Cinco videojuegos con finales decepcionantes
Hace unos días empecé la tercera parte de Nacidos de la Bruma, de Brandon Sanderson, que actualmente es uno de mis escritores favoritos. En la introducción éste escribía: “Y también había mucha gente que sabía escribir capítulos maravillosos, personajes atractivos y situaciones interesantes. Sin embargo, una y otra vez me decepcionaban los finales de esas novelas”. Pensé que por supuesto ésto no pasa sólo en las novelas, sino que también describe a la perfección lo que a veces pasa en los videojuegos y por eso me decidí a escribir esta entrada.
Quiero aclarar antes de nada que estos juegos sí me gustaron. Disfruté mucho con ellos y fue simplemente el final que, o no me esperaba o me dejó mal cuerpo, lo que me fastidió la experiencia. No soy la única, muchas veces un mal final nos puede estropear todo. Así que aquí va mi lista de cinco videojuegos con finales decepcionantes.
Nota: esto está lleno de spoilers, como se puede deducir.
Hellblade

Soy consciente de que mi opinión aquí no es muy popular. La historia de Senua gustó a mucha gente y no es para menos. Entiendo que el trasfondo psiquiátrico es parte de la experiencia y que era algo que los desarrolladores hicieron intencionadamente, y de hecho les quedó muy bien. La personalidad de Senua y cómo se desenvuelve en el mundo está perfectamente plasmada, es convincente y fresca. Yo disfruté enormemente de su estado mental, la verdad. La intensidad con la que vive todo es maravillosa, una intensidad que contagia al jugador.
Sin embargo, el final del juego me dejó muy fría. Yo puedo entender que Helya y todo lo que la rodea puedan ser fruto de la mente de Senua, y puedo entender el paso que ella da para superar la muerte de su amado. Pero no me gustó. A mí me gustan las historias de venganza. Esa batalla final en la que hagamos lo que hagamos vamos a perder, en la que se muestra a la propia Senua asesinando a Senua y, para mayor indignación por mi parte, ese desprecio con el que se deshace de la calavera de su amado después de haber cargado con ella todo el juego. Son demasiadas cosas terribles para mi pobre corazón.
Yo quería una Senua triunfante que recuperara el alma de Dillion o al menos destruir a Helya y la religión de aquellos que habían masacrado a su gente. Quizá Senua estaba destinada a morir, porque en fin, no puedes destruir a un dios (a menos que seas Kratos). Pero ese final de aceptación… Repito: entiendo su significado y lo coherente que es, pero meh. Para la aceptación ya tengo el mundo real, gracias.
Days Gone

Otra obra de arte cuyo final me dejó fría como un témpano. Days Gone está lleno de detalles que me enamoran: esos paisajes del oeste estadounidense, compañeros con carácter y coherencia, zombies y más zombies, sentimientos de postapocalipsis por todos lados, supervivientes esperanzados y supervivientes chiflados. La jugabilidad de diez, la manejabilidad de la moto más que adecuada, utilización de armas, diálogos interrumpidos de forma correcta, banda sonora de ambientación correctísima, un protagonista que gusta… En fin, todo el popurrí que hace de un juego de supervivencia una experiencia de calidad.
Y es entonces cuando llegamos al final del juego. Ese último campamento no podía ser más aburrido, tedioso, sin imaginación y con un líder frustrante a más no poder. Encontramos a la mujer del protagonista y no puede ser más odiosa, desagradecida y petarda. Sé que todo esto es subjetivo, obviamente, habrá gente a la que le guste Sarah y el coronel Garret.
Pero no es por eso por lo que el final es terrible, es por cómo está montado todo. De repente el problema ya no son los zombies sino el loco de turno (ya habíamos matado al supuesto loco, el líder de los Rippers, Carlos, pero éste incluso cae mejor que el coronel). Empezamos a entender de dónde vino la plaga (donde trabajaba Sarah) pero no indagamos más, por no hablar de intentar una cura o tratar de contactar con los señores de los trajes de astronauta. Simplemente huímos y ahí se quedó el apocalipsis. Bastante cutre todo, una pena.
Bound by Flame

