Yuna, mejores momentos de Final Fantasy X
Cuando pienso en mis protagonistas favoritos en videojuegos, sin duda Yuna está de las primeras en cualquier lista. Final Fantasy X ofrece una historia alucinante y este maravilloso personaje es una de las razones más importantes de su éxito. Empezaré haciendo el resumen más acertado de Yuna en una frase mítica que describe claramente a esta chica:
«Una voz dulce y un cuerpo pequeño, pero una voluntad grande como el Gagazet»
Kelk Ronso sobre Yuna, en el monte Gagazet
He pensado hablar de ella en profundidad y lo haré destacando sus mejores momentos según mi punto de vista. Tiene más y durante todo el juego, pero estos son mis favoritos y los que considero más importantes. El formato de top lo añado para que tenga un poco más de gracia.
¡Por cierto! Cuidado con los obvios SPOILER. Solo de Final Fantasy X; aquí no hablo de su secuela, X-2. Eso quizá en otra ocasión.
5. La iniciación

«Lo he logrado. ¡Soy una invocadora!»
Yuna en el templo de Besaid
Este momento sirve como presentación del personaje, una muy buena, de hecho. En un principio nosotros estamos un poco como Tidus, sin enterarnos de demasiado en el mundo de Spira. Los acontecimientos llevan al protagonista dentro del templo de Besaid, intentando rescatar a una invocadora desconocida del posible peligro. Tras la prueba de las esferas, se encuentra con sus guardianes ante la Cámara del Orador. Así nos enteramos de que era una falsa alarma; esa chica anónima que tanto interés despierta solo estaba tomándose su tiempo.
Cuando por fin concluye su iniciación, Yuna abandona la habitación agotada. Tambaleándose, casi cae por las escaleras y así hubiese sido de no estar ahí el fiel Kimahri. Tenemos un atisbo de la dedicación del ronso por la chica, algo que demostrará durante la aventura innumerables veces. La joven se recompone rápido y, aún cansada, anuncia que ha tenido éxito. Se ha convertido en una invocadora. Lo dice contenta, triunfante. Luego incluso sale al exterior y les muestra a su eón más icónico, Valefor.
La escena en si es muy buena, pero no está aquí solo por eso. Adquiere muchísimo valor en retrospectiva, cuando sabemos todo lo que Yuna tiene detrás. Básicamente, lo que marca este suceso es el inicio de un viaje que la llevará a su muerte. Un sacrificio mayúsculo el cual se alegra de poder emprender. Y todo por plasmar una sonrisa en la gente que habita su amada Spira. Aunque sea solo durante unos cuantos años… Por eso, está dispuesta a dar su vida entera. Increíble.
«Lucho por Spira. La gente anhela la Calma. Yo puedo dársela.»
Yuna en el monte Gagazet, ante los ronso
4. La boda

«¿Has aceptado casarte para poder «enviarme»? Admiro tu abnegación.»
Seymour a Yuna, durante la boda
A la pobre Yuna le sucedieron todo tipo de situaciones durante su peregrinaje. Hasta le tocó casarse, nada menos que con Seymour Guado. Forzada, además. ¿No es suficiente? Pues puede sumarse a que debió hacerlo ante Tidus, su amor real. Y bueno, que el novio fuese un «muerto viviente» tampoco ayuda.
La situación era complicada; ella había aceptado el matrimonio en su momento para detener a Seymour. Formaba parte de su estrategia para hacer justicia por Jyscal. De hecho acabó matándolo, pero ahora le tocaba casarse con el novio al que liquidó en su día. Seymour se aferró a la vida y al final «logró» uno de sus objetivos: vestir a Yuna de novia. Y en consecuencia, ella aprovecha para intentar enviar a su nuevo marido al Etéreo con la menor oportunidad. Su plan fracasa, pues la fallida intervención de sus amigos para salvarla es aprovechada por el Clero.
Es amenazada con el asesinato de los suyos y se ve obligada a soltar su varita antes de hacer desaparecer a Seymour. Con rabia, debe aceptar el beso de su enemigo que sellaría el matrimonio. Sin embargo, el venerable guado ignora el trato previo y manda matar a sus guardianes. Yuna se escabulle y amenaza con lanzarse al vacío si no les suelta. Eso salva la vida de los suyos y, para que se mantengan así, decide arrojarse al vacío.
Esta escena es muy icónica por todo ese conjunto y un par de cosas más. Antes de tirarse, Tidus intenta impedírselo pero Yuna le pide que confíe en ella, y él lo hace. Una demostración más de la preciosa relación que sostienen ambos personajes. Y la segunda, que también simboliza su unión con el primer eón, Valefor, que es a quien recurre para que la rescate en pleno vuelo. La unión de Yuna con la criatura es muy bonita en sus pocas escenas. Duele cuando, al final del juego, debe combatirlo a él y a las otras invocaciones de su amplio arsenal.
«No te preocupes. Yo puedo volar…»
Yuna a Tidus, antes de lanzarse al vacío en Bevelle
3. Romance en el lago

