Explorando Yakuza, los retocados inicios de Like a Dragon
Como tantos otros, mis inicios en Like a Dragon empezaron por la primera aventura de Ichiban, que revolucionaba su saga con el nuevo protagonista y su sistema de combate por turnos. Me sorprendió lo mucho que adoré el juego, así que continué con Infinite Wealth. Y con el tiempo aquí me veo, explorando los Yakuza desde el principio para conocer mejor a Kiryu, Majima y compañía.
Estuve jugándolos y completé esa «sagrada trinidad» de Yakuza 0 con Kiwami 1 y 2, así que quería exponer mi opinión sobre la experiencia con el trío inicial. Tened en cuenta que en los tres fui bastante directo, centrándome en la historia principal y entreteniéndome poco con el contenido secundario.
Diversión a tortazos
Lo primero que quiero destacar parece lógico al ver que me pasé tres seguidos, ¿verdad? Los Yakuza iniciales junto a Kiryu (y Majima) son, ante todo, divertidos. En mi caso personal, me costó entrar en su fórmula y me daba pereza recorrer una y otra vez Kamurocho. Pero una vez habituado y metido en su dinámica… ¡ahí empieza lo bueno!
Evidentemente, lo que más disfruto de la propuesta es el combate, un estilo beat’em up muy cinemático. En especial en 0 y el primer Kiwami; me encantó alternar entre las distintas posturas de Kiryu según mi capricho y las necesidades del momento. Y qué decir de lo satisfactorio que resulta propinar los golpes especiales y finales. ¡O disputar ciertos combates singulares tan épicos! Es difícil cansarte de luchar.
En Yakuza Kiwami 2 se altera un poco el estilo, abandonando las posturas y dándole relevancia a las paradas, algo que también me gustó. Lo que no le perdono es la falta de momentazos épicos de acción que sí tienen las otras dos entregas, con hasta tiroteos en carretera y fases dinámicas de batallas constantes. En ese sentido, el 2 me pareció más pausado.
De todas formas, lo pasé genial luchando en los tres juegos y si no profundicé más en las secundarias es, entre otras cosas, porque me quedan demasiados por jugar. Me cumplen genial en la pura diversión y ya solo por eso valió la pena disfrutarlos. Claro que no es el único aspecto jugable interesante de estos títulos.
Y el contenido secundario…
Admito que a veces algunas actividades opcionales se me hacen pesadas, ¡pero ahí está la gracia! No estás obligado a jugarlas. Y esta saga es tan variada en sus mini-juegos que, inevitablemente, algo habrá que te guste hacer. En mi caso disfruto del karaoke, el bateo y los cars. Me encanta que las posibilidades estén ahí.
En el tema de las misiones secundarias tampoco puedo hablar mucho, ya que donde más hice de la saga fue en los títulos modernos. Aquí las que probé y me parecieron algo simples, a modo de relleno. Solo encontré valor a las que me aportaban más combates o aquellas que contaban historias extra de los personajes secundarios, como Yuya y compañía.
Aun así, repito: no estoy en posición de juzgar porque profundicé, existe un buen puñado de contenido que puede ser original y entretenido. Creo que aportan mucho las actividades extra, con nuevas mecánicas ajenas al combate que te airean un poco del contenido principal. Casi como si se tratase de un simulador de vida opcional.
Historias del clan Tojo
Reconozco desde ya que en asuntos narrativos, yo soy más del «rollo Ichiban», donde se otorga un enfoque adicional al grupo junto al protagonista. No es para menos, ya que esos títulos se consideran JRPG. Aquí tenemos solo a Kiryu la mayor parte del tiempo y, aunque me encantó en Infinite Wealth, no me apasiona tanto en sus inicios. Se nota que todavía estaban definiendo al personaje.
También es cierto que existen varias escenas que siento frustrantes o demasiado convenientes, del estilo «doy la espalda al enemigo derrotado y este me dispara por detrás». Por la parte positiva, aprecio la manera de gestionar a sus protagonistas en los momentos dramáticos, especialmente en 0. Se nota que Kiwami 1 y 2 son remakes de una trama en la que aún daban sus primeros pasos.
Más allá de eso, las historias y sus personajes funcionan bien dentro de ese oscuro e interesante mundo clandestino japonés. Al principio pensé que no eran lo mío, pero ciertos detalles y protagonistas consiguieron encandilarme. Si debo concretar sin entrar en terreno spoiler, diré que prefiero Yakuza 0, 1 y 2 precisamente en ese orden.
Yakuza 0 es la joyita de Majima
Aunque el protagonismo lo comparten tanto Kiryu como Majima, el hecho de conocer «los orígenes» de Goro fue clave en el juego. Esta es la historia que más me gustó y siempre quería continuar para ver cómo se desarrollaba su drama personal. La personalidad y evolución del personaje resulta creíble y la sentí muy satisfactoria en su conclusión final.
