Warhammer 40000: Rogue Trader, la apuesta espacial de Owlcat
Owlcat Games es una desarrolladora por la que siento especial debilidad, pues tomó el estilo de juego CRPG isométrico de los viejos Baldur’s Gate y apostó fuerte por dicha fórmula, expandiéndola tanto como sus posibilidades lo permiten. Para mí, lo hizo excepcionalmente bien con los dos Pathfinder. ¡Y ahora le tocó al universo de Warhammer 40000 con este Rogue Trader!
Admito que tenía ciertos recelos por la rapidez con la que surgió y su pronta fecha de lanzamiento, el pasado 7 de diciembre. En cualquier caso, yo lo jugué desde el primer día en Steam (también está en PS y Xbox) y ahora, casi 100 horas más tarde tras un intensísimo vicio, me propuse valorar mi experiencia.
¿Qué tal les salió la aventura por el espacio? Vamos por partes…
El universo Warhammer 40,000

Resulta evidente, pero en este juego adoptamos el papel de un Comerciante Independiente de Warhammer 40,000, por lo que aquellos que entiendan de dicho universo partirán con ventaja. En mi caso, yo soy bastante ajeno y me costó entrar en la propuesta narrativa. Desde el principio se manejan muchos términos propios de su mundo que ignoraba y al principio se me hizo denso.
Por suerte, Owlcat suele implementar descripciones de la mayoría de palabras importantes y la atractiva temática espacial de Warhammer (un universo duro e inclemente) te atrapa con el paso de las horas. Aunque no seáis fans, si os atrae la ambientación espacial con un toque más oscuro, ¡esta es una gran opción! Y los desarrolladores se encargan bien de potenciar nuestra inmersión.
Para mí, lo mejor del apartado audiovisual es la banda sonora, algo que suele destacar mucho en los títulos de la compañía. Artísticamente es una gozada, aunque a nivel técnico no destaque demasiado. Se nota que sus responsables quieren avanzar en ese sentido, implementando escenas vistosas en momentos importantes, pero no se lucen tanto. Aun así, en estos juegos no es algo relevante.
El juego destaca por su historia y personajes a través del texto, ¡y en este Rogue Trader encontraréis mucho que leer! Afortunadamente, se trabajaron una buena traducción al español (¡gracias!) y todo se entiende a la perfección. Además, el universo de Warhammer 40,000 es un lugar bastante hostil y la narrativa se encarga de hacérnoslo saber durante toda la aventura.
Dinastía von Valancius

Si no tenéis ni idea de lo que es un Comerciante Independiente aquí, como era mi caso al empezar el juego, no os preocupéis. En resumidas cuentas, nuestro protagonista personalizable pronto adquirirá el control de su facción, la casa von Valancius. Eso nos hará propietarios de una gran nave y tendremos el control de sus súbditos y territorios, cuyo destino decidiremos a lo largo del juego.
Y así empieza la historia, aventurándonos en una amplia sección del espacio para cumplir nuestro deber como los líderes de la casa mientras investigamos cierto suceso y desentrañamos misterios. Tocará tomar muchas decisiones y conocer a un buen número de personajes distintos e interesantes. En ese sentido, la narrativa está muy bien trabajada, especialmente en el tema de nuestros compañeros.
Rogue Trader cumple sobremanera en el tema de vincularnos con los principales miembros de la tripulación, ya que todos aportan contenido valioso a la trama principal. Cada compañero tiene su propio trasfondo y motivaciones, enriqueciendo muchísimo la aventura e interviniendo durante la misma cuando toca. Para mí es un punto trascendental en un RPG, y se cumple de sobra.
En cuanto a las decisiones, varias de ellas se ligarán a tres sendas: la dogmática, la iconoclasta y la herética. Los sucesos de la trama podrán cambiar drásticamente en ciertos puntos según nuestro rango en dichos comportamientos, algo que motiva a la rejugabilidad. La historia está bien cuidada y vale la pena vivirla desde diferentes perspectivas… aunque su último capítulo me pareció precipitado.
Gestiones espaciales

