Capítulos de Final Fantasy VII Remake parte 17
Seguimos con los capítulos de Final Fantasy VII Remake, ahora la parte 17 de esta serie. Abarcaremos uno más, concretamente el episodio decimoséptimo de este juego. El anterior lo podéis leer aquí.
Aviso que en este capítulo voy a poner varios diálogos literales en su traducción al español al contar lo que ocurre en episodio. Creo que son importantes palabra por palabra como para escribir solo mi interpretación.
Capítulo 17
Huida del caos

Cloud despierta tras la mala experiencia. Se encuentra junto a sus compañeros en una pequeña sala; como curiosidad, Red XIII comenta que él mismo llevó al mercenario sobre su lomo hasta ahí. Aerith informa que este lugar era la habitación en la que vivía cuando era niña junto a su madre. Sin embargo, a Ifalna la iban a buscar cada día para experimentar.
El mercenario le pide que cuente cosas de su vida, que apenas saben nada. La florista accede y se reconoce como miembro de los Cetra, raza de la que Barret está bastante bien informado pese a que en un principio creía que los Ancianos y la tierra prometida no existían. Tifa pregunta si ella sabe donde está ese idílico lugar, pero Aerith niega. El líder de Avalancha interviene para opinar que, aunque supiese llegar, ese sitio le pertenece a los Cetra y no a Shinra que solo querría aprovecharse para robar energía mako. Se enfada ante su propia mención de la empresa y asegura que irá a cargarse unos cuantos mientras los demás escoltan a Aerith fuera del edificio. Pero la conversación se interrumpe por la súbita aparición de los Ecos del Destino.
El misterio del Destino
La frase de Barret al verlos «los que faltaban» me representa bastante. El hombre piensa que esas cosas salen de los laboratorios de Shinra. Es Red XIII quien le aclara su identidad: son Ecos, los guardianes del destino, y se manifiestan ante quienes intentan alterar el curso el destino para evitar que lo consigan. Cuando Tifa pregunta por el significado de tal «destino», el ahora sabio can afirma que es la corriente que mana del planeta y todo lo abarca, de principio a fin. Según Red XIII, el destino no puede cambiarse ya que es la voluntad del propio planeta. Cuando Barret le cuestiona y pregunta como lo sabe, el peludo compañero confiesa que así fue desde que Aerith le tocó. Gracias a eso, simplemente encontró ese conocimiento dentro de él.
Es la chica quien toma la palabra ahora, y en vez de explicar ese fenómeno, declara que Shinra no es el verdadero enemigo. Fueron ellos el punto de partida, pero hay algo mucho peor. Por esa razón, solicita ayuda al grupo. Tifa se extraña ante eso y le pregunta si sabe algo de ellos, pero Aerith no responde. En vez de eso, confiesa estar perdida en un laberinto y que cada paso la aleja más de la salida. Afirma que cuando los Ecos la rozan, pierde una parte de si misma, y que las entidades desean que simplemente se guíe por las flores amarillas. Dicho esto, los Ecos en si empiezan a rodearla y agobiarla, pero Tifa la toma de la mano y la aparta de ellos, asegurándole que encontrarán la salida juntas.

Plan de fuga
El momento íntimo se interrumpe a causa de los monitores, que no tardan en mostrar al alcalde Domino. Pero Wedge también está ahí y se enfoca la cámara para comunicarse con sus compañeros. Tras tranquilizarles comentando que está recuperado gracias a la comida de Elmyra, procede a explicarles la situación. La célula principal de Avalancha ha venido a causar problemas en el edificio, por lo que Shinra está en alerta máxima.
Domino les muestra un mapa señalando el camino que les llevará hasta la azotea, pasando por el laboratorio de Hojo. Allí los recogerá un helicóptero de Avalancha para que puedan escapar. Barret duda que ese grupo los vaya a ayudar, pero Wedge dice que lo harán ya que se lo ha pedido y suplicado él mismo. Cuando se corta la transmisión, vemos por un instante que el chico no está tan recuperado como hacía creer y solo fingía encontrarse bien para no preocupar a sus amigos.
El grupo de protagonistas se pone en marcha. Al pasar por el laboratorio, ven que los tanques experimentales han sido destruidos. Barret y Red XIII deben colaborar para apartar los escombros que obstaculizan el camino mientras Tifa, Aerith y Cloud se enfrentan a especímenes fugados. Todos tienen éxito en sus respectivas tareas, lógicamente. Cuando el líder de Avalancha intenta celebrarlo ofreciéndole la mano a Red, este parece ofenderse y le da un golpe en la palma con su cola flamígera. Barret se sorprende por ello pero no le da más importancia. Curiosa la relación de esta pareja.
Todos juntos alcanzan el ascensor y al meterse, antes de cerrarse las puertas ante ellos, Cloud ve caer una pluma negra que pronostica el inminente encuentro que está por suceder.

