Wuthering Waves en 2025, el fin de Rinascita y retrospectiva 2.0
Pasó un año desde que publiqué mi opinión final del Wuthering Waves de 2024 y creo que ya toca hacer lo mismo en 2025. Todavía quedará contenido por desvelar hasta diciembre, pero seguramente pertenecerá a la próxima gran aventura. Este último parche, que concluye la historia de Rinascita, se siente como el momento perfecto para hacer la retrospectiva.
Empezaré comentando por encima la parte jugable, pero aviso que hablaré de la trama en lo sucesivo y lo comentaré sin cortarme con los SPOILERS. Justo por eso, si os importa y no habéis completado la historia hasta el parche 2.7, ¡mejor que lo hagáis antes de leerme!
El paso adelante como videojuego

Wuthering Waves como tal era ya bastante bueno en 2024, pero 2025 le sentó de maravilla a la experiencia general. Empezamos el año con una versión de consola que se pulió y mejoró muy rápido, logrando que muchos nos pasáramos a jugarlo en esa plataforma. Buena adaptación al mando, mejoras visuales y de rendimiento a lo largo del año… poca queja tengo en ese sentido.
En tema de mecánicas, lo más importante de Rinascita fue la opción de volar en dicha región, que también mejoró al cabo del tiempo y acabó por incluirse en el resto de zonas tras los últimos parches. Entre eso, las nuevas actividades secundarias y sus mejoras de calidad de vida, explorar se volvió una experiencia mucho más divertida que antes.
Los eventos se diversificaron muchísimo, ofreciéndonos nuevo contenido de forma regular. ¡Y muy variado! Tuvimos mini-juegos de gestión, combate alternativo entre criaturas, un «tower defense», todo ello sin renunciar a los nuevos desafíos de combate y jefes. Algunos salieron mejor que otros (el del «cine» no me gustó mucho, por ejemplo), pero siempre intentaban ofrecer algo distinto.
Por último ahí están los nuevos personajes limitados, que podemos jugarlos en varios eventos aunque no los tengamos. Obviamente, el nivel jugable subió un poco respecto a los de 2024, manteniéndose variado y especial en la mayoría de nuevos luchadores. aun así, no hay héroes revolucionarios a nivel mecánico y los mejores equipos empiezan a sentirse muy «premium», pero esto era algo previsible.
¿Y qué hay de lo narrativo?

Wuthering Waves (y tantos otros juegos del estilo) está muy anclado en contar su historia alrededor del nuevo personaje que quiera promocionar. Al principio se dedicaban más a destacarlos en la trama y luego ofrecer su misión secundaria personal, pero llegó un punto en el que cada parte de la aventura principal se centra completamente en la compañera de turno.
Hay muchos ejemplos y uno de ellos acaba de suceder justo al final. Sí, en este parche salen casi todos los personajes de Rinascita y un poco los de Costa, pero la mayor parte del contenido envuelve a la nueva chica que toca destacar: Galbrena. Es la que más brilla con diferencia, a pesar de que acabamos de conocerla. Y lo hace en una sección de la trama donde el resto debería lucirse antes de su despedida.
Esa forma de contar la historia puede funcionar cuando estás presentando facciones y personajes, pero llega un punto en que resta continuidad y valor a personajes que quedaron atrás. Salvo honrosas excepciones como Cartethyia, el resto fueron apartándose según avanzaba la trama y no todos ellos tenían un buen motivo para hacerlo.
Ahí puedo mencionar a Lupa, que brilla en su parte de la historia para luego desaparecer a pesar de que sigamos en Septimont. O el simple factor de que nadie, ni siquiera Ciaccona, decida acompañarnos a la misma Septimont desde Raguna. Todo se justifica con la forma de Rover de hacer las cosas a solas, pero choca frontalmente con el mensaje de unión y compañerismo que pretende ofrecer su argumento.
¡Los Fractsidus!