Este precioso juego de Spiders es una auténtica joyita, su diseño de enemigos me parece sobrenatural. Bueno, es que Spiders sabe hacer cosas, eso es así. La jugabilidad en sí es un poco tosca, especialmente en el combate, pero si tenemos en cuenta el presupuesto que tenían se lo perdonamos, porque el contenido es de calidad, como todo lo que hace Spiders. Vale, ya paro.
La historia está muy bien, original. Los compañeros, sobre todo Edwen, son muy interesantes. El problema para mí fue ese final al más puro estilo oscurantismo donde no te explicamos nada e intenta entenderlo. Por suerte han mejorado en esto. Me costó horrores ese combate final, fue absurda la escalada de dificultad del boss. Me vi obligada a bajar la dificultad a fácil, sólo para el boss final, sintiéndome sucia. Osea, de repente se convirtió en un juego asiático de boss final imposible. Eso está feo, Spiders.
Y ya no se trata sólo del combate desequilibrado, sino del sentido del personaje. Ese demonio hermano o compañero o pareja del demonio que porta Vulcan no se termina de entender. Ves una conversación y tratas de hilar para comprender lo que está pasando. Y al final, Vulcan muere. Que el héroe muera, sobretodo en un juego de rol donde te lo has personalizado, duele. Pero si encima muere y no terminas de entender por qué, pues te jode un poco el juego. También es uno de esos ejemplos de “nos quedamos sin dinero corta ya” y se siente todo muy deprisa y corriendo al final. En fin, al menos todo lo demás me pareció correcto.
World of Warcraft: Shadowlands

Esto fue algo extremadamente doloroso para mí. Llevo siendo fan de Sylvanas desde el principio de los tiempos, por ella siempre jugué Sin’dorei y Undead en WoW. “Recuerdos de mi parte al infierno, hijo de puta”, “¿qué somos sino esclavas de este tormento?”, “¡deja de hablar y mátalo Wrynn!” entre otras son frases que a menudo me salen solas. Así que el final y el trato que recibió este personaje me parecieron denigrantes y absurdos, tanto fue así (entre otros temas) que decidí dejar el juego después de tantos y tantos años.
Que la Horda siempre quede de mala, bueno, lo pasamos. Que Sylvanas empiece a ponerse de secretitos en Battle for Azeroth y le de por volverse de alineación malvada cuando siempre ha sido caótica, pues bueno, lo pasamos. Pero que de repente el mejor líder que ha tenido la Horda (lo siento Garrosh) se comporte como una lunática sin sentido (quemar Teldrassil sin explicación al jugador) y se alíe al final con un tipo que quiere destruirlo todo porque ella (que es posiblemente la más inteligente del jodido universo Warcraft) pensaba que era un rebelde que se oponía a la servidumbre de un sistema injusto… y luego resultase que no era mala sino una víctima de su condición de no-muerta… pues no, oye. Demasiado lejos Blizzard.
Dejando un lado el tema Sylvanas, empezaron a haber demasiadas cosas discordantes en World of Warcraft como para que el jugador veterano no se molestara. Demasiadas cuestiones sin resolver, demasiadas conclusiones rollo “las hizo un mago” y demasiados personajes con cambios absurdos de personalidad. Una pena enorme, pero bueno, la vida sigue y la industria videojueguil también, por suerte.
The Outer Worlds

Y el último de mi lista pero no por ello el menos importante. The Outer Worlds tenía potencial, mucho. Me encantaron sus mundos, su sistema de juego, de toma de decisiones y sus compañeros. En cada mundo al que vamos encontramos muchas secundarias y varias facciones a las que apoyar o no. Por eso me produjo bastante desconcierto cuando su última zona, la ciudad Byzantium, estaba prácticamente vacía de misiones. Una ciudad entera creada y desarrollada y apenas pasamos tiempo en ella, una pena.
Pero eso no fue la peor parte, sino la escena en la prisión de Tartarus, la zona final. Es verdad que el combate fue interesante, con las facciones a las que habíamos ayudado ayudándonos ahora a nosotros, pero no se siente realmente como algo épico, se siente a medias. Vamos a la prisión para salvar a Welles y vamos improvisando por la urgencia, eso lo entiendo, pero una vez allí parece que todo está hecho con prisas. Como si de repente se les hubiera acabado el presupuesto. No se siente que las decisiones que tomes tengan un efecto real, de hecho el final parece sugerir que habrá una continuación ya que está muy inconcluso.
Veremos si con The Outer Worlds 2 Obsidian concluye todo lo que quedó en el aire. Ya de paso que mejore dos cosas indispensables a día de hoy en un juego de rol: implementar los romances y que puedas ver a tu personaje, que es tristísimo crearte un pj chulo y verlo sólo en el panel de inventario (eso también va por ti, CD Projekt).
El Outer Worlds 2 se supone que salía este año pero no hay noticias, y tampoco sabían si sería exclusivo de Xbox.
A saber qué habrá pasado. Yo lo jugaré eso seguro 😛