Laboratorio DRUM
Llegan al laboratorio privado de Hojo en cuyo centro se encuentra conservado el cuerpo de Jénova; Aerith es quien la reconoce y nombra como tal. Entonces, Cloud tiene uno de sus traumas y empieza a ver a Sephiroth, recordando una vez más el suceso en el reactor de Nibelheim donde Tifa perdió a su padre. Pero cuando su amiga en la realidad se acerca para apoyarle, aparece también el Sephiroth verdadero (uno de los clones, vaya) situándose entre Jénova y el grupo. El mercenario intenta dirigirse a él, pero sus dolores y traumas se agravan. Escucha a su odiado enemigo pedirle que lo acepte, ante lo cual Cloud estalla de ira y se lanza hacia él. Lo ataca con fuerza, pero es rechazado con facilidad por su rival y el puente acaba destrozado, concluyendo con el mercenario siendo arrojado al piso inferior.
Se ve a Hojo vigilándolo todo por los monitores y afirmando que su hipótesis era cierta. Parece dirigirse a Cloud cuando comenta que espera que no le decepcione. El mercenario ha caído a la parte baja del laboratorio y se incorpora rápidamente para volver a reunirse con sus compañeros. Varios humanoides experimentales lo atacan, pero aparece Red XIII para «echarle una pata» . Más tarde encuentran también a Barret. En cierto momento, Red XIII se queda solo ante unos cuantos monstruos, pero Tifa y Aerith los abaten desde el piso de arriba lanzándoles unos pesos encima.
Las chicas intentan reunirse con ellos, pero acaban separados por una barrera impenetrable. Ni siquiera se escuchan por culpa de ese impedimento y deben hablar por un comunicador que hay en el lugar. Hojo les interrumpe, informándoles de que están en el laboratorio DRUM y que tendrán el privilegio de formar parte de su experimento. Se ve que quiere recabar valiosos datos y piensa utilizarlos para ese propósito. Red XIII opina que siendo como es Hojo, lo más probable es que no les deje salir hasta que no cumpla su objetivo.

Experimento en equipos
Desde ahora, el dividido grupo con los tres chicos por un lado y las dos chicas por el otro. Cada uno por su lado tendrán que ayudarse activando mecanismos y abriendo puertas para ir visitando los distintos rincones del laboratorio.
Escuchamos a Red XIII explicar que toda la investigación de Hojo gira en torno a Jénova. Que el propósito de lo que les rodea consiste en la mejora de organismos y máquinas mediante la implementación de datos biológicos de ese ser. Además, afirma que Hojo pretende hacerles combatir contra los experimentos para desarrollar sus capacidades. Red quiere que los derroten, compadeciéndose de esos sujetos al conocer bien su destino. También oímos por el camino a Aerith decir que odia a Hojo con todas sus ganas. Sinceramente, ya hay que ser malo para que te odie esta chica.
El profesor interactúa con el grupo de varones a través de un cristal reforzado, mientras evalúa la reacción de Cloud ante sus experimentos. Barret intenta burlarse de Hojo diciéndole que si disfruta viéndoles destrozar sus juguetes, pero el profesor ni se inmuta argumentando que es parte de su trabajo y él disfruta trabajando. El líder de Avalancha le dispara sin éxito por culpa de las protecciones de su instalación.
Por su parte, Red XIII encuentra un hueco y con la ayuda de Cloud se cuela en el lado donde está Hojo. Logra acercarse, pero cuando está apunto de alcanzarlo con sus garras, una máquina lo paraliza. El profesor, en ningún momento preocupado por su presencia, le manda reunirse con las otras mascotas y se marcha tranquilamente.

