Ghost of Yotei o cómo mejorar lo que ya era un gran juego
Empecé el año con Tsushima, decidiéndome a jugarlo precisamente por llamarme la atención un vídeo promocional de Ghost of Yotei. Ahora que llegó el momento y pude completar este, entiendo que tomé la mejor decisión posible. Estamos ante una «secuela» con todas las de la ley, muy continuista en su estructura de aventura de acción en mundo abierto.
Ambos juegos tienen protagonistas distintos y ocurren en periodos históricos diferentes. Tsushima se ambienta en el de Kamakura durante la invasión mongola, mientras que en Yotei nos situamos al inicio de Edo. Sabiendo eso, podríais jugar el título que nos ocupa sin pasar por el anterior… pero mi recomendación sería darle primero a Tsushima y luego venir a este.
Más y mejor, como buena secuela

Yotei toma toda la estructura narrativa y jugable de Tsushima, mejorándola en todo para ofrecernos otra gran aventura que audiovisualmente también es maravillosa. Lo más destacable es la nueva capa de profundidad que vemos en combate, dándole mayor variedad e interés. De igual forma, me parece reseñable el ligero cambio de dinámica a la hora de explorar.
Nuestra nueva protagonista podrá utilizar hasta cinco armas distintas según nuestra necesidad o preferencia. La existencia de esas armas también significa que habrá nuevos enemigos con distintos estilos de combate y será más efectivo enfrentarlos con el arma adecuada. Me parecieron tan divertidos los grandes duelos como las batallas contra varios rivales, que aquí sí están bien resueltas.
A eso le sumamos multitud de herramientas que iremos obteniendo, desde tirar kunai hasta prender nuestra espada en llamas, e incluso optando por arco y armas de fuego. El principal enfoque sigue estando en las batallas cuerpo a cuerpo, claro, y este brilla más que nunca gracias a todo ese arsenal. En Yotei hay batallas muy intensas que incluso en dificultad normal pueden llegar a doler.
El tema de la exploración es bastante similar a Tsushima en esencia, pero ahora cada localización irá revelándose según hablemos con la gente o actualicemos el mapa. Es un cambio pequeño que logra que todo se sienta mucho más orgánico. Y como siempre, la mayor recompensa de explorar cada rincón reside en la increíble belleza de sus escenarios. A diferencia de Tsushima, con Yotei jamás se me hizo repetitivo hasta alcanzar el 100%.
La venganza del Onryo

En lo único que entendería a alguien que prefiera Tsushima sería por la historia, ya que aquí ambos presentan propuestas diferentes. El primer juego con Jin Sakai ofrecía la perspectiva de un samurái clásico forzado a apartarse de su senda. Aquí encarnamos a Atsu, una guerrera cuyo propósito es dar caza a los asesinos de su familia, y ella no tiene raíces de samurái.
Aun así, más allá de las preferencias de cada uno, opino que existe un salto de calidad a nivel narrativo. Los personajes de Yotei destacan un poco más, por lo menos los principales, y los antagonistas resultan memorables al estar la aventura tan centrada en cazarles. Donde de verdad se luce el juego es en su maravillosa ambientación, pero la trama principal me pareció buena, con escenas muy potentes.
De todas formas, tampoco es especialmente innovadora. Empiezan mostrándonos la tragedia ocurrida en la infancia de Atsu y pasaremos rápidamente a entender porqué se convierte en la «nueva fantasma». Siento que podrían haberse recreado un poco más en construir el mito del «onryo», como hicieron con Jin en Tsushima, pero el resto está genial.
Para mí brilla gracias a la relación entre sus personajes y el desarrollo de Atsu, tanto dentro como fuera de la trama principal. Mi única pega la encontré en la parte del final, donde no se tomaron las decisiones o riesgos que yo habría preferido. Sin embargo, eso es algo personal y ya lo hablaremos en otra entrada con spoiler. En general, aquí tenemos una historia de venganza que merece la pena vivir.

Valoración final
92/100
Yotei me llevó más de 50 horas para llegar al 100% con su trofeo de platino y disfruté cada instante del viaje. Me dediqué a explorar tanto como pude las zonas antes de pasar a la siguiente y jamás se me hizo pesado; al acabar la historia, solo me quedaban unas pocos coleccionables que obtener. En resumen: me gustó más que Tsushima y eso que el nivel era ya bastante alto.
No quiero recrearme mucho en esta opinión, porque realmente si te gustó Ghost of Tsushima, sin duda te encantará Yotei. Lo que faltaría por ver es hasta qué punto cada jugador conecta con la historia de Atsu como con la de Jin. Ambos son protagonistas magníficos para sus respectivas aventuras; a mí me encantan los dos, aunque ella está mejor trabajada y es más divertida de controlar.
Cabe destacar que, en cierto punto, podremos disfrutar de una misión secundaria que enlaza ambos títulos y honra lo vivido en Tsushima. De paso, responde ciertos cabos sueltos sobre la vida de Jin, algo que agradecí muchísimo. Solo llevamos dos de estos «Ghost of», pero siento que están creando algo valiosísimo para los que apreciamos la temática japonesa de este estilo.
