Garnet: mejores momentos de Final Fantasy IX

Hoy sería el cumpleaños de Garnet Von Alexandros, la aparentemente inocente princesa que conocemos al inicio de Final Fantasy IX. Para celebrarlo un poco, voy a repasar sus mejores momentos en la historia según mi criterio personal. Sí, lo mismo que hice con Yuna del X.

Igual que en el caso de la invocadora de Spira, aquí pondré mis cinco momentos favoritos ordenados y con SPOILER. Los que no hayáis jugado a FFIX, ya estáis tardando, dejad de leer y a por el juego. ¡Está accesible en todos lados!

Tengo los puestos de Garnet bastante claros, así que vamos allá:

5
Subestimando a la princesa

En este punto tan temprano de la historia, Garnet estaba perdida y necesitaba aclararse, pero había algo cristalino para ella: estaba harta de no poder hacer nada. Se sentía inútil, una molestia para todo el mundo y no le permitían hacer nada al respecto. La actitud del resto hacia ella le hizo tomar una decisión, y actuó. Su plan fue escapar de Lindblum para ir a arreglar las cosas con su madre, utilizando para ello un método que nunca esperaríamos de la joven princesa.

Tras engañar a Yitán para que le preste un poco de hierba Morfeo por supuestos problemas nocturnos, acaba utilizándola en la comida del banquete que ofrece Cid a su grupo. Nadie se esperaba algo así, por lo que la chica consigue su propósito y se puede permitir huir del lugar escoltada por Steiner. Siempre recordaré lo que me sorprendió esta escena, así como la simpática interacción posterior entre la princesa y su guardián.

Me gusta mucho todo lo que envuelve esta parte, sumado al detalle de que siempre apetece ver a los compañeros de Final Fantasy momentáneamente separados. Enriquece su historia ver la forma que tienen de actuar por su cuenta hasta que las circunstancias vuelven a unirlos. Aquí, la responsable es Garnet y yo se lo agradezco. Aunque su plan es dialogar con Brahne, cuando se entera del destino de Blank se esfuerza por ayudar al instante. En el fondo es demasiado buena.

4
El despertar de Alejandro

Garnet Eiko

Ocurre tras la coronación de la princesa, una vez muerta su madre. La responsabilidad real que abruma los delicados hombros de Garnet es demasiado pesada, pero ella intenta no flaquear. Soporta su nueva posición y lo que acarrea, renunciando incluso a ver a Yitán por consejo de su guardia. Por si la situación no fuese suficiente incómoda, el bueno de Kuja acude a su ciudad y le invoca a Bahamut en todo su esplendor. Alexandria empieza a ser destruida por el dragón y su reina se siente en la obligación de hacer algo al respecto.

Lo que nace de esa situación es la espectacular escena donde Eiko y Garnet acaban uniéndose para invocar a Alejandro. Quizá el momento de su reunión y lo que nos lleva a ello ocurrió de forma demasiado conveniente, pero la secuencia es de lo más épica. La aparición del nuevo protector de la ciudad es impresionante, pero la euforia no dura mucho. Todo formaba parte del plan de Kuja para apoderarse de él.

Como compensación, podríamos decir que no solo le roban el espíritu a Garnet, también al villano genómido. Pero eso no le quitaría el disgusto a la reina, que por culpa de eso quedó en shock y sin poder hablar. Sin embargo, son estos momentos los que le dan emoción a la trama de Final Fantasy IX. Uno de sus mejores giros en varios sentidos.

3
Secuestro voluntario

Sí, fue una coincidencia afortunada que la banda de Tantalus fuese contratada para secuestrar a Garnet… mientras ella estaba ya planeando escapar por su cuenta. Quizá se sintiera perdida con los problemas que afectaban a su madre, desesperándose y considerándose inútil. Pero lo bueno de la princesa es que no se queda quieta esperando una solución. Aunque actúe con temeridad, decide entrar en acción y aprovecha la obra para huir del castillo.

Dejando a un lado su importancia narrativa, estamos ante una de las primeras escenas del juego. De las mejores de la saga a la hora de presentar sus personajes: tan mágica y divertida como el resto de la aventura prometía ser. Resulta sencillo enamorarse de la princesa al verla con una actitud casi traviesa mientras va escapando de todo el mundo. Para «agravarlo», toma parte de la obra de teatro, sustituyendo a Ruby en su papel de forma improvisada.