Los juegos de Hojo
Los problemas de Red XIII no acaban ahí. En otra ocasión, mientras se encarga de activar una palanca para sus aliados, unos sujetos experimentales lo sorprenden y derriban lanzándolo al piso inferior. Al estar fuera del alcance de Cloud y Barret, estos corren a pedir ayuda a Tifa y Aerith. Entre las dos consiguen aliviar la carga de enemigos a Red y salvarle del aprieto. Poco después encuentran un ascensor, pero está cerrado, confirmando la teoría de su compañero canino: el profesor no les dejará salir hasta que hagan lo que quiere. Deben comunicarse de vuelta con Cloud para que entren en la última área y sean partícipes de los experimentos del profesor.
Mientras avanzan a dicho lugar, Barret le cuenta al mercenario que Wedge lo admira bastante. Que aunque no se lo crea, al chico le cuesta abrirse a los demás, pero que ahora puede contar tanto con Wedge como con él mismo. Otra demostración más de la cercanía que tiene ya Barret con su amigo rubio. Al abrir una de las puertas, les asalta el jefe estilo pez sierra mecánico: Cienfilos. Lo combaten y rechazan, haciendo enloquecer y escapar a la máquina anfibia.
El enemigo acaba encontrando al otro grupo, pero Tifa lo golpea con fuerza, Red XIII se sube encima para destrozarlo de cerca y Aerith finaliza la tarea con poderosa magia de fuego que acaba derribando al pez mecánico. Hojo parece complacido, así que acaba abriéndoles la puerta del ascensor. Tifa cree que puede ser una trampa, pero Aerith hace caso a su corazonada y la incita a seguir. Cuando les toca desbloquear un portón, lo derriban bruscamente y por poco no aplastan a un Barret que esperaba justo al otro lado. Por fin reunidos, Red XIII les señala el ascensor que deben tomar pero informa que solo funcionará si Hojo así lo desea.
Y sí, al parecer el profesor ya se ha aburrido, porque pueden volver sin problema al piso donde estaba el cuerpo de Jénova. Pero cuando llegan, se encuentran con que dicho ser está ausente. Un rastro de sangre púrpura alienígena les hace entender que alguien se la ha llevado y lo siguen hasta el próximo ascensor que les llevará al despacho del presidente Shinra.

Encuentro de jefes
Empieza a sonar de fondo una música que resultará familiar a los jugadores mientras el grupo protagonista sigue el rastro de sangre. Recorren la planta hasta llegar al enorme despacho, pero no ven a nadie ahí. Sin embargo, sí escuchan una voz… Resulta que el presidente Shinra está colgando de la azotea pidiendo ayuda. Al verlos, el hombre les solicita su auxilio y les ofrece mucho dinero a cambio. Tifa va a sacarle de ahí, pero Barret la detiene y es él quien se adelante. Toma al presidente del brazo justo cuando está apunto de caerse y, sosteniéndolo así, inician una tensa conversación.
El líder de Avalancha le deja claro que no quiere su dinero y que sería más satisfactorio verlo caer los 69 pisos de altura. El hombre insiste en intentar convencerlo y Barret decide asustarlo un poco, lanzándolo al aire y volviendo a cogerlo al vuelo. Tifa y Aerith le piden que pare, así que acaba arrojándolo de vuelta al piso. Pero a cambio empieza a amenazarle para que diga la verdad en público sobre su empresa y que destape las mentiras vertidas sobre Avalancha y Wutai, anunciando además su derrota ante la organización.
Es aquí cuando el presidente, que retrocedió hasta detrás de su mesa, saca una pistola y amenaza a Barret con ella. Se burla de que lo que más le importe a su enemigo es limpiar el nombre de Avalancha. Mientras tanto, nuestro enorme amigo se olvida de que tiene una metralleta en el brazo. El presidente empieza a filosofar sobre los principios de cada uno y lo que realmente necesitan los habitantes del mundo así como su posible destino sin Shinra. Como buen villano, añade que él no tiene principios, que se apodera de lo que quiere y exprime lo que es útil, deshaciéndose de lo que no. Como hace con sus sentimentalismos y remordimientos.
Le da al líder de Avalancha una oportunidad de reflexionar sobre sus principios antes de ejecutarle. Y mientras el presidente habla vemos como los amigos de Barret, ocupados con a saber qué en la azotea, llegan por fin para darse cuenta de que está en problemas.