Uno de los puntos que más critiqué en su día fue la ausencia de los antagonistas en gran parte de la historia, algo que acabó solucionándose con el tiempo. ¡Y menos mal! Dejando a un lado a Leviatán, Rinascita tuvo su villano principal en Cristoforo, quien estaba metido en todos los problemas que surgían en dicha región. Es un personaje bastante carismático y cumplió genial su papel.
Solo hay una cosa que le reprocharía a Cristoforo y a los Fractsidus en general: la clásica premisa de que «todo sale según el plan». En este último parche se despiden de esa forma, con un nuevo jefe que de momento es un misterio, algo que no sé si me convence. Preferiría que Cristoforo fuese la figura de autoridad, con ese poder tan determinante a su servicio. O que alguno hubiese caído en Rinascita.
Otra de las villanas principales fue Phrolova. Me gustó que su enfoque fuera distinto, trágico pero sin renunciar a su papel antagónico. A todos nos sorprendió (para bien) cuando la conocimos a fondo durante el 2.5 y tomó la decisión de seguir en sus trece. Mirándolo en retrospectiva, fue la mejor elección, porque aporta algo diferente a enemigos más directos como Cristoforo o Scar.
Hablando de Scar, su actuación resultó anecdótica y yo hubiese querido verlo protagonizar algún tramo. Quedó como uno más de los Fractsidus, aportando solo su potente presencia cuando decidían ponerlo en escena. En cualquier caso, salió vivo y ojalá algún día lo conozcamos a fondo. Estaría bien que lo hiciéramos junto a Qiuyuan, cuya misión es precisamente cazarlo. Ojalá no descarten ese conflicto…
Secundarios, por fin trabajados

Otra de mis quejas habituales en el pasado era la falta de relevancia en personajes secundarios. Parecía que solo debían brillar los «premium» jugables. Por suerte, esta vez no fue así y nos presentaron unos cuantos que enriquecieron la ambientación. Sin duda, los más destacables fueron los que tuvieron relevancia en la historia: Fenrico, Mya y Avidius.
Fenrico se sitúa como un antagonista en el clásico papel de líder religioso que manipula bajo su doctrina. Vimos más de su influencia que de él mismo, pero me gustó cuando salió en escena. Su redención no estuvo mal y agradecí que le dedicaran espacio en el último parche. Aun así, me habría gustado que profundizasen más en él, porque sigue pareciéndome desaprovechado.
Mya fue quizá la más sólida, un personaje trágico que despierta nuestra simpatía fácilmente y aporta valor a lo que vivieron personajes como Cantarella o Cartethyia. En el parche de Septimont se llevó buena parte del mérito y disfruté mucho de su último combate con Lupa. Pese a estar muerta, me sorprende que no la convirtiesen mínimo en una luchadora de cuatro estrellas.
Lo mismo diría de Avidius, otra de las víctimas de ese gran poder que controla Cristoforo. Podríamos haber profundizado un poco más en él, pero me gustó la forma en que se sobrepuso al papel que le dieron, escogiendo su propio camino. Es algo sencillo, pero entrañable, y su sonrisa final no tuvo precio. Para mi ya significa mucho que sus despedidas me doliesen.
Rover, solidificándose como protagonista

Admito que el estereotipo de protagonista que representa Rover nunca acaba de gustarme. Es una suerte de avatar del jugador, o así se presentó en un inicio. Con el tiempo, especialmente durante este 2025, tuvo mayor cantidad de líneas de diálogos y una personalidad cada vez más definida. Poco a poco, las absurdas respuestas que nos dan a elegir en conversaciones van teniendo menos sentido.
Me gusta mucho más el protagonista en el que Rover se está convirtiendo ahora. Dejó de ser tan pasivo y empezó a notarse mucho más en el enfrentamiento con Fleurdelys, pero destacó en especial durante el conflicto de Phrolova. Su actitud ante la antagonista es la que debía tener, resolutivo y directo, ya que en esta nueva vida solo la conoce como una villana declarada.
Es algo bastante clásico, pero lo que está marcándole es el apego hacia sus nuevos amigos y el deseo de protegerlos. A veces fuerzan mucho sus relaciones, como con Iuno, y nunca muestra preferencias reales aunque quizá debería tenerlas. Supongo que el estilo «gacha», con un futuro lleno de «novias» impedirá que avancemos en ese sentido, pero bueno.
En mi opinión, mientras continúe por esa línea de firmeza ante los villanos y simpatía por los que intentan hacer lo correcto, ya me valdrá. Al fin y al cabo, un protagonista de este estilo jamás va a ser el mejor personaje en términos narrativos. Quizá si llegamos al punto en que lo posea el tal Abraxas…
Las mejores partes de la historia

