal decirlo, pero en lo personal no sentí en ningún momento la necesidad de continuar jugando para ver qué pasaría después. Es una pena que la historia me dejase tan indiferente, pues tenía elementos para destacar. Como sus protagonistas, por ejemplo.
Compañeros estelares

Uno de los aspectos que más me gustó de The Divine Force son sus protagonistas. Al principio eché en falta algo de variedad respecto a sus orígenes, pues la saga tiene muchas razas interesantes. Aun así, aquí encontraremos un grupo sólido donde cada personaje tiene una razón para estar ahí y sus respectivas relaciones se justifican durante la partida.
Además de interactuar en la historia principal, podremos hablar con nuestros compañeros mientras visitamos las ciudades y serán muchas las ocasiones donde esto desencadenará una «Private Action», una conversación especial con uno o varios personajes del grupo. Hay bastantes y además de conocer mejor a cada protagonista, descubrirlas determinará el final especial que veamos.
Es precisamente sus buenas relaciones y el carisma de cada uno lo que me hace lamentar que la trama no arriesgase más, pues tenía personajes para diferentes tipos de sucesos. Por desgracia, yo los siento desaprovechados y de esta forma solo quedan como unos amigos agradables con los que compartir esta aventura.
También debo señalar que, además del protagonista principal, el juego nos deja controlar al personaje que queramos siempre que esté dentro del grupo. Esto se agradece bastante porque son muchos, y todos tienen su propio estilo de combate y técnicas diferentes, por lo que se disfruta variando entre ellos.
Combates de ciencia-ficción

Las batallas fueron una de las razones por la que me divertí bastante con el juego, pues las sentí mucho más ágiles y divertidas de lo que me esperaba. Además de la posibilidad de cambiar entre personajes que comenté antes, dispondremos del D.U.M.A, una herramienta que nos permitirá realizar todavía más técnicas.
Este nuevo… gadget, por nombrarlo de alguna forma sin destripar nada, hará de los combates algo mucho más dinámico de lo común. Podremos utilizarlo con fines defensivos, pero lo mejor es accionarlo para realizar desplazamientos rápidos y embestidas, atacando los puntos ciegos del enemigo o apuntado a sus zonas vulnerables.
Para acabar de decorar este buen planteamiento, debo señalar que cada personaje dispondrá de un árbol de habilidades bastante extenso que nos permitirá personalizar mucho el progreso de cada uno. Podremos elegir qué técnicas nuevas aprendemos y cuáles potenciamos, además de los típicos bonos de características y capacidades pasivas para asignar.
Todo lo expuesto en su conjunto sería maravilloso, pero incluso aquí tengo una pega. Y no es pequeña: los jefes. En The Divine Force combatiremos unos pocos adversarios importantes en la historia y por desgracia, ninguno de ellos da la talla. A mí me supieron demasiado a poco e incluso algunos los noté torpemente diseñados. Una pena.
Exploración D.U.M.A

Si bien es cierto que en este Star Ocean la parte de exploración también se siente bastante fluida y satisfactoria a los mandos, estamos ante otro de sus puntos ligeramente desaprovechados. Y eso que los escenarios a recorrer son extensos y gracias al D.U.M.A podremos volar hasta rincones que no son accesibles por otros medios, añadiendo verticalidad a la experiencia.
Sin embargo, al final no encontramos más que unos pocos tesoros sin los que superaríamos perfectamente la aventura. También veremos multitud de cristales lilas por el mapa que, si los cogemos, nos darán puntos para subir las capacidades del D.U.M.A. Pero más allá de los iniciales, el resto se sienten innecesarios.
La exploración del juego en si me hace sentir de forma similar a sus protagonistas, el sistema de progresión o fabricación, e incluso el combate. Son buenos, añaden profundidad al juego y consiguen que nos divirtamos. Pero cuando toca ir más allá de eso y cerrar la experiencia final con buena nota, notamos sus flaquezas.
En cuanto a las misiones secundarias, son demasiado superfluas como para detenerme a comentarlas. Lo que sí debo destacar es un mini-juego de figuras coleccionables al que podremos retar a otros NPC en la ciudades. Esto me pareció un complemento entretenido a la experiencia, pues las unidades especiales representan otros personajes de antiguos Star Ocean.

Valoración final
75/100
¿Me gustó Star Ocean: The Divine Force? Pues sí, especialmente por su jugabilidad, que consiguió divertirme hasta el final (30-35 horas) sin mayores pretensiones. También me pareció agradable su grupo de personajes, que pese a no aprovecharse demasiado, sí disfruté de sus interacciones y no dejaron momentos absurdos, a diferencia de otros títulos de la saga.
Tenía la esperanza de que fuese un juego revolucionario para su universo, o mínimo uno muy bueno que popularizase un poco la saga. Sin embargo, lo veo solo como otro juego más de Star Ocean y me parece complicado que consiga catapultar su éxito lo suficiente como para justificar que tri-Ace continúe con su saga.
Personalmente y a pesar de sus limitaciones, creo que arriesgando más en su historia para dejarnos momentos memorables podría haber destacado muchísimo. Pero no fue el caso, o yo no lo sentí así.
¡Muy buena entrada Yukha! No conozco la saga Star Ocean, más allá que de oídas, y había pensado que este tal vez, por ser actual, podría ser una buena puerta de entrada a la misma pero tras leerte… Va a ser que no. Extraigo de tus líneas que el juego en líneas generales no está mal, pero que no deja de ser la jugabilidad lo que le hace de salvavidas para que salga a flote, y juegos que buscan explotar la jugabilidad sobre la experiencia narrativa ya tengo unos cuantos pendientes (Empezando por el Valkyrie, el cual sí que tengo intención de jugar cuando esté un poco más rebajado).
No sé si algún día terminaré por atreverme con esta saga, pero supongo que de hacerlo lo intentaré con alguna entrega más memorable. Mi enhorabuena de nuevo por la entrada Yukha, ha sido como siempre muy explicativa e ilustrativa ¡Un saludo y nos leemos!