Reaparece Sephiroth
Shinra está apunto de disparar, pero aparece Sephiroth a su espalda y lo asesina con la espada, salvando a Barret con esa acción. Esto enfurece al líder de Avalancha, que carga de frente contra el villano, pero acaba atravesado también por el arma de Sephiroth. Es ahí cuando por fin el grupo despierta y va a ayudar a Barret; excepto Cloud que se queda embobado con el enemigo. El susodicho marcha despacio al centro de la sala, desvaneciéndose su figura y convirtiéndose en un brote de Jénova. Ahí Red avisa de que es una ilusión, pero el combate sucede igual.
Cuando derrotan al ser, ven que este vuelve a su forma verdadera: un hombre encapuchado, otro de los experimentos fallidos con las células de Sephiroth. El mencionado aparece para recoger el cuerpo de ese sujeto y sonríe a Cloud como si lo provocara. Mientras tanto, un helicóptero se acerca a la azotea y despista al mercenario el tiempo suficiente para que Sephiroth prácticamente se teletransporte fuera. Cloud sale en su búsqueda mientras vemos como Barret se ha curado de su herida mortal gracias a la intervención de un Eco del Destino. Red XIII le da explicación a esa intervención, diciendo que a Barret no le tocaba morir aún. El líder de Avalancha le agradece la ayuda al ente y este simplemente se marcha.
Cuando Cloud sale a la azotea, ve a unos cuantos Ecos del Destino revoloteando por ahí, pero los ignora e intenta alcanzar a Sephiroth. Cuando consigue llegar cerca de él y lo ve sosteniendo al otro clon, lo intenta llamar por su nombre, pero este vuelve a sonreír y no contesta. Cloud es momentáneamente capaz de distinguir su forma real: lo que toma como Sephiroth no es más que otro de los sujetos experimentales con células de su enemigo. Este, junto al otro que lleva en brazos, se lanza al vacío y desaparece.

Reteniendo al enemigo
Ante la huida de su enemigo, Cloud no tiene otra que volver con sus compañeros, que le esperan junto al helicóptero en la azotea. Pero dicho vehículo es atacado y derribado por otro, uno pilotado por los Turcos Reno y Rude. En él también viaja el propio vicepresidente Rufus, quien opta por bajar en solitario para enfrentarse al grupo de protagonistas acompañado de su (¿pantera?) Tiniebla.
Barret se dispone a atacar, pero Cloud le pide que saque a Aerith del edificio mientras él entretiene al vicepresidente. El líder de Avalancha insiste en que sería mejor colaborar en este combate, pero Cloud le insiste y pide que le haga caso. El enorme tipo, demostrando su confianza y lealtad hacia el mercenario, cede y lo deja solo. Tifa duda un momento, pero también parece irse.
Rufus le dice a Cloud que si es Soldado le pertenece, pero este responde que lo dejó hace tiempo. El vicepresidente decide mandar a sus hombres a por nuestros héroes para que no huyan, y el mercenario no puede evitarlo al ser obstaculizado por disparos del helicóptero enemigo. Así pues, Rufus declara que ahora están solos los dos… pero al mirar a Tiniebla, rectifica: los tres.
Pero ni la pantera ni las monedas mágicas del vicepresidente lo ayudan a vencer, siendo desarmado por Cloud y obligado a huir agarrándose al helicóptero que acude a socorrerlo. Rufus no parece preocupado por su derrota, anunciando que esta noche marca el renacer de Shinra. Es entonces cuando el helicóptero dispara a los pies de Cloud y derriba la plataforma de debajo, haciéndolo caer al vacío. Y casi consiguen matarlo, si no fuera porque Tifa vuelve a tiempo y salva el día agarrando a su amigo de la infancia antes de que caiga.