– Quédate conmigo hasta el final.
Yuna y Tidus tras la escena del lago
– Hasta el final, no… Siempre.
El romance no podía faltar en este top. Que Tidus y Yuna son la mejor pareja de Final Fantasy es algo que se demuestra constantemente en la décima entrega. La memorable escena de romance entre ellos es una prueba más. Se siente natural, es emotiva, está bien realizada y tiene la duración justa para conseguir lo que pretende sin incomodar al jugador (o espectador, en este caso). Es de los momentos románticos mejor conseguidos en un videojuego. Y eso por no mencionar la preciosa música que lo ambienta.
Pero la escena no está aquí solo por eso. Hablamos de Yuna en si, y aquí vuelve a plasmarse como una de las mujeres más fuertes de la ficción. Ella está destrozada y desmoralizada por lo ocurrido. Ha descubierto la hipocresía del Clero de Yevon, en quienes siempre creyó, y la mentira que suponían muchos elementos de su vida a raíz de ello. Además, ahora es una renegada perseguida por la justicia de Bevelle. Todo esto la hace reflexionar sobre lo que hará con su existencia a partir de ese momento. Tidus acude a ella e intenta consolarla, probando a convencerla para que viva por ella y se olvide de su peregrinaje.
Ella juega con esa tentadora idea, pero al final admite que sería incapaz de abandonar sus ideales reales: los que la llevaron a querer traer felicidad a la gente de Spira, no las creencias de Yevon. Es ahí cuando rompe en lágrimas por ser incapaz de apartar esa férrea resolución. Luego se deja llevar por su amor hacia el protagonista. Eso no la detiene y, aunque ahora podría vivir feliz junto a Tidus, decide seguir.
«Cuando los débiles se ven atrapados, se desmoronan. Pero ella sigue adelante, porque es fuerte»
Lulu sobre Yuna, al pie de Gagazet
2. Esfera de Recuerdos

«Cuando veáis esto, Sinh habrá desaparecido. Y yo también…»
Yuna, grabando en su esfera
Tras derrotar al monstruo enviado por Yunalesca en el Monte Gagazet, las ruinas de Zanarkand se encuentran ante el grupo. El final está cerca. A Yuna se le cae una esfera durante el descenso, algo de lo que Tidus se percata. Él la recoge y se dispone a escuchar su contenido.
Es entonces cuando vemos lo que hacía la chica junto a la posada de Rin en el camino de Miihen, cuando el protagonista la interrumpe y ella se apresura en guardar algo. Estaba grabando un mensaje dedicado a sus compañeros que tenía intención de entregarles si lograba derrotar a Sinh. En esta secuencia vemos a Yuna tras el duro caparazón de férrea voluntad. Nuestra invocadora favorita expresa sus deseos hacia los compañeros que la acompañan, además de contarnos como vivió la muerte de su padre.
En la esfera dedica la mayor parte del tiempo a las personas que más le importan, que son Kimahri, Lulu y Wakka. También agradece a Auron su aportación y muestra los primeros sentimientos románticos por Tidus. A los dos de Besaid los trata como sus hermanos y les agradece su compañía y apoyo. Pero lo especialmente bonito es verla deshacerse en halagos ante el ronso, un personaje que suele estar muy infravalorado. La relación de ambos es magnífica. Como guardián, Kimahri es el mejor, quien más destaca en ese rol entre el magnífico grupo de Final Fantasy X. Yuna lo sabe y agradece enormemente.
«Cuando me dejaste en el templo e ibas a partir… te abracé y grité llorando: ¡no te vayas! Y me hiciste caso. Kimahri… ¡Gracias!»
Yuna, en el mensaje hacia su amigo
1. Discurso final

«Todos hemos perdido algo querido. Nuestros hogares, sueños, amigos… Pero… Sinh ha muerto. Spira vuelve a ser nuestra.»
Yuna, en Luca tras la amarga victoria
Se me ocurren muy pocos finales a la altura del que tiene Final Fantasy X. Sus últimas horas son espectaculares y emotivas, con dolorosísimas despedidas (Jetch, Auron, Tidus…) que marcaron a Yuna. Como debe ser. Es natural que, tras lo acontecido, esté muy tocada emocionalmente. De hecho es triste ver como está silbando en el muelle de Luca, llamando a su amor perdido.
Entiende que es inútil; Tidus ha desaparecido, pero se niega a perder la esperanza del todo. Lulu la interrumpe cuando viene a buscarla: es la hora de su discurso. ¿Renuncia ella a acudir, negándose a mostrar su rostro ante la gente por la que estaba dispuesta a morir? En absoluto. Pese a estar afectada por lo sucedido y aún echando de menos a Tidus, Yuna se planta ante el enorme público que ha venido a escuchar a su heroína. La gente está deseando que hable quien los ha librado de Sinh, y ella no decepciona. Ofrece un discurso sólido, maduro y optimista, sin dejar de mencionar el esfuerzo que tendrán que realizar todos para afrontar las pérdidas y seguir hacia delante.
Es en parte por este punto que me disgustó un poco la idea de «estropear» este impresionante final con una segunda parte para este juego, donde se «arregla» el tema de Tidus. Pierde un poco la magia de la primera conclusión, donde había de todo: victoria, pérdida, aceptación y la determinación de seguir hacia delante. Y todo ello sin olvidar a sus seres queridos, los que la rodean y los que se esfumaron por el camino.
«Los amigos perdidos… Los sueños desvanecidos… No los olvidéis»
En memoria de Tidus
Conclusiones
Adoro hablar de Yuna, una de tantísimos personajes increíbles que nos ha regalado Square Enix. Me encantan todas y cada una de sus intervenciones en esta trama, y no tiene precisamente pocas. Creo con sinceridad que es de las mejores protagonistas que nos han dado en videojuego o historia alguna.
Ya la incluí en esa entrada tan aleatoria que hice de 20 mujeres de videojuegos, y es junto a Tidus una de las razones por las que Final Fantasy X está tan alto en mi top de la saga principal. Para que luego digan que no existen personajes femeninos potentes en este mundillo… vaya tela. Eso ya es otra historia que quizá trate en algún momento.