Es difícil imaginar mejor inicio para una aventura como Final Fantasy IX. Lo bordaron, y una de sus principales protagonistas es Garnet. Sigue haciéndome gracia recordar a Yitán y Steiner volviéndose locos para alcanzarla.

2
El reencuentro

Garnet reina

Encontrándonos en el clímax final de la historia, Garnet ya había perdido la esperanza de volver a ver a su amado. Y es natural, pues parecía que el genómido cayó en su intento de rescatar a Kuja. Ella intentaba dejar atrás la tristeza y mirar hacia delante, tal cual le enseñó Yitán. Pero es durante una obra de teatro cuando la sorpresa aparece. Un idealizado reencuentro en un escenario similar a la primera vez que se conocieron… pero también muy diferente.

La forma en que Garnet no pierde el tiempo en ir a abrazar a su amado es muy simbólica y destaca la evolución que tuvo durante la aventura. No le importa ser la reina, que la estén mirando todos o que pueda perder sus preciadas joyas por el camino. Lo que realmente le interesa es Yitán, algo mucho más valioso para ella que todo eso. Lo bonito de esta escena es que Garnet no es la única que muestra su cambio.

En otros tiempos, Steiner no le hubiese cedido el paso alegremente como hizo en esta ocasión, incluso animándola a continuar. Nos hace recordar el pasado con cierta nostalgia, cuando intentaba privarla de ver a Yitán. En definitiva, un momento que muestra la preciosa evolución de los personajes de Final Fantasy IX, además de dar un poco de alegría a la historia. ¿Suficiente para superar lo de Vivi? No sé yo.

1
Corte simbólico

Garnet corte pelo

Aquí Garnet ya llevaba un tiempo bastante afectada por todo lo acontecido; sus dieciséis años parecían una sucesión de desgracias. La gota que colmó el vaso fue ese ataque a Alexandria por parte de Kuja y Garland. Ella aceptó ser la reina para mejorar la situación y sucedió lo contrario: las cosas solo hacían que empeorar desde su coronación. Se queda un tiempo sin habla, atormentada por lo acontecido. Llega un momento en el que Garnet desaparece de la vista de Steiner, con lo que este pone el grito en el cielo y pide ayuda para buscarla.

A nadie se le ocurre buscar en el cementerio junto a la tumba de Brahne, hasta que lo sugiere Yitán. Ahí la encuentra el genómido, sorpresivamente recuperada de su trauma. Confiesa sus pensamientos a su amigo, afirmando que ahora mismo no puede ocuparse de Alexandria. Siente que no merece el trono, pues ni siquiera fue capaz de proteger su reino. Tras unas bonitas palabras de Yitán en referencia al Granate que le entrega, Garnet decide pedir prestada la daga del muchacho y cortarse el cabello.

No es precisamente para ofrecer una nueva imagen: el gesto simboliza lo dispuesta que está a cambiar y mejorar para ejercer su responsabilidad. Y es un precioso momento que refleja su gran determinación. Garnet no se rinde tan fácilmente, da igual la situación. Es eso lo que le admiro y por ello esta es su mejor escena para mi. Sumémosle que no lo logra sola; se deja apoyar por sus amigos. Que se corte el pelo precisamente con la daga de Yitán es otro símbolo más de su importancia. Un momento perfecto.

Conclusiones

Soy consciente de que Garnet tiene otros momentos memorables, pero pienso que el mérito lo comparte más con otros personajes. Un claro ejemplo es cuando ella y Yitán están en el lago, con el relato del genómido sobre Ipsen. Casi todo mérito del chico, para qué nos vamos a engañar. Igual que cuando muere Brahne, que los focos se los lleva la moribunda reina.

Conocer el trasfondo de la princesa desde Madain Sari fue una experiencia muy interesante. Sin embargo, no puedo catalogarlo como un «momento» suyo. Así que vamos a quedarnos con los que ya expuse.

Hasta aquí la entrada dedicada a la joven reina de Alexandria. ¡Feliz cumpleaños, Garnet!

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