Acorralados
Por parte de Aerith, Barret y Red XIII, este último está preocupa por los que han dejado atrás, pero el líder de Avalancha confía en que sus amigos saldrán ilesos. Y ellos tienen sus propios problemas, pues pronto les asalta una máquina que dispara a su ascensor y este pierde agarre, acelerando su descenso. Wedge, quien está en el edificio, es testigo de la caída, pero no puede hacer nada para ayudarlos. Cuando intenta intervenir, los Ecos del Destino hacen su típica aparición en masa y lo arrastran fuera. Con férrea voluntad, el chico intenta resistirse recordando a todos sus amigos. Pese a su enorme esfuerzo, no consigue nada y acaba sucumbiendo ante la presión de las entidades que lo arrastran hacia un destino incierto.
Por suerte, el trío sobrevivió a la caída del ascensor, bajándose en el Atrio. Pero no ha escapado de su perseguidor, la peligrosa máquina llamada Hectacañonero junto a sus pequeños y molestos defensores. Después de una emocionante batalla donde los tres protagonistas colaboran, acaban destrozando a su enemigo mecánico. Red XIII comenta que Tifa y Cloud pueden estar muertos a estas alturas, pero Barret ni se plantea esa posibilidad. Entonces, junto a Aerith, se disponen a continuar su huida confiando en la supervivencia de sus compañeros.
Cuando llegan al vestíbulo y no ven a nadie, Barret decide que ahora toca buscar a sus dos amigos. Pero varios soldados los acorralan con Heidegger a la cabeza. El jefe de seguridad les pregunta por sus identidades, y ellos responden los míticos «Avalancha«, «una florista» y «un perro de laboratorio». Heidegger se burla de ellos y manda a sus hombres capturar a la Anciana y matar a los otros dos. Barret recuerda a Aerith que le debe una por lo de Marlene, así que decide quedarse para cubrir la huida de la florista mientras él entretiene al enemigo.

Una huida épica
Pero es Cloud subido a una moto quien acude a rescatarlos. Para no quitarle espectacularidad al momento, los soldados no le disparan hasta que el mercenario carga hacia ellos, derribándolos uno a uno. En la impresionante secuencia, Tifa se cuela con su pequeña camioneta y manda a sus amigos subir aprovechando la distracción. Con Aerith de copiloto y Red/Barret como carga detrás, se disponen a escapar. Cloud lidera la huida deshaciéndose del resto de tropas su moto. Una pena que le falte poco para atropellar a Heidegger.
En la secuencia final, solo queda un soldado para detenerlos, pero Cloud lo ignora dedicándose únicamente a romper el cristal con su espada para abrir una vía de escape. Es así como ambos vehículos saltan bruscamente a la carretera y continúan su huida sobre ruedas, finalizando el episodio.

Historia: 7
Empecemos por lo bueno. Tenemos alguna revelación, como la aclaración final de los Ecos del Destino y su papel o la resolución de Aerith para combatir a ese «mal» que ella cataloga como peor aún que Shinra. Parece que el papel de la florista se perfilará como una especie de líder para el grupo, mínimo espiritual, que los guiará en su misión para erradicar al… ¿mal? O lo que sea que espere en futuras entregas.
Sigue dejándonos preguntas en el aire, como cuando Tifa sospecha que la florista los conoce de antes o sabe quien son, así como el toque mágico que despertó el conocimiento de Red XIII. Podemos seguir teorizando sobre que Aerith conoce los hechos «sucedidos» en la historia original, bien porque ha tenido esas visiones o porque ya los ha vivido consciente o inconscientemente. No podremos saberlo mínimo hasta el siguiente juego.
En cuanto al resto de aliados, también hay detalles interesantes. La célula principal de Avalancha hace acto de presencia otra vez, aunque no causando gran impacto. No se sabe si lo dejarán aquí y era para darle más profundidad y sentido al grupo original, o querían ir mencionándolos para más adelante tomar esa trama en la secuela de este Remake. El caso es que Domino sigue perfilándose como un sujeto activo e influyente en la organización, a la vez que vemos la evolución positiva de Wedge y su nueva confianza en si mismo.

Más de Hojo
No creo que sea casualidad lo mucho que muestran a Hojo en estos tramos finales. En este capítulo en particular lo vemos con la situación bajo control, comportándose con más tranquilidad si cabe que en el episodio anterior. Sabemos que no tenía nada planeado por lo que le escuchamos antes, pero aquí parece dominar el terreno en todo sentido.
No se entiende muy bien la razón por la que deja escapar a los protagonistas de un laboratorio en el que podría aprovecharse de ellos para sacar más experimentos o datos. Quizá sea conveniencia del guión para añadir esa mazmorra extra, o puede que haya intenciones ocultas en sus extrañas acciones. De momento no queda claro y está en el aire, pero hay que admitir que la frialdad y superioridad de la que hace gala le sientan muy bien. Yo sigo pensando que se perfila como uno de los villanos finales, y más ante tantas aclaraciones de Red XIII sobre que toda su vida gira alrededor de la investigación de Jénova.
De hecho, no sabría si Aerith específicamente señala a Sephiroth como el «enemigo real» o en realidad se refiere a Jénova. De ser así, los acontecimientos se tornarían mucho más interesantes que con el peliblanco de adversario final. El papel de Jénova podría ser mayor y en consecuencia, Hojo debería adquirir enorme importancia para la trama. Más de la que tiene ya, vaya. En lo personal, espero grandes cosas de este científico loco.