Además de explorar y combatir como en cualquier RPG, Owlcat siempre añade un sistema jugable en el que gestionamos nuestros recursos y batallamos de formas distintas a las habituales. En el caso de Rogue Trader, adquiriremos varias colonias, comerciaremos con distintas facciones y mejoraremos el armamento de nuestra nave espacial para disputar combates espaciales.
El asunto de la gestión es bastante sencillo de entender. De forma similar a la exploración de planetas en Mass Effect 2 (pero sin pasear el dichoso escáner), iremos investigando cada sistema, extrayendo recursos de los planetas y descubriendo puntos de interés opcionales. Con todo eso, iremos prosperando también en nuestras colonias, además de expandir el «lore» del universo y tomar más decisiones.
Comerciar con las facciones me pareció simple, pero cómodo a fin de cuentas. Todo el botín que recojamos podemos añadirlo a nuestra carga y vendérselo a los diferentes grupos a cambio de reputación, para así comprarles productos que nos interesen. Un sistema sencillo que nos libra de los horribles límites de espacio en el inventario y gestionaremos desde la nave en cualquier momento.
En cuanto a las batallas espaciales, no me gustaron demasiado. Son combates por turnos en los que controlaremos una sola nave y habrá que maniobrar para disparar a las unidades enemigas mientras evitamos que derriben nuestros escudos a base de estrategia. No son una mala idea, pero a mí se me hicieron lentas y pesadas. ¡Ojalá las mejoren o como mínimo, aceleren sus animaciones!
A tiros y porrazos por la Extensión

A diferencia de los títulos de Pathfinder, aquí Owlcat solo ofrece una alternativa para los combates habituales con el grupo de personajes, y son batallas tácticas por turnos. Cuando nos topemos con enemigos o surja un conflicto armado tras los diálogos, dejarán que posicionemos a nuestros luchadores en el escenario como si de un tablero se tratase. ¡Y a luchar!
El combate en si es entretenido, pero mis sensaciones cambiaban dependiendo del momento. A veces me sobraron algunas batallas demasiado fáciles que se volvían repetitivas, y sin embargo viví unas cuantas muy intensas y emocionantes; todo eso en dificultad normal. ¡Y lo mismo ocurre con los jefazos! En general no tengo quejas serias con este tema, pero opino que deberían permitir acelerar las animaciones para amenizar enfrentamientos de «relleno».
Lo que no me convenció es la fórmula de progresión de los personajes. Ignoro si son las reglas de Warhammer 40,000, pero el sistema de clases y subida de nivel me pareció inferior a lo visto en los Pathfinder. Su profundidad cumple muy bien para cualquier RPG, sin duda, pero yo esperaba más y acabé sintiéndolo muy poco variado. Por suerte, como para mí era nuevo, no llegó a aburrirme.
La gracia de los juegos con combates tácticos por turnos consiste en planear tus movimientos, dándole importancia al posicionamiento de cada personaje según su rol, adaptándote y combinando habilidades para deshacernos del rival. Rogue Trader consigue que esas mecánicas sean entretenidas y, aunque no me encantase siempre, deja bastante espacio para experimentar y divertirte en la mayoría de batallas.

Valoración final
82/100
Como CRPG, Warhammer 40,000: Rogue Trader destaca en los puntos que más valoro del género: su historia y personajes, especialmente los compañeros del grupo. A todo eso le acompaña un mundo interesantísimo, ambientación espacial distinta a lo habitual, buena inmersión narrativa y una banda sonora genial. Pero no está exento de defectos, como he ido comentando en cada sección.
Además, ahora mismo es complicado valorarlo como debería. El juego sufre bajones de rendimiento algo molestos, pantallas de cargas ocasionalmente excesivas y errores que afectan (o bloquean) misiones secundarias de nuestros aliados. Son detalles que pulirán tarde o temprano, pero conviene esperar mínimo un mes a que lo arreglen si queréis vivir la mejor experiencia posible. Quizá llegado el momento actualice esta reseña.
Pese a todo, yo acabé muy satisfecho con la experiencia y en un futuro cercano quiero rejugarlo para vivirlo con otras decisiones y un romance distinto. No ignoro sus defectos, pero para mí las virtudes los eclipsan; el resultado final mejorará cuando pase un tiempo y esté más pulido. Pienso que se lanzó demasiado pronto y hubiese quedado perfecto viendo la luz en 2024.
Valoración Pathfinder: Wrath of the Righteous
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