Es cierto que Kiryu no presenta el mismo nivel de interés, pero también cumple muy bien en temas narrativos gracias al resto de personajes. Me gustó mucho la trama que envuelve a Tachibana, siendo él mi favorito de los secundarios. Hicieron un gran trabajo al contar y entrelazar todas esas historias y pocas pegas puedo ponerle.
Otro de los personajes que me atrapó fue Nishiki, quien saliendo lo justo, me pareció muy entrañable. Eso sí, mirándolo en retrospectiva, creo que debieron aprovechar para exponer mejor a secundarios relacionados con Kiryu. Eché de menos ver más a Yumi y necesitábamos conocer a la hermana de Nishiki. Hubiese enriquecido mucho el contenido narrativo de Kiwami 1 y de la saga en general.
Los villanos me parecen individuos clave en la saga moderna y aunque aquí no me fascinaron, cumplieron su propósito. Evitaré profundizar por los posibles destripes; solo diré que el mundo en el que se mueven nuestros protagonistas está lleno de grises oscuros. Casi nada es blanco o negro, y eso me gusta, le añade complejidad a cada conflicto entre personajes.
Yakuza Kiwami 1, un inicio potente para la saga
De los tres juegos, el que más me enganchó en términos argumentales fue precisamente este. Salvando ciertas partes (¿eh, Haruka?), el ritmo de acontecimientos es genial y me encanta la forma en que desvelan la historia de Nishiki, presentándola al inicio de cada capítulo. Es un concepto de personaje que me gusta y está muy bien presentado.
Aun así, los fallos de la trama vienen por la falta de contexto que podrían haber incluido en Yakuza 0. La idea estaba genial, pero necesitaba involucrar mejor a personajes como Yumi o Reina. Mostrando una construcción más elaborada de sus secundarios o presentándolos mejor en la precuela, Kiwami 1 habría ganado muchísimo. Con ese trabajo adicional, quizá sería mi favorito.
En cualquier caso y por mucho que me motivase a avanzar, el resultado es que le faltó ese punto argumental clave en sus personajes secundarios. Hay demasiados temas que concluyen de forma abrupta y si me preguntáis a mí, las escenas del final me parecen horribles. Se lo acabé perdonando por ser «el primero», pero odié la ejecución de dichos acontecimientos.
Todo ello no quita que lo disfrutase un montón; las tres horas finales no empañarán tanto lo que me divertí y emocioné el resto de la aventura. Me conformaré con que, en mi cabeza, las cosas se hilaron mejor. Al fin y al cabo, la idea de base me convence.
Yakuza Kiwami 2 para quien le guste
Hablando solo en términos argumentales, reconozco que este Yakuza a veces me aburría un poco. No conecté con todos los personajes y los que más me gustaron, salieron poco o se echaron rápido a perder. Si concretase daría lugar a destripes que no quiero hacer, así que me veréis poco conciso en esta sección.
Digamos que la trama me pareció irregular en su desarrollo, pese a llamarme la atención esa guerra entre clanes Yakuza, con todo el entramado de misterios y traiciones que lo acompaña. La razón principal es que los focos no estaban puestos en lo importante, así que las revelaciones y momentos finales distaron de ser tan impactantes. O así lo sentí yo.
Lo que me gustó es que Kiryu, como si quisiera solucionar las carencias de Kiwami 1, se siente responsable por lo sucedido en la precuela y notamos mejor el impacto causado por dichos acontecimientos. Es poco, pero lo agradezco. Se nota que fueron perfilando mejor al protagonista a medida que lideraba más juegos. Por lo demás, me pareció la trama más «ahorrable» de los tres.
Exceptuando, claro, las apariciones de Goro Majima y sus tres capítulos extra. Son breves, pero ponen el broche de oro a lo que vimos en Yakuza 0 con él de protagonista. Sus escenas me encantaron y no exagero cuando digo que, solo por ellas, me valió la pena jugar todo Kiwami 2.
Conclusiones
¡Hasta aquí el resumen de mi opinión tras completar estos tres juegazos! Si los hubiese jugado más a fondo, experimentando mejor con las secundarias y sacándoles logros, quizá les dedicaría una entrada a cada uno. Como no fue el caso, quise evitar valorarlos de forma individual. Pero seguro que os hacéis una idea.
La conclusión es que me alegro bastante de haberme dejado influenciar por los amigos de Frogtime. He disfrutado bastante de la experiencia y con el tiempo exploraré toda la saga. Me quedan pendientes Yakuza 3, 4, 5 y 6, así como los diferentes spin-off. De hacerlo, ya comentaré mi opinión por aquí. ¡Poco a poco!