Cambios desafortunados
La escena de la discordia para mí empieza una vez el grupo llega al despacho del presidente Shinra. Para empezar, no sabemos como ha acabado el hombre colgando de la azotea, pero sin embargo ahí está. ¿Sephiroth? Sería raro que fuese el responsable, además de que ni siquiera se comenta nada al respecto. Pero bueno, lo podemos pasar por alto. Lo siguiente que tenemos es lo que podría haber sido una interesantísima charla entre Barret y su odiado enemigo, Shinra. Se ha ido construyendo este momento durante todo el juego, de hecho.
Sin embargo, esto se estropea terriblemente con demasiados detalles importantes que perjudican este tramo. Todo iba bien, pero el líder de Avalancha decide permitir al hombre retroceder hasta detrás de su despacho. Aceptando que fue un despiste y Shinra lograse sacar el arma, nuestro musculoso protagonista sigue olvidándose de que él mismo tiene un cañón atado al brazo. Añadimos la ausencia de los otros personajes, ¿qué hacían fuera, que no seguían a su compañero? Llegan tarde, pero tampoco es que hagan nada para evitar el conflicto o salvar a su amigo.
Y luego está lo de Sephiroth, que acaba asesinando al presidente en el instante preciso para rescatar a Barret de un disparo, sea o no su intención. Viendo esto, al líder de Avalancha no se le ocurre nada más que atacar a su salvador, cargando de frente (y no disparando) para acabar ensartado por la Masamune. Todo ello para ser sanado por un Eco, reafirmando su función de salvaguardar el destino por enésima vez.
Todo esto se agrava por el factor de que esta escena entera en si sustituye a la que quizá es la mejor parte de Final Fantasy VII original. Recordemos: la que abarca desde la captura de los protagonistas en Shinra, con Cloud despertando en su celda, encontrando a los guardias muertos y al presidente clavado a su mesa con la Masamune.
Opino sinceramente que el cambio ha sido muy malo, y puedo decir con seguridad que esta pequeña parte (desde que salimos del ascensor persiguiendo el rastro alienígena hasta que Barret es sanado por el Eco del Destino) es lo peor de Final Fantasy VII Remake. Terrible.

Últimos detalles
Tras lo acontecido es difícil valorar bien lo que viene, pero se consigue. Al fin y al cabo, la aparición de Rufus sí está muy bien hecha, igual que la intervención de Tifa salvando a Cloud de la caída. El vicepresidente de Shinra despierta muchas preguntas y teorías de cara a las siguientes partes del Remake, y no es para menos. El diseño del personaje es perfecto para lo que se esperaba de él, así como su actitud y su inolvidable mascota Tiniebla.
Por suerte, la parte posterior a la escena de la discordia sí engrandece el juego y lo hace sentir como el casi excelente trabajo que estaban haciendo hasta el momento. Si nos ponemos a comparar las secuencias o jefes del original al Remake, nos damos cuenta de lo bien elaboradas que están. El simple duelo de Rufus contra Cloud fue convertido en algo mucho más espectacular. A partir del apuro de Barret, Aerith y Red XIII en el ascensor con un jefe pasable se crea aquí una serie de emocionantes escenas. Todo muy bien hecho, la verdad. Si no fuera por eso, la nota en esta sección bajaría mucho.
Sobre lo de Wedge, no sé que decir. Es satisfactorio ver la renovada confianza del personaje tras lo acontecido, pero los Ecos del Destino intervienen una vez más con él y lo lanzan a un destino impreciso. Y tampoco parece que vaya a importar, vista la conclusión final de la historia de este juego.