Para mí, la trama de Rinascita fue de menos a más. El inicio se sentía lento, con un cambio de tono que no me convenció del todo. Y así se mantuvo hasta el 2.2, donde todo el tema de Cartethyia empezó a cobrar sentido y tuvimos a otro gran personaje como lo fue Cantarella. Entre ambas el nivel subió muchísimo, haciéndose notar la importancia de la Doncella de ahí en adelante.
Tomando un pequeño descanso con Zani y Ciaccona, personajes agradables que rápidamente pasaron a segundo plano, volvimos con calidad de la buena en el 2.4 de Septimont. Disfruté mucho la ambientación e historia de la zona, Cartethyia seguía aportando su encanto y Cristoforo continuaba dándole chispa con el tema de Lupa y Mya.
Otro punto álgido fue el 2.5; Phrolova ya había aparecido bastante a lo largo del juego y esta parte le dio sentido a todas sus acciones. Se convirtió en uno de los mejores personajes de Wuthering Waves por méritos propios y esquivó la bala de la redención, dándonos el tipo de confrontación que eleva tanto su nivel como el del protagonista, Rover.
El 2.6 se dedicó a lucir a Augusta e Iuno, consiguiéndolo con la primera y decepcionando un poco con la segunda. Sinceramente, con Iuno no lo plantearon bien; faltaba una construcción previa de su relación con Rover para volver creíble que estaban tan unidos. Se sintió artificial y como no tuvo consecuencias reales, para mí quedó como una de las partes más flojas.
¿Qué tal el final?

Los responsables de Wuthering Waves tomaron la mejor decisión al liberar todo el contenido de historia de una sentada y no cortarlo por la mitad hasta «la siguiente parte del parche», como hicieron en otros puntos. Aprecié ese gesto, pudiendo vivir la parte final de la trama (¡hasta seis horas!) sin pausas que arruinen la experiencia con esas interrupciones forzadas.
En lo narrativo, cierra correctamente todo el arco de Rinascita, aunque tampoco toma ningún tipo de riesgo ni ofrece cambios más allá de lo previsible. Eso no quiere decir que esté mal; fue el típico final feliz bien amarrado, dejando el mayor problema de fondo para próximas aventuras. Correcto, pero tampoco especialmente destacable.
A nivel personal, no soy un gran fan de este tipo de conclusiones. Los peligros se banalizan, todo sale bien y la situación de los protagonistas simplemente mejora sin pagar ningún precio. ¡Ni los villanos sufren bajas reales! Eso sí, agradezco que por lo menos la victoria se ganó gracias a la cooperación de todos los involucrados. Es mucho mejor que ver a Rover resolviéndolo con el poder del guion.
Por lo demás, las escenas finales fueron espectaculares, con magníficas escenas de batalla contra Leviatán en la forma corrupta de Fleurdelys. Y aunque no me pareció acertado que Galbrena se llevase casi todo el protagonismo, por lo menos continuó notándose que el pilar central del grupo y la zona es Cartethyia (además de Rover, claro).
Conclusiones

Wuthering Waves continúa mejorando y ofreciendo una gran experiencia en cuestiones de RPG de mundo abierto como servicio. A mí me encanta y aunque tengo alguna pega en la forma de llevar su historia, resulta innegable el gran paso adelante que experimentamos desde el año pasado. Todo eso de forma gratuita y compitiendo en calidad con los grandes títulos del género.
Entrar de forma mensual a jugar las novedades y vivir las historias añadidas me está pareciendo una muy buena rutina. Ojalá continúen subiendo el nivel en próximas aventuras y no caigan en el conformismo. A mí ya me parece la mejor propuesta del estilo «free-to-play» y si continúa así, podría llegar a marcar la industria de forma irreversible.
De momento ahí me tienen, expectante a lo que decidan hacer con los Fractsidus, deseando que Qiuyuan y Scar tengan algún tipo de trama alternativa y que algún día se decidan a reutilizar algunos de los personajes olvidados, como a la buena de Changli. Por supuesto, también tengo ganas de comprobar qué novedades nos depara el futuro en la próxima región. ¡Veremos!