Jugabilidad: 10
Absolutamente ninguna queja en el apartado de la jugabilidad, y menos en este capítulo, donde sin duda tenemos las mejores partes en lo que a combate se refiere. Sin ir más lejos, antes de la mazmorra de Hojo encontramos a Chadley ahí para nosotros, por si queremos realizar algún combate contra invocación que nos falte. Y lo importante: la posibilidad de dirigirnos a la sala de combates virtuales, donde estarán los mayores retos de todo el juego. Solo eso puede aportar varias horas de diversión a los completistas.
En cuanto al resto, no se queda atrás. La mazmorra de Hojo es muy bienvenida, bastante entretenida, con pinceladas de historia mientras vamos recorriéndola. Dura lo justo para no aburrirnos y cuenta con enemigos muy acertados. Algunos de los experimentos malintencionados o las máquinas imprevisiblemente peligrosas pueden complicarnos un poco la vida al menor despiste. Se hace emocionante combatir hasta con los enemigos menores, dando dignos y variados enfrentamientos en su versión en difícil.
Ir alternando entre los grupos de chicos y chicas es interesante aunque podría haberse aprovechado un poco más, cada uno superando sus pequeños retos hasta el jefe final del sector. Otra vez un detalle que gusta: un enemigo clásico de Final Fantasy VII adaptado al Remake como boss. Además, tenemos un sorpresivo encontronazo con una máquina de poderes extraños: el minijefe Portacerebro. En general, el laboratorio DRUM es un añadido jugable muy interesante por si solo. No estaba en el juego original, pero se agradece en este Remake.

Muchos jefes
El primero que enfrentamos es el más fácil, sin duda. Casi sintiendo que eran más desafiantes los enemigos previos en el laboratorio DRUM, Cienfilos no ofrece un gran combate. Eso sí, en la fase donde lidiamos con él junto a Aerith, Tifa y Red XIII sí puede ocasionar alguna baja con esa mecánica de giro cortante utilizada ya en muchos títulos del estilo.
Jenova en si no es un gran reto ni en difícil, pero es un combate bastante largo. Puede matarte si llega a congelar a dos compañeros o más, pero es complicado que eso suceda y da mucho tiempo a salir de su área antes de que la trampa se active. Quizá se haga tedioso deshacerse de los tentáculos en difícil, pero solo gana tiempo, no dificultad.
Rufus ofrece un bonito duelo que supera con creces el simple combate que tenemos en el original. Sí, la sencilla táctica de contraatacar hace que podamos deshacernos de él rápidamente, como le ocurre a todo rival que se enfrenta en solitario (o casi) a Cloud. A diferencia de Reno o Roche, aquí sí resulta trascendental dedicarse exclusivamente a devolverle los golpes tras deshacernos de Tiniebla. Aunque el peligro real existe solo mientras su mascota siga viva, la lucha es bastante entretenida en su conjunto.
Hectacañonero es el último jefe del capítulo y lo enfrentamos en peculiares circunstancias: manejando a la insólita pareja de Barret y Aerith. Con la ocasional ayuda de Red XIII, claro. Este enfrentamiento es posiblemente mi favorito del Remake, tanto por la novedad de tener que combinar a esos dos personajes como por el variado combate del que disfrutamos. El Hectacañonero (vaya nombre) no nos deja mucho hueco y debemos cubrirnos de sus ataques con el entorno. Es vital entender cuando debes atacarle con más fuerza o tardará demasiado en debilitarse. Además, esa última recta final donde debes deshacerte de él rápidamente antes de que dispare resulta estimulante.

Conclusiones
Tengo muchos sentimientos encontrados con este episodio en su trama, la verdad. La parte que más esperaba ver del Remake una vez se anunció debería haber estado aquí. Lamentablemente se tomó la decisión de sustituirla por otra cosa, en la que además existe cierta escena con Barret, Shinra y Sephiroth bastante decepcionante y fuera de tono.
Por lo demás no puedo quejarme; es un capítulo muy divertido, que despierta emociones la primera vez que lo juegas y te mantiene con el mando en las manos hasta el final. Es la única vez que lo diré en todos estos análisis, pero ahora sí que podría haber salido mejor adaptando casi al 100% las escenas originales.
Tampoco es que pueda odiar esta parte gracias al resto del episodio, la música, los extraordinarios combates y la implicación de uno de mis favoritos de Final Fantasy VII: Red XIII.
¡Acabaremos